En política, muchas cosas no hace falta que sean, sino que con que parezca que son, a veces ya es suficiente para interferir en el curso de los acontecimientos. Para sumarse a la ola. Y el fin de semana, en la plaza de toros de Valencia ... , el viento traía aires de cambio de ciclo a la Comunitat. Valencia ha dejado de ser el escenario del crimen para la cúpula del PP de Pablo Casado, y el PPCV de Carlos Mazón se ha convertido en el equipo con quien hacerse la foto para presumir de que hay partido. Una situación que había dejado de ser habitual para los populares en la Comunitat, a quienes Génova había sometido a una especie de cordón sanitario.
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Pero, el equipo de Mazón ha brindado este fin de semana una foto de las que hacen más por la organización que los argumentarios de un año entero. El partido unido, en una plaza de toros en la que no cabía un alfiler, y en un territorio gobernado por la izquierda. En el entorno del presidente del PPCV están pletóricos tras la clausura de la convención nacional en Valencia, en un fin de semana que consideran redondo. La imagen que se ha brindado es la de una formación «con empuje, con posibilidades reales de gobernar y con un líder que tiene a todo el partido detrás», aseguran en la formación. «El acto ha sido un chute de energía para decirle a los nuestros que seguimos aquí y que hay partido para volver a gobernar».
Más sobre la convención del PP en Valencia
Y partido, a juzgar por las últimas encuestas que manejan los populares, habrá. Algo que ya ha comenzado a preocupar en el Palau de la Generalitat, donde han seguido con interés la convención de los populares este fin de semana. Tanto, que el aparato de Presidencia incluso rescató de su hemeroteca el dinero que, de momento y de causas de antes de 2015, lleva recuperado la oficina de recuperación de activos de la corrupción que dirigen en ese departamento. Una manera de dar la bienvenida a los populares para seguir recordando su herencia, utilizando el altavoz de las instituciones. Desde el entorno del Palau reconocen en privado que la foto de la plaza de toros llena, ocupa y preocupa, por la imagen de fortaleza que transmite, aunque el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, aseguró ayer que para él, evidencia «un viaje al pasado muy inquietante». «Esperaba que se posicionaran más con lo que son los partidos democristiano, pero ellos están en un viraje hacia la extrema derecha», dijo. Aunque desde su entorno prefieren restarle importancia al acto y se acogen a la hoja de ruta botánica y enmarcan la foto en la agenda nacional del partido, además de la llegada de simpatizantes desde distintos puntos de España. En este sentido, los socialistas recuerdan que en apenas dos semanas, Valencia volverá a estar en la agenda nacional con la celebración del congreso del PSOE en el que se reelegirá a Pedro Sánchez. Sin embargo, el partido no tiene preparado ningún gran acto, más allá de la cónclave en el Palacio de Congresos de la ciudad.
Una línea seguida por el alcalde de Valencia, Joan Ribó, que ayer en una entrevista en À Punt,, aseguró que la convención del PP había sido un «flashback» y destacó que la corrupción «sigue sin molestarle» a los populares. Así, lamentó que «la primera sensación» que tuvo de este encuentro político fue la de «estar mirando cosas del pasado». «Efectivamente, hay muchos elementos del pasado, un flashback», dijo el primer edil, que opinó que el PP ha tenido, de alguna manera, un olvido» de algunas cuestiones, entre las que ha citado la corrupción. «Le guste o no le guste al PP, tiene causas pendientes de la época de Rita Barberá que han de pasar aún por juicio», apuntó, recordó el llamado «pitufeo». «Tiene muchas causas pendientes» insistió.
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Sin embargo, para la secretaria general del PPCV, María José Catalá, las críticas de PSPV y Compromís al acto, garantizan que su partido tiene «equipo» y está listo para gobernar. «En política, el miedo indisimulado es el principio del fin», avisó en un comunicado, ya que ve a los socios de la Generalitat y el Ayuntamiento de Valencia «extremadamente nerviosos». A su juicio, ante la «inacción» tanto del presidente de la Generalitat, el socialista Ximo Puig, como del alcalde, Joan Ribó y «la falta de soluciones a los problemas de los valencianos», el PPCV es ya el proyecto de cambio que necesita la Comunitat. Catalá defendió así que el PPCV demostró con la convención que es un partido fuerte: «Tenemos proyecto y equipo. Solo queremos que esta pesadilla tripartita acabe cuanto antes para los valencianos», y pidió que «dejen de crispar a los valencianos y que, en lugar, de perder tanto tiempo en criticar al PP, se dediquen a reclamar a Sánchez la financiación.
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