María José Catalá, en el reciente debate sobre el estado de la ciudad de Valencia, presentó 50 propuestas con las que su equipo de Gobierno pretende dar un nuevo impulso a la gestión municipal. Carlos Mazón, en su puesta de largo como president en los ... debates de política general de Les Corts, detalló una treintena de iniciativas más, incluidas deducciones fiscales, nuevas leyes y 1.500 viviendas protegidas. Suman 80 propuestas –si es que cabe sumar algo así-. «80 a 0», concluye este jueves una fuente socialista.
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El debate celebrado en el Parlamento autonómico destapa las dudas que el balance de la jornada deja en los partidos de la oposición. Un Mazón cómodo, disfrutón, que sumó a ese tono suyo, entre irónico y divertido, todo ese frente de ataque que para el PP valenciano supone tener sentado en la Moncloa a Pedro Sánchez.
El líder del PSOE es, a estas alturas, el peor enemigo de los socialistas valencianos. Un presidente empeñado en la supervivencia a cualquier precio, aunque eso suponga zarandear a las federaciones de su partido para opoder satisfacer al independentismo catalán (solo ERC, ahora que han «descubierto» que Junts va a lo suyo). Las últimas elecciones autonómicas ya lo dejaron claro. Y el PSPV no tuvo mejor ocurrencia –tampoco le permitieron hacer otra cosa- que elegir de líder a una ministra de su Gobierno.
De modo que el PSPV decidió bajar los brazos. José Muñoz lo intentó en su primera intervención en el debate con el líder del PP. Y como estaba previsto, fracasó estrepitosamente en las réplicas. «Era la primera vez y parece fácil pero no lo es», se señaló este jueves desde su grupo parlamentario. Lo cierto es que Muñoz es portavoz socialista porque Ximo Puig decidió abandonar su escaño –como parecía razonable- y tanto Rebeca Torró como Arcadi España buscaron acomodo en el Ejecutivo central.
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Muñoz hizo lo que pudo, podría decirse. Pero no hizo nada distinto de lo que hace en cada sesión de control al president de la Generalitat. «Ni fu ni fa», resume otro dirigente socialista. Las esperadas referencias a la dependencia de Vox, el discurso habitual del PSPV en este año de oposición. Pocas o ninguna propuesta. «Nada que ver con Mata», concluye la misma fuente. «Ni siquiera dedicó algo de tiempo a defender la gestión del Botánico», se añade.
Mata el añorado, el que fuera portavoz de los socialistas durante buena parte del mandato de Ximo Puig. El sindic socialista que supo templar la relación del PSPV con aquel Compromís de Oltra, no con la actual imitación que dirige Joan Baldoví. ¿Hay Matas en la bancada socialista?
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Por el momento, los diputados no parecieron el miércoles demasiado abatidos por el repaso al que les sometió el jefe del Consell. Mucha foto para instagram, mucha sonrisa «porque somos el partido del optimismo». Al mal tiempo buena cara, se suele decir. Ante un escenario político que se sabía tan complicado, ni siquiera nadie debió plantear la opción de tratar de reventar el debate, de montar bronca, de fastidiarle el paseo en barca a Mazón.
Y la legislatura avanza. «No tiene una oposición reconocible y es más retórica que otra cosa. No hay una pelea de propuestas», remacha otro excargo del PSPV, que señala que a Mazón le basta con tener «el viento a favor y un par de cositas que suenen bien como que bajan impuestos o que las guarderías son gratis. Aunque luego no sea así, da igual».
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Baldoví se llevó otro serio correctivo (uno más) de Mazón. El síndic nacionalista insiste con ese tono chillón, enrabietado, como si se sintiera obligado a ser más radical que el PSPV. Pero claro, al líder del PP le basta con recordar los pactos con ese partido -¿no sabía Baldoví que así ocurriría?- en la Mesa de Les Corts o en Sueca o las tomaduras de pelo de Sánchez al exdiputado nacional con la financiación. No necesita más.
El portavoz de Compromís sí defendió la gestión del Botánico, o al menos la de la coalición en ese Ejecutivo. Eso sí, no citó a Oltra –ya lo hizo Vox- porque la situación judicial de la exvicepresidenta no lo permite. Tampoco la bancada de Compromís pareció rebelarse contra el baño de Mazón, salvo Gerard Fullana, al que algunos ven calentando en la banda.
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Diputados socialistas y de Compromís coincidieron a la hora de tomarse fotos para el recuerdo. El recuerdo de una derrota clamorosa, de tal magnitud que ni al PP, ni al Consell le ha hecho falta, un día después, salir a matizar, corregir o remachar algún mensaje. Están todos colocados. Y la oposición, veraneando.
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