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F. R.
VALENCIA.
Domingo, 26 de agosto 2018, 00:08
Mónica Oltra, la vicepresidenta del Consell, tenía la intención de hablar cara a cara con el jefe del Ejecutivo valenciano, Ximo Puig, en Morella, para pedirle explicaciones del cambio de criterio a la hora de apoyar el techo de gasto propuesto por el Gobierno de Pedro Sánchez, y especialmente de que no se lo comunicara, así como por la puesta en marcha de la comisaría contra la violencia machista pactada por la consellera de Justicia Gabriela Bravo, con la secretario de Estado de Seguridad, Ana Botella, algo de lo que tampoco tenía constancia, a pesar de que la propia Oltra venía negociando con el Gobierno del PP, sin mucho éxito, que esa instalación se ubicada en el centro Mujer 24 horas.
Pero Oltra acudirá al pueblo de Puig a ver las fiestas del Sexenni y no se encontrará con él. Ayer, Puig, abandonó la capital de Els Ports para alejarse unos días y no volver hasta mediados de semana a la actividad, así que el número uno y el dos del Consell no se volverán a ver las caras al menos hasta mitad de semana. Y posiblemente también el viernes para la celebración de un pleno extraordinario en el que el Consell va a aprobar ayudas a los afectados del incendio de Llutxent.
Que la entrevista se haya retrasado y que ayer no hubiese actos oficiales no quiere decir que las aguas se calmaran. La broca entre el PSPV y Compromís siguió en las redes sociales, más por la parte de los nacionalistas que de los socialistas.
La coalición de gobierno se encargó de dejar bien claro que pedirá directamente al Ministerio de Hacienda una compensación de 1.750 millones de euros para las arcas valencianas si quiere que sus diputados nacionales apoyen la iniciativa del Gobierno sobre el techo de gasto. Una iniciativa que venia respaldada por la secretaría autonómica de Hacienda, Clara Ferrando.
Los nacionalistas insistieron en recordar declaraciones de la vicepresidenta Mónica Oltra en las que pedía un calendario claro para negociar la mejora de la financiación autonómica, y un tratamiento diferenciado para la Comunitat, entre otras cuestiones.
Compromís también mantenía la llama de las palabras de su portavoz en el Congreso, Joan Baldoví, que hablaba de que de los 850 millones, en realidad Puig y Soler sólo habían conseguido los 350 para la Marina -el alcalde Ribó pedía que el Gobierno asumiese toda la deuda-, puesto que el resto, hasta los 850, forman parte de acuerdo que afectan a todos los territorios de Estapa, puesto que son ingresos por IVA y el endeudamiento resultante de subir el techo de gasto del 0,1 a un 0,3 %. «No hay ninguna medida singular valenciana para paliar un maltrato singular», indicó Baldoví.
El conseller de Hacienda, Vicent Soler, que no se desdijo en la SER de no haber advertido a Oltra, Ferrando y Baldoví del cambio de voto hasta haberlo hecho, insistió ayer en que lo conseguido «es un logro del Botànic». Con ello trataba de hacer ver que no se marcaba el tanto para el PSPV, sino para todos los socios.
El portavoz del PSPV en Les Corts, Manolo Mata, y hombre de confianza de Ximo Puig, sí se mostró en las redes sociales dispuesto a acercar posturas: «Y si nos alegráramos juntos de lo bueno y nos lamentáramos juntos de lo malo...» Juntos los escribió en mayúsculas las dos veces, remarcándolo. La vicepresidenta y consellera de Igualdad, Oltra, se mostró abierta a la propuesta del síndico socialista. No obstante, la número dos del Gobierno valenciano reclamó Mata que definieran la palabra «juntos» y a renglón seguido concretó que «a ser posible definámoslo juntos». Con ello daba a entender que Compromís no quiere romper el pacto de gobierno, pero tampoco quiere que la toreen.
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