A. Cervellera/ A. Rallo
Domingo, 10 de septiembre 2023, 01:11
El PSOE ha puesto en marcha su estrategia. La táctica no resulta novedosa. De hecho, ya ha dado en el pasado muestras de su éxito. Se practicó en su momento con los indultos y parece haberse activado ahora con el controvertido asunto de la amnistía ... .
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El primer paso siempre es negarlo todo. Las veces que haga falta. Todo y todos. Al unísono. Con el paso del tiempo surgen algunas voces favorables o quizá tibias dentro de propio partido y esa voz se va extendiendo hasta silenciar a los críticos. La amnistía fue negada en sus orígenes. Pero ya ha comenzado a correr esa tesis posibilista de que algo hay que hacer, del encaje constitucional, de la importancia de desactivar al independentismo catalán. Y siempre con la coletilla -cierta, por otra parte- de que la tensión se ha rebajado notablemente.
A cargos del PSPV, referentes históricos pero también dirigentes actuales, les gustaría no tener que opinar del asunto y más todavía en esta fase embrionaria de la negociación. Pero el silencio en un asunto tan espinoso es por sí mismo una respuesta. La mayoría de los dirigentes consultados evitan hacer una defensa explícita de la amnistía, pero se alinean con Ferraz.
Se trata de algunos circunloquios que finalmente terminan en un mensaje casi de resignación favorable a olvidar de un plumazo todo lo que sucedió en Cataluña. «Aunque sea una situación que duela», admiten algunos en privado. La posición oficial que se trasmite desde el PSPV consiste en un claro alineamiento con la Ejecutiva estatal y sitúan como prioridad revalidar el Gobierno presidido por Pedro Sánchez.
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Para que este objetivo se materialice ponen, como en el caso del PSOE, que hay que explorar todas las vías que quepan dentro del marco constitucional. Y de manera implícita entienden que ese olvido general puede encajar -ya se verá de qué modo- en la Carta Magna.
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Más allá de los referentes actuales hay dirigentes históricos del PSPV que, a diferencia de lo que hacen Felipe González o Alfonso Guerra, respaldan sin fisuras la posición de Pedro Sánchez. Este es el caso de Joan Lerma, expresidente de la Generalitat y hasta hace pocos meses senador socialista.
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Lerma parte del argumento de que la situación actual que vive Cataluña «no tiene nada que ver con la que había en 2017». «El apoyo al independentismo ha bajado claramente y eso es una evidencia de que las cosas se han hecho bien», incide el que fuera jefe del Consell, que recuerda que las últimas elecciones autonómicas las ganó el PSC pese a que los independentistas lograron mayoría y conformar gobierno.
Además, repara en que en las elecciones generales el cambio de tendencia es incluso más evidente. Los socialistas se impusieron como primera fuerza, en segundo lugar quedó Sumar y en tercero, el PP. ERC y Junts se tuvieron que conformar con ser la cuarta y quinta fuerza política de la autonomía tras acusar un fuerte desgaste.
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Tras esta reflexión el expresidente matiza que la estrategia tiene que pasar por seguir esta vía de diálogo y por «borrar las divisiones». «Cualquier cosa que no se salga del marco constitucional se puede explorar», indica en relación a una eventual amnistía. Y hasta rechaza críticas como las vertidas por Guerra, que considera que sería una enmienda total a la Constitución.
El mensaje de apoyo más significativo es el de Jorge Alarte, exsecretario general de los socialistas y recuperado para la actividad pública por Ximo Puig, quien le confió una dirección general de Presidencia. Su declaración deja poco margen a la interpretación: «Me sumo a la posición del PSOE. No me voy a mover ni un milímetro del discurso de la dirección». Oficialismo cien por cien.
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Otros referentes del socialismo valenciano prefieren no explayarse tanto como Lerma. En declaraciones a este diario, Ciprià Císcar, ex secretario de organización del PSOE, remarca que está en periodo de reflexión y, aunque asegura que en el corto plazo se posicionará sobre este debate no quiere compartir aún su posición. La bandera de la cautela.
Una situación similar a la de Joan Romero, ex secretario general del PSPV, que rechaza posicionarse al llevar años desvinculado que los que fueran sus compañeros. El catedrático de Geografía Humana se limita a recordar que el debate territorial es uno de los asuntos recurrentes de la sociedad española desde el siglo XIX y considera que hay que abordarlo. Sin precisar modelos ni oportunidades.
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Tres dirigentes con cierta relevancia actual en el organigrama socialista se muestran proclives a un paso adelante por parte del PSPV. La síndica Rebeca Torró muestra su apoyo. «Hay una herramienta que es el diálogo, un marco que siempre respetaremos, que es la Constitución, y un objetivo en el que trabajamos que es la convivencia. Nadie puede negar que la situación actual en Cataluña es infinitamente mejor ahora que cuando Rajoy gobernaba. Es momento de seguir avanzando».
Toni Gaspar, expresidente de la Diputación de Valencia, coincide con la tesis. No se si debe ser amnistía o qué debe ser. Pero hasta Feijóo reconoce que es necesario un pacto de estado, un nuevo encaje de cataluña, es decir, como estamos no podemos seguir. Si una amnistía ayuda a la convivencia en un marco legal, eso es hacer política. Bienvenido sea. Y siempre será mejor hacer política mirando a un futuro mejor que condicionado por lo peor del pasado».
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Esa apelación al futuro es la línea que deslizan numerosos dirigentes. De igual modo, algunos aclaran que no se trata sólo de las elites políticas sino que existen numerosos cargos intermedios y funcionarios investigados en causas abiertas a raíz de determinados asuntos del procés que únicamente siguieron las órdenes de sus superiores. Estos también se verían beneficiados por una amnistía.
Arcadi España, exconseller de Hacienda y uno de los eternos candidatos a suceder a Ximo Puig al frente de la maquinaria socialista, coincide en su mensaje con Alarte. Por el contenido, pero también con la brevedad. «Mi opinión es la manifestada por la portavoz de la ejecutiva federal del PSOE. Ahora es el turno de Feijóo. Para nosotros siempre el método, el diálogo, la Constitución».
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Verso suelto
El único representante que se posiciona más con González o Guerra es el exministro Jordi Sevilla. El dirigente no oculta su posición al tener la costumbre de compartirla en redes sociales y, respecto a este debate es tajante: cree que lo más sensato es no dialogar con Puigdemont y repetir las elecciones para tratar de conformar una mayoría que no dependa de un prófugo. «Nadie está en la cárcel 'por poner urnas', sino por cometer delitos concretos para vulnerar la ley 'poniendo urnas'», aseguró hace unos días en X –la rebautizada Twitter tras la compra de Elon Musk–. «Me niego a comprar el marco de Puigdemont», insistió en otra publicación. «No ha habido ni hay presos políticos».
En Compromís están incluso más abiertos a negociar la posible amnistía con el equipo del expresidente catalán Carles Puigdemont que en el PSOE, por mucho que la federación valenciana sea más proclive a abrir la puerta a la posibilidad que otras. Los nacionalistas directamente aceptan sentarse y apuestan por «volver a la vía política».
Esta es la posición oficial que trasladan desde la coalición, que toma como base las declaraciones de Àgueda Micó, dirigente de Compromís y portavoz adjunta de Sumar, que esta semana ha dejado clara su postura en una entrevista en À Punt. Ante lo que considera que se ha convertido en un «callejón sin salida para la ciudadanía catalana» se mostró clara: «Si la ley de amnistía sirve devolver el conflicto a la vía del acuerdo político estamos de acuerdo». Unas declaraciones que casan con la opinión de su socia y líder del proyecto Yolanda Díaz.
Para Compromís es necesario superar el conflicto catalán de forma definitiva y avanzar hacia un estado federal que se asemeje más a Alemania o Suiza. Consideran que así se podrían abordar otros asuntos que afectan al día a día de la gente que muchas veces han quedado eclipsados por el 'procés'. Una posición que comparten desde Esquerra Unida, sus compañeros de candidatura en Sumar que obtuvieron un diputado valenciano.
Por su parte, el resto de partidos con presencia en Les Corts tienen la opinión contraria y se muestran tajantes. Tanto los dirigentes valencianos del PP como los de Vox, que comparten la gestión del Consell, consideran que en ningún momento hay que plantearse ceder a los intereses del independentismo. Siguiendo la línea de sus dirigentes nacionales mantienen que no hay que ceder a las exigencias de un prófugo que tan sólo ha recuperado el protagonismo porque sus votos son necesarios para investir de nuevo a Pedro Sánchez como presidente. Algo que, si ocurre, creen que sería dañino para los intereses generales de España.
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