Tras una fallida legislatura que arrancó en 2015 con un Congreso en el que fue imposible investir a un presidente, se volvieron a convocar unas elecciones generales para junio de 2016. En ese momento muchos partidos de izquierda trataron de tejer alianzas como la de Izquierda Unida y Podemos y en la Comunitat Valenciana surgió la idea de crear una lista unitaria progresista al Senado que incluía al PSPV, Compromís y el partido morado con el objetivo de intentar desbancar al PP, que históricamente ha obtenido la gran mayoría de los senadores. Los socialistas valencianos aceptaron el pacto pero Ferraz impuso el veto. Ahora, tras la convocatoria de elecciones al Congreso y Senado para el 28 de abril se resucitó una propuesta que los socialistas ya no ven con tan buenos ojos como antaño.
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El Senado se rige por un sistema de listas abiertas y desbloqueadas en el que cada provincia, independientemente de su población, elige cuatro senadores y cada ciudadano puede votar a tres representantes independientemente del partido. ¿Y suele ocurrir que los electores escogen a dirigentes de diferentes formaciones? Pues no. A la hora de la verdad se suelen votar las tres personas de la lista que han elegido para el Congreso. Este sistema llevó a que el PP obtuviera en la Comunitat nueve de los doce senadores. Es decir, logró el 75% de los representantes con un 35% de los votos. Los otros tres restantes fueron para Compromís y Podemos y el PSPV se quedó sin ninguno.
Pero la situación hoy en día es radicalmente distinta ya que por primera vez la derecha estará tan fragmentada como la izquierda (o más). La irrupción de Vox y el aumento de Ciudadanos que se vaticina en las encuestas hacen prever que el PP, aunque podría hacerse con la presidencia del Gobierno, podría perder la mayoría del Senado por el particular sistema electoral. ¿Por qué? Este fraccionamiento de los partidos más conservadores beneficia a los socialistas, que tienen a su alcance ser la primera fuerza política en las tres provincias valencianas por primera vez en décadas y hacerse así con hasta nueve representantes.
Hoy por hoy no se ve con sentido que Compromís y Podemos compartan lista para el Senado ya que, aunque sí lo hicieron en las anteriores elecciones, han rechazado esta coalición para el Congreso en esta cita. Esta fragmentación de la izquierda también deja al PSPV con aún más posibilidades de que las otras fuerzas progresistas no obtengan ningún representante y ellos si. Los socialistas también esperan crecer en votos y las últimas encuestas aseguran que lo harán y que una parte importante del electorado de Podemos apostará por ellos. Sin embargo, aún quedan dos meses para las elecciones, el contexto político actual es muy cambiante y nada está asegurado. Tampoco para el PSPV.
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