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«Tenemos por delante un reto fundamental en el ámbito autonómico: abordar la reforma del sistema de financiación autonómica y local, concretando necesidades y recursos para fortalecer la suficiencia, la solidaridad interterritorial y nuestro Estado del Bienestar, que gestionan en gran medida las Comunidades Autónomas». No son más de veinte segundos. Esa breve referencia es la que Pedro Sánchez hizo ayer, en su discurso de investidura como presidente del Gobierno, a la que ha sido la principal reivindicación política del Gobierno valenciano durante la pasada legislatura. Una mención de puntillas, sin compromisos, en la que el líder del PSOE reconoció que la reforma es un «reto», pero para el que no dio ni plazos ni ofreció pistas respecto a cómo podría ser el nuevo modelo.
Sánchez pasó de puntillas sobre la reforma de la financiación. Y tampoco gastó demasiado tiempo en hacer alusión al resto de asuntos que componen la 'agenda valenciana', la denominación que el propio Consell del Botánico ha venido dando a las exigencias que se plantean al Ejecutivo central.
Con el presidente valenciano en la tribuna de invitados, quizá esperando alguna concreción respecto a esos asuntos pendientes para la Comunitat, Sánchez olvidó mencionar una sola vez a la Comunitat Valenciana. Pese a ello, el propio Puig destacó que Sánchez «considere prioritario la reforma del modelo de financiación autonómica». «Lo que pedimos es eso: tener el peso en España que nos merecemos los y las valencianas y que hasta ahora no teníamos», afirmó.
De infraestructuras, el líder del PSOE se refirió de pasada al corredor mediterráneo. En su intervención, aludió a su compromiso por impulsar un «Pacto de Estado en materia de infraestructuras y transporte, que garantice el cumplimiento de los planes ferroviarios de alta velocidad actualmente en ejecución», que estudie las conexiones largamente demoradas, como la de Cantabria o la de Extremadura, «y que determine la inversión en cercanías y las actuaciones necesarias en los corredores Mediterráneo y Atlántico». Una referencia vaga al conjunto de las principales infraestructuras ferroviarias pendientes.
Respecto al debate sobre la política hídrica, el líder socialista admitió que España se enfrenta a la amenaza representada por la escasez de recursos estratégicos. «Por eso es necesario actuar en ámbitos como el de la gestión del agua. Les propongo, por ello, aprobar un nuevo marco basado en el reconocimiento del derecho al acceso al agua, la sostenibilidad y suficiencia de nuestras cuencas». Esa última referencia fue aprovechada por el diputado nacional del PP Luis Santamaría para considerar que el candidato a la investidura decía «no a los trasvases desde cuencas excedentarias hasta las deficitarias. Esto significa la condena a nuestra agricultura».
Sin dejar el debate vinculado al futuro del campo, Sánchez aludió a la implicación de España «en la negociación del histórico acuerdo entre la UE y Mercosur», y que es, proclamó, «el mejor ejemplo del papel que podemos jugar como país». La posición respecto a este acuerdo contrasta con la expresada, por ejemplo, por la consellera de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica, Mireia Mollà, que ha rechazado en reiteradas ocasiones el contenido de este acuerdo, al entender que «agravan la situación de la agricultura o la ignoran como un sector fundamental».
Para Santamaría, Sánchez se ha referido al acuerdo de Mercosur «pero no ha dicho que este tratado en el que él ha intervenido de forma activa ha utilizado a la citricultura valenciana como moneda de cambio. Ha traicionado a los agricultores valencianos en esa negociación que pone en peligro el arroz, la citricultura, la uva de mesa y otros productos al eliminar el 82% de aranceles a otros países».
Desde Compromís, el diputado Joan Baldoví también consideró «pobre» la referencia de Sánchez a los principales problemas de la Comunitat, y en especial al que hace referencia a la reforma de la financiación autonómica. «Apenas le ha dedicado cuatro segundos», dijo el parlamentario nacionalista en alusión a la referencia exprés a este asunto.
Baldoví aseguró que, pese a estar «más o menos de acuerdo» en las condiciones fijadas por la formación valenciana para dar su apoyo a Sánchez, falta un compromiso en la reforma de financiación y una «compensación» para su comunidad.
Pese a reconocer que propuestas «positivas» en la intervención de Sánchez -«ha habido muchísimas cosas que seríamos capaces de votar»-, lamentó que su discurso hubiera sido «el de las grandes ausencias o menciones marginales». «Que se nombre a Venezuela y no aparezca Cataluña es muy sintomático», ejemplificó.
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