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Ximo Puig | El pasado del PSPV en Pecsa siempre vuelve

El pasado del PSPV en Pecsa siempre vuelve

La polémica de las acciones de Puig resucita la oscura operación que permitió a los socialistas tener el 22,45% de Mediterráneo | Un grupo de militantes y cargos del partido crearon sendas sociedades para gestionar 4.000 participaciones

Héctor Esteban

Valencia

Domingo, 28 de julio 2019, 00:36

La quita del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) a la deuda del grupo Zeta –propietario del periódico Mediterráneo– para facilitar la compra por parte de Editorial Prensa Ibérica –editora de Levante-EMV– se ha convertido en un bumerán para el PSPV. Los socialistas valencianos tuvieron en los ochenta y noventa una vinculación accionarial con Promociones y Ediciones Culturales (Pecsa) –editora del diario castellonense– y llegaron a poseer a través de dos sociedades (Geinco y Eivisa) vinculadas a cargos y militantes del partido el 22,45% de las participaciones. La relación era tan estrecha que años después fue el propio Ciprià Ciscar el que tomó las riendas de la negociación para que Eivisa transfiriera las participaciones al PSOE de Madrid. Al mismo tiempo, otros dirigentes socialistas participaban del accionariado en calidad de minoritarios, como es el caso del actual presidente de la Generalitat y extrabajador de Mediterráneo, Ximo Puig, que actualmente posee el 1,16% de las acciones de Pecsa, valoradas en 117.886 euros.

Puig aprobó el pasado 15 de marzo en el pleno de Consell el decreto que permitía al banco público de la Generalitat actuar como una entidad privada y condonar el 70% de la deuda. En el caso del IVF, la carga soportada era de 1,9 millones de euros por dos préstamos a Pecsa. La aprobación del decreto facilitó la operación, la única que se ha ejecutado desde el sí del Consell con el voto de Ximo Puig.

La vinculación del PSPV con la empresa editora Mediterráneo se remonta casi al nacimiento de la autonomía. Pecsa adquirió el diario en 1984 en subasta pública. El embrión de la relación está en la empresa General Investing Company (Geinco), creada por varios dirigentes y militantes del PSPV –alguno incluso accionista minoritario también de Pecsa– con Manuel Rivas, hombre de confianza del expresidente Lerma y exgerente del PSPV como personaje clave en la operación aunque sin figurar en el consejo en sus inicios –sí tenía poder notarial–. Después fue apoderado, consejero y socio. La pregunta que nunca recibió una respuesta es cómo Geinco, vinculada al PSPV, obtuvo el dinero para comprar 4.000 acciones de Pecsa.

Geinco fue creada por militantes del PSPV y nunca aclaró cómo compró las acciones

Las participaciones pasaron a Eivisa y diez años después fueron donadas al PSOE

Geinco tenía el domicilio social a escasos metros de la sede que los socialistas tenían en la calle Albacete de Valencia. Esta sociedad surgió para poder participar de un amplio abanico de negocios. Entre las operaciones, según publicó el diario Levante-EMV el 4 de julio de 1999, estaba el cobro a empresas contratistas del Consell por servicios de consultoría entre 1985 y 1988. Geinco entró en varias operaciones y tenía a su nombre el 22,45% de las acciones de Pecsa. Además, compró dos pisos en el centro de Valencia.

En septiembre de 1988, militantes y cargos socialistas crearon la sociedad Eivisa, que asume parte de los bienes de Geinco, que se disuelve tras las informaciones que la ponían en el punto de mira por su relación con grandes contratistas de la Generalitat. De esta manera, parte del patrimonio se trasvasa a Eivisa y entre este el 22,45% de las acciones de Pecsa que poseía la mercantil vinculada a los socialistas valencianos. Durante todo este tiempo, Ximo Puig, bien en cargos institucionales o al lado de Joan Lerma, mantenía sus participaciones en la editora del periódico Mediterráneo. A finales de los ochenta, el Grupo Zeta era el socio mayoritario de Pecsa con el 61,33% de las acciones; la mercantil Eivisa –creada por militantes y cargos socialistas– disponía del 22,45% (4.000 acciones) y el 16,22% se repartía entre empresarios –Lubasa– y accionistas minoritarios como el actual presidente de la Generalitat y otros cargos del partido.

Durante una década, la presencia de Eivisa en el accionariado de Pecsa navegó sobre una calma chicha. Los hombres fuertes de la sociedad en el consejo eran el lermista Jaume Avellà y Eliseo Allepuz, una de las personas más cercanas a Ximo Puig en las últimas décadas y que también representaba a los minoritarios. A finales de los noventa, con el poder que le otorgaba ser el secretario de Organización del PSOE, Ciprià Ciscar, tomó la decisión de apartar a Avellà y Allepuz del consejo de administración de Pecsa. En julio de 1999, el diario Levante-EMV –propiedad del grupo EPI, que hoy ha terminado comprando Mediterráneo– informaba del desembarco de Carlos Fernández, gerente del PSOE y persona de máxima confianza de Ciscar, en el consejo de administración de Pecsa como representante de Eivisa y sus 4.000 acciones. Carlos Fernández logró el relevo de Avellà para colocar en el consejo al que fuera alcalde de Morella Javier Fabregat. En cambio, Allepuz, el gran amigo de Ximo Puig, mantuvo su puesto gracias al apoyo incondicional de los pequeños accionistas. La transferencia de las acciones al PSOE se produjo por orden de Ciscar y al precio de una peseta. El partido necesitaba liquidez y se había puesto en marcha ya una maniobra para vender las 4.000 acciones a Zeta, que ampliaría así su presencia en el consejo de administración.

Durante los meses posteriores, y ya con el PSOE manejando la situación desde Madrid, se avanzó en la situación de la venta de las acciones de Eivisa en Pecsaa Zeta –se publicó que la operación rondó los 300 millones de pesetas (1,8 millones de euros)–. El 2 de abril de 2000, Mediterráneo publicó un cambio accionarial en Pecsa. El Grupo Zeta aumentó su participación hasta el 83,75% y el resto quedó en manos de los minoritarios, entre ellos Puig, que todavía conserva las acciones de Pecsa, que ha sido comprada por la editora de Levante después de que el jefe del Consell aprobará la condonación de la deuda para allanar la operación.

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