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Impugnaciones, recursos, sospechas de pucherazo, amaños, grabaciones, irregularidades… las primarias del PSPV de Valencia, perfectamente innecesarias a los cuatro meses de la dana que arrasó ... media provincia y al mismo tiempo al Gobierno valenciano, han dejado heridas abiertas en el seno del socialismo valenciano. Se sabía que podía ocurrir, porque la batalla de Valencia entre Carlos Fernández Bielsa y Diana Morant –Robert Raga era el representante, no el líder de su candidatura- con la que la ministra trataba de descabalgar a su enemigo interno podía acabar mal, o muy mal. Y ocurrió lo peor de todo, que se sometió a la organización a un nivel máximo de tensión para que… todo quedara exactamente igual. Bielsa seguirá siendo secretario general de la provincia de Valencia, al frente de una ejecutiva que tendrá que compartir con los afines a la secretaria general. Y Morant seguirá sin tener controlado el PSPV de la provincia de Valencia, con lo que eso supone.
Morant se esforzó el jueves por la noche en aparecer como la pacificadora que había logrado el entendimiento entre los dos candidatos que se habían presentado a primarias. «El acuerdo que han alcanzado las dos candidaturas es la demostración del compromiso de todo el PSPV-PSOE para impulsar la alternativa», dijo. Es cierto que buena parte del pacto tiene que ver con la necesidad imperiosa de los socialistas valencianos de cerrar una brecha que amenazaba con convertirse en rotura del partido. La filtración de un audio, desde la candidatura de Raga, con irregularidades de la candidatura de Bielsa en la votación de Sedaví, tensionó al máximo las costuras del partido en el peor momento posible. Ferraz mandó parar, y la búsqueda del acuerdo se antepuso a todo lo demás.
Pero no es menos cierto que ese perfil de Morant como propiciadora del acuerdo olvida que el pulso por el liderazgo provincial vino impulsado por la propia secretaria general del PSPV. Fue la también ministra la que impulsó la candidatura de Raga, la que trató de desalojar a Bielsa del liderazgo provincial y la que había venido sosteniendo la necesidad de «alinear» las direcciones provinciales con la 'de País' que ella misma encabeza. Si Bielsa sigue al frente de la provincia de Valencia, resulta obvio concluir que el alineamiento no se ha producido. «Todo esto, para nada», concluye un veterano del partido, cercano a Fernández Bielsa.
¿Para nada? No exactamente. De la misma manera que Morant trataba de apartar a Bielsa de la secretaría general para garantizarse el control del PSPV de la provincia de Valencia, el ya reelegido líder provincial era consciente de la trascendencia de retener el cargo. Tras el patinazo con la presidencia de la Diputación –perdida tras la abstención del partido de Jorge Rodríguez, pero por una decisión de Ximo Puig- y después de verse obligado a apartarse, como Alejandro Soler, de la carrera por la secretaría general, para dejar paso a Morant de la mano de Ferraz, Bielsa no podía volver a salir derrotado. No era una opción a contemplar.
Durante toda la campaña de primarias se pudo comprobar la movilización de los afines a Bielsa. Se jugaba su futuro político. En realidad, el alcalde de Mislata era consciente de que lo que se dilucidaba en esta carrera tenía que ver mucho con el futuro del socialismo valenciano. Ocupar la secretaría general del PSPV de la provincia de Valencia en este momento supone disponer de una posición privilegiada en el partido ante un horizonte político y electoral que, desde el pasado 29 de octubre, tiene para los socialistas valencianos unas expectativas de éxito muy superiores a las de antes de esa fecha.
Porque buena parte de lo que se ha disputado en estas primarias es una lucha por el poder en el seno del socialismo valenciano. Diana Morant es la secretaria general, es ministra, tiene, que se sepa, todo el apoyo de Pedro Sánchez y su liderazgo en el partido no tiene más cuestionamiento que el del hecho de que Pilar Bernabé, número 4 de la dirección federal del PSOE, disponga de un nivel de reconocimiento en el partido mucho más consolidado que el suyo.
Pero esa posición consolidada de Morant parte de un principio, el del liderazgo de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno. Nace de esa realidad y a ella le debe toda su solvencia. Y puede verse modificada, evidentemente, en el caso de que sufra algún tipo de cambio. Sea el propio Sánchez en unas elecciones generales, o Morant si acaba siendo la candidata en las elecciones autonómicas.
Bielsa se acaba de garantizar, de hecho, una posición privilegiada de cara al futuro electoral del PSPV. Razonablemente volverá a encabezar la lista de los socialistas de Mislata, donde suma varias mayorías absolutas consecutivas, y será muy probablemente la opción de su partido para presidir la Diputación de Valencia –si los números le dan– y dispondrá de una posición de privilegio en el PSPV de cara al futuro del partido. Este es el hecho más significativo que trataba de taponar Morant con su intento de asalto al liderazgo provincial. Y es también el gran éxito de Bielsa la mantenerse como secretario general del PSPV de Valencia.
Porque seguir en el cargo le permite «mantenerse en la ecuación» sobre el futuro electoral del partido. Sánchez se mantendrá en la Moncloa después de las elecciones generales, que no tienen fecha, pero que podrían coincidir con las municipales y autonómicas. O no. Y Morant puede ser la próxima presidenta de la Generalitat, si la izquierda logra la mayoría en las próximas autonómicas y alcanza un acuerdo en ese sentido con Compromís. O quedarse como líder de la oposición si la suma de esas formaciones no alcanza los 50 escaños. Ahora mismo todo es una suposición. Lo que no lo es tanto es que Fernández Bielsa, para ese momento, mantendrá el liderazgo provincial de Valencia. Y eso significa una capacidad de influencia que le han intentando arrebatar sin éxito.
Morant cosecha su primera derrota orgánica menos de un año después de hacerse con las riendas del partido –en el congreso extraordinario celebrado en marzo de 2024 en Benicàssim–. Alentar una candidatura alternativa, la de Raga, para acabar perdiendo el pulso, traerá consecuencias. El liderazgo impuesto por la calle Ferraz, que es quien le despejó el camino a la secretaría general hace un año al presionar al propio Bielsa y a Alejandro Soler para que se apartaran de esa carrera, no ha acabado de calar en la militancia de la provincia de Valencia. Bielsa se ha impuesto al aparato del PSPV, aunque le queda por delante la aventura de superar el congreso provincial sin sobresaltos. Ninguno de sus colaboradores da un euro ahora mismo porque eso sea fácil.
Cuando hay una competición entre dos participantes, y salvo que quepa el empate, la victoria de uno significa obviamente la derrota del otro. En este caso, el alcalde de Ribarroja Robert Raga ha salido derrotado de las primarias de la provincia de Valencia. Raga, en realidad, era la cabeza visible, el representante, pero no el líder ni quién movió los hilos para que esa candidatura surgiera. Su candidatura ha obtenidos menos votos, pero no es él quien sale derrotado. Ese título apunta mucho más hacia el aparato del PSPV. Diana Morant ha mantenido la exquisita neutralidad que le tocaba a la secretaria general del partido. Pero también ha dejado hacer a su círculo más cercano para que la lista alternativa a Bielsa se construyera. Primero con el alcalde de Cullera Jordi Mayor, que acabó evitando el precipicio. Y después con Raga –«la demostración más evidente de que la victoria no estaba garantizadas», según fuentes socialistas. El máximo responsable del aparato socialista es su secretario de Organización, Vicent Mascarell. Al número dos de Morant no se le ha conocido más apoyo a Raga que el de retuitear el apoyo del exconseller Vicent Soler al alcalde de Ribarroja. Sin embargo, a nadie se le oculta en el PSPV que su papel no ha sido menor en la candidatura de Raga.El resultado final, no obstante, señala también a otros cargos del partido. El resultado en Valencia ciudad –territorio favorable a Raga– acabó siendo mucho menos positivo para sus intereses de lo que se esperaba. Y eso a pesar de la implicación en primera persona de los pelayos, el sector mayoritario en la ciudad. José Muñoz, síndic de los socialistas en Les Corts, es de los que sale señalado de este proceso. También Bartolomé Nofuentes, referencia de Socialistes 3.0, la corriente asentada en l'Horta Sud, la comarca con más militantes del PSPV y en la que Bielsa obtuvo un gran resultado.
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