La Conselleria de Igualdad encabeza el ránking de departamentos de la Generalitat que acumulan más quejas sin respuesta. La Inspección General de Servicios (IGS) ha ... emitido un nuevo informe, el segundo en este sentido, donde se registran las ocasiones en que, habiendose interpuesto una queja ante la Generalitat, se incumplió el deber de respuesta (establecido en el artículo 35 del Decreto 41/2016 para la mejora de la calidad de los servicios públicos y la evaluación de los planes y programas en la Administración de la Generalitat y su sector público instrumental), por lo que el ciudadano puede insistir y formular nueva queja, esta vez ante el órgano o unidad que ostente la competencia en materia de IGS. Según los informes emitidos por la Inspección, el área que dirige Oltra es el que más veces deja sin respuesta la queja de los ciudadanos que, posteriormente, insisten y se dirigen al organismo que vela por la calidad del servicio que ofrece la Administración Pública.
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Igualdad deja sin respuesta quejas en relación al tiempo excesivo de tramitación de la renta valenciana de inclusión o de tramitación de la solicitud de vivienda tutelada, así como por no estar conforme con el importe inicial de esa renta de inclusión o por la tardanza en resolverse algún expendiente vinculado a la solicitud de la pensión no contributiva de jubilación. Algunas de esas quejas constataban en mayo el retraso en la resolución de expedientes iniciados entre ocho y nueve meses antes.
Después del departamento de Oltra, en el ránking aparece Sanidad, conselleria gestionada por la socialista Ana Barceló, respecto a la cual la IGS recoge reclamaciones en relación a la demora en la tramitación de la petición de historiales médicos, la falta de respuesta a una queja por disconformidad con la prestación farmacéutica, retrasos en una intervención quirúrgica, una queja asistencial respecto al Hospital de Manises, o la disconformidad respecto a informes sobre resonancia magnética.
En Justicia se acumulan quejas sobre el deficiente funcionamiento del Registro Civil, por falta de respuesta a órdenes administrativas o revisiones de expedientes o de libranzas de funcionarios.
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Se da la circunstancia de que, precisamente, en la Conselleria de Justicia se sitúan las competencias de la IGS. La actividad de la inspección ha quedado prácticamente en eso, a tenor de lo que difunde en su propia página web. En lo que va de año y desde noviembre de 2020, la actividad ordinaria del departamento en manos de la consellera Bravo se limita a un informe sobre la tardanza en la tramitación de títulos de familia numerosa y monoparental, y los dos recuentos de las quejas llegadas a los inspectores tras no recibir respuesta en las consellerias pertinentes.
En el olvido quedaron las actuaciones extraordinarias llevadas a cabo por la IGS, especialmente durante la primera legislatura del Botánico, cuando el servicio recaló en la Conselleria de Transparencia y Manuel Alcaraz quintuplicó el número de inspectores. Los informes de la inspección desvelaron, entre otras cosas, las cuestiones relacionadas con la falta de control administrativo en la contratación de la actividad del sector público instrumental. Tras las elecciones de 2019, el PSPV peleó por gestionar las competencias de la IGS, que pasaron a Justicia, tras lo cual la difusión de su actividad ha decaído notablemente.
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