lorena gil / david guadilla
Viernes, 11 de diciembre 2020
Francisco Mújica Garmendia, 'Pakito', el que fuera uno de los históricos dirigentes de ETA, quedó ayer en libertad tras permanecer casi tres décadas en diferentes cárceles de España y Francia y adelantar unos meses la liquidación de la condena. Junto con José Luis Álvarez Santacristina, 'Txelis', y José María Arregui Erostarbe, 'Fiti', formó el colectivo Artapalo, que ordenó algunos de los atentados más sangrientos de su historia. Entre ellos, el de la casa cuartel de Zaragoza de 1987. Fallecieron once personas, entre ellas cinco niñas, y más de ochenta resultaron heridas. Justo ayer se cumplía el aniversario de la masacre. La Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) no ocultó su malestar por una decisión que considera «legal» pero que demuestra la «falta de tacto» con las víctimas.
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Pakito abandonó ayer la cárcel de Zuera, en Zaragoza, alrededor de las cinco de la tarde. Su salida de prisión sin embargo estaba prevista para abril del año que viene. Su tiempo máximo de cumplimiento de la condena era de 30 años, aunque ha reducido casi diez con las redenciones incorporadas en el Código Penal hasta el año 1995.
Mújica Garmendia fue uno de los reclusos de ETA que había solicitado al Tribunal Europeo de Derechos Humanos que se conmutaran los ocho años de condena que cumplió en Francia para reducir su pena en España, una petición que Estrasburgo denegó. La Audiencia Nacional ha decidido aceptar un nuevo cálculo y dar luz verde a su puesta en libertad.
Resignación de las víctimas
En cuanto se conoció la noticia, la AVT se puso en contacto con los familiares de las 22 víctimas mortales y casi un centenar de heridos que dejó la actividad criminal de Mújica Garmendia al frente de ETA, según recoge Europa Press. La asociación señaló que las víctimas se muestran «resignadas» ante una decisión que es legal, pero están mostrando su «indignación» al manifestar que en España «sale muy barato matar».
Pakito se convirtió en un mito y en una obsesión para las fuerzas de seguridad durante más de una década. Nacido en Ordizia (Guipúzcoa) en 1953, llegó a la cúpula de la organización terrorista a mediados de los ochenta tras la deportación y posterior muerte de Txomin. Si Fiti era el encargado de la logística y Txelis de marcar la línea 'política', Pakito estaba al mando del 'aparato militar'. Y su apuesta fue clara. Atentados indiscriminados: Zaragoza, Hipercor, Vic... No importaba el número de víctimas mortales, ni si no eran lo que ETA definía como «objetivos prioritarios»: militares, policías, empresarios... Tampoco fueron compañeros de organización. A Mujika Garmendia se le considera el inductor de la muerte de Yoyes.
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El objetivo detrás de esta estrategia era generar un clima de terror que obligase al Gobierno de Felipe González a negociar. Se trataba de un pulso. Pakito, y el colectivo Artapalo, se convirtió en una prioridad para la Guardia Civil y la Policía francesa. Escapó de varias operaciones policiales, lo que ayudó a incrementar su mito. La única fotografía con la que se contaba era de 1984. La leyenda se acabó en marzo de 1992, cuando fue detenido en Bidart con Fiti y Txelis. Su extradición a España no se produjo hasta febrero de 2003. A partir de ahí se inició un proceso que terminó por desembocar en su expulsión de ETA.
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