EFE
Viernes, 5 de abril 2019, 00:04
valencia. Los peritos de la Agencia Tributaria y los asesores fiscales de la empresa Transvia que declararon ayer como testigos en el juicio contra el exvicealcalde de Valencia Alfonso Grau expusieron criterios distintos sobre el origen de los relojes que el político habría recibido de Urbano Catalán, dueño de la empresa. Mientras que dos funcionarias de Hacienda sostuvieron que los dos relojes que Grau devolvió y utilizó como medio de pago para la compra de otros más caros fueron los mismos que días antes había comprado Catalán, los peritos de las defensas consideraron «imposible» certificar la «trazabilidad» de esos artículos porque el sistema contable de la joyería no lo permitía.
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La cuarta sesión del juicio contó, además, con la declaración del asesor fiscal de Grau, quien explicó que el ex número dos de Rita Barberá presentó declaraciones de renta complementarias en 2010, 2011 y 2012 por importes satisfechos en metálico en la compra de relojes, aunque lo hizo para «pacificar una situación que le resultaba incómoda por el cargo que ostentaba», pues esos relojes eran regalos familiares. Este asesor insistió en que el «flujo monetario» de Grau era «más que suficiente para permitirse no uno, sino varios relojes» de alta gama.
Sin embargo, admitió que, a pesar de que la Agencia Tributaria requirió a Grau que acreditase cómo había pagado dichos relojes, finalmente no lo hizo porque no disponía de pruebas «contundentes», es decir, una «declaración patrimonial que indicase el efectivo del que disponía o un acta notarial sobre el dinero que guardaba en su domicilio».
La Fiscalía sostiene que Urbano Catalán regaló a Grau dos relojes de lujo entre 2011 y 2012. Arguye que el político los cambió por otros más caros y cubrió la diferencia con dinero en efectivo.
Las funcionarias de Hacienda explicaron que la inspección a Grau tuvo su origen en una actuación general sobre las joyerías Rabat. Entonces requirieron información a la tienda sobre el seguimiento de inventario de cada reloj y también pidieron a Transvia que justificase la compra de los relojes, motivo por el cual la empresa se vio obligada a presentar también declaraciones de renta complementarias.
En anteriores sesiones, exempleados de Transvia afirmaron que la empresa les regalaba relojes cuando se jubilaban, y al respecto estas funcionarias de Hacienda han considerado que «no es razonable hacer un regalo de 25.000 euros».
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Los peritos de las defensas insistieron en que «el inventario» remitido a Hacienda por la joyería «no tiene el más mínimo valor, es una hoja Excel que se puede hacer en media hora y no aporta documentación que soporte los datos expresados». Consideraron «absurda» la tesis de que no se tuviese en cuenta el descuento aplicado en la compra a la hora de devolver el reloj y apuntado la posibilidad de que la joyería hiciese ventas en efectivo, posiblemente a clientes de fuera de la UE que tienen derecho a la devolución del IVA, que posteriormente habría imputado a clientes habituales.
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