PSPV y Vox se disputan el concejal que decidirá la alcaldía de Valencia

A un año de las elecciones municipales al Ayuntamiento de Valencia, nadie duda de que el próximo gobierno será la suma aritmética por bloques pero el ganador se decidirá, usando un término deportivo, por la 'foto finish'. La igualdad es absoluta y todavía está todo por decidir. La encuesta de Sigma Dos para LAS PROVINCIAS apunta un empate técnico entre el bloque del centro derecha y el de la izquierda. El sondeo ajusta la horquilla a un resultado entre 16 y 17 concejales en las dos orillas del imaginario político de la ciudad de Valencia.

En ese pulso entre bloques, el Partido Popular lideraría el del centro derecha mientras que Compromís se mantiene como referencia en el de la izquierda. La gestión de Ribó se fortalece con una fidelidad evidente por parte de sus votantes, que respaldan el trabajo realizado en los últimos tres años. El perfil del elector de izquierdas mantiene sus preferencias por la opción de la coalición econacionalista, que no sufre ningún desgaste frente al PSPV, que se queda en punto muerto como tercer partido de la ciudad y no termina de remontar -puede perder un edil a favor de Vox-. La opción de Unides Podemos sigue perdiendo votos, que van a Compromís o a otras formaciones sin aspiraciones de lograr representación. El partido de Ribó mantiene a flote el bloque de la izquierda.

El sondeo confirma además la salida de Ciudadanos del Ayuntamiento, que es una de las claves de cara al año de legislatura que queda por delante, ya que la sucesiva pérdida de apoyos de la formación de Fernando Giner repercute en la fortaleza del PP y de Vox para consolidar su alternativa de gobierno al actual equipo del Rialto que lidera Joan Ribó.

El titular respecto a las elecciones municipales de hace cuatro años es que la situación en el panorama político de la capital se mantiene estable en el reparto de apoyos pero la horquilla sí que puede hacer cambiar el color del gobierno.

Los electores de Ciudadanos, tras la fuerte crisis que ha vivido el partido en los últimos tiempos, se han fragmentado en tres partes. Una se desplaza a la opción popular que lidera María José Catalá; una segunda, con un peso también relevante, beneficiaría a Vox, y la última se mantiene fiel a la formación naranja aunque con un porcentaje por debajo del listón electoral del 5% de los apoyos, lo que impediría su entrada en el Ayuntamiento.

Una de las claves del año que queda para cerrar la legislatura es saber si la fuga de votos se mantiene en Ciudadanos, lo que por pura inercia beneficiaría todavía más al Partido Popular y a Vox, que podrían desarrollar aún más su músculo electoral.

El PP se presenta, con el trasvase de los votos naranjas a sus filas, como el partido más votado en Valencia. La opción de María José Catalá ganaría casi ocho puntos respecto a los comicios de 2019. La mitad de esa subida vendría directamente desde Ciudadanos y el resto de electores que de nuevo volverían a confiar en la propuesta de los populares.

La lista que encabezará María José Catalá, con ese apoyo mayoritario, sería la que más representantes lograría en el pleno, con 11 concejales, tres más de los que tiene en la actualidad. El PP recuperaría el puesto más alto del podio como el más votado en la ciudad. Un dato fundamental para las aspiraciones de Carlos Mazón a nivel autonómico, que necesita del impulso municipal en su partido para recuperar el gobierno de la Generalitat.

El mayor crecimiento lo experimenta Vox, que dobla su apoyo al lograr el 15,4% de los electores si se celebraran ahora las elecciones. El partido de Santiago Abascal arrastra también a un porcentaje de los electores de Ciudadanos, un dato que provoca que aspire a un grupo municipal de entre 5 y 6 concejales. En una horquilla de máximos, la suma le da al bloque de centro derecha 17 representantes y el gobierno del Ayuntamiento de Valencia.

En este concejal que baila entre Vox y el PSPV es donde está la clave del resultado electoral en Valencia. Los socialistas podrían perder, según la encuesta, uno de sus representantes en el Ayuntamiento respecto a los resultados de hace cuatro años, y lo ganaría Vox, que puede triplicar sus resultados actuales. Si Ciudadadanos pierde más apoyos se podría ratificar esa tendencia a favor del bloque de centro derecha. Compromís mantiene la lealtad de sus votantes en la ciudad e incluso aumenta el porcentaje de sus apoyos que llegarían desde las filas de Podemos. Ese aumento no se traduciría en un incremento de representantes, ya que la opción que lidera Ribó parece que ha tocado techo en la ciudad de Valencia con diez concejales.

Los populares valenci anos tienen una base de voto fiel con un 74,7% de electores que piensan revalidar su confianza en María José Catalá. El dato es que aglutinan el 48,4% del voto que deja Ciudadanos pero el 14,7% ven en ahora Vox una mejor opción.

Después del de Vox, es el voto más leal con un 83,9% de fidelidad en el recuerdo de voto. La fuga al PSPV es mínima con un 4,5% y Compromís capta la mayoría de los electores que abandonan la opción de Unides Podem, que trasvasa el 16,5% de las papeletas a Ribó.

El partido de Sandra Gómez mantiene un 65,8% de sus apoyos, un 6,3% votaría a Compromís y tiene un 17% de indecisos, el porcentaje más alto después de Unides Podem. En ese grupo está la clave para el futuro de los socialistas valencianos en la ciudad.

La formación de Santiago Abascal en Valencia es la que presente un mayor índice de lealtad: el 96,3% de sus votantes volvería a optar por esta propuesta, como ya hizo en las elecciones de 2019. Sólo el 3,7% de sus electores cambiaría el sentido de su voto para apoyar al Partido Popular.

El partido de Fernando Giner es el que refleja el mayor varapalo electoral en la ciudad de Valencia. La formación, tras la crisis interna en los últimos tiempos, ha visto adelgazado su granero de votos. Sólo repetirían el 29,8% de sus electores. La mayoría de los que no repiten apoyaría al PP.

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