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Miguel Ángel Alfonso, Paula De las Heras y Olatz Hernández
Madrid | Bruselas
Lunes, 10 de marzo 2025, 12:34
Pedro Sánchez y Yolanda Díaz se reunirán este martes en la Moncloa, a petición de la vicepresidenta segunda, para discutir el incremento del gasto militar. ... Lo harán 48 horas antes de que el presidente convoque este jueves al resto de grupos parlamentarios, con la única excepción de Vox, para tratar una cuestión que ha sumido en una nueva era de incertidumbre al continente europeo tras la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. Se trata de un gesto de deferencia del dirigente socialista en un asunto crítico sobre el que subyacen discrepancias de fondo entre las dos alas del Consejo de Ministros. Diagnósticos distintos ante la escalada bélica que, a su vez, separan al Gobierno de sus aliados y de la oposición.
Pero además de la pura cortesía entre socios, con la cumbre Sánchez-Díaz el Gobierno quiere transmitir un mensaje político que ofrezca, al menos, un atisbo de unidad dentro del Ejecutivo respecto al incremento en el gasto en defensa al que el presidente se comprometió el jueves tras la celebración del último Consejo Europeo y así espantar cualquier foto que evidencie una dependencia del PP, su principal rival político, en un asunto tan sensible.
En los próximos días, el Gobierno se afanará en convencer a sus aliados del bloque de investidura de que en ningún caso está pensando en realizar un esfuerzo presupuestario que obligue a detraer recursos de la sanidad, la educación o los servicios sociales, como ya cuestionan Podemos o EHBildu. Por ello insisten en que este incremento no tiene por qué suponer el «desgaste» del Estado de bienestar.
En este contexto, los socialistas advierten de que el incremento de la inversión en defensa se producirá sí o sí aunque se muestran optimistas en poder atraer a Sumar. La idea es subir el gasto militar sin pasar por el Congreso, como ha hecho en los dos últimos años, a través de ampliaciones de crédito con cargo al Fondo de Contingencia. Fuentes del PSOE apuntan a que ahora se hará, además, ingeniería contable, es decir, que se computarán como gasto militar cosas que hasta ahora no se tenían en cuenta, como inversiones del Ministerio de Industria o partidas atribuidas a Interior, como el salario de los guardias civiles.
La portavoz de la ejecutiva del PSOE, Esther Peña, de hecho, rebajó este lunes las diferencias que, respecto a ese asunto, han aflorado ya entre los discursos públicos de la vicepresidenta segunda y el jefe del Ejecutivo. «Los dos partidos del Gobierno estamos alineados en lo sustancial, que es que creemos que Europa tiene que tener un perfil propio y eso requiere reforzar nuestras capacidades y también la autonomía estratégica. En cambio, la mitad de la otra coalición, la del PP y Vox, lo que quiere es romper Europa mientras la otra mitad no sabe lo que quiere», arguyó.
Díaz, sin llegar a fijar su postura de forma clara a esta subida, sí mantiene que el objetivo de España y de la Unión Europeadebería pasar, primero, por «reordenar» recursos y no por incrementar el gasto en defensa. «No se arregla nada por subir el presupuesto militar», afirmó desde Bruselas, a su llegada al Consejo de Empleo, Política Social, Sanidad y Consumidores. «Somos tajantes, de ninguna manera vamos a consentir que exista un déficit en materias sociales o una línea guiada por la austeridad», concluyó.
Posición que comparte el también el portavoz de Movimiento Sumar –nombre oficial del partido fundado por la líder gallega–, Ernest Urtasun, que en rueda de prensa se mostró contrario a la opción de flexibilizar las normas de gasto de la UE, como planteó la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, porque, como aseguró el ministro, hará recaer el coste en las «espaldas» de los países de la UE, concretamente, en sus presupuestos. Su formación, en cambio, aboga por avanzar hacia la creación de un ejército europeo «autónomo»y «con vocación disuasoria». Para ello abogan por «mejorar la coordinación» de los 27 ejércitos de los socios de la UE y evitar un gasto «ineficiente».
Pero dentro de las organizaciones que forman parte del grupo parlamentario de Sumar existen, a su vez, diferencias que Díaz intentó limar con una reunión celebrada en la víspera de trasladar este martes a Sánchez una posición conjunta y «equilibrada» de su espacio político. La voz más crítica es la de Izquierda Unida, nacida en los años 80 al calor de las protestas contra la entrada de España en la OTAN, y que ahora exige la «desmilitarización» en Europa.
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