El PSPV se lanza al ataque personal contra Mazón, que tiende la mano a Compromís

Baldoví, concretamente, ha señalado que deberían ofrecerse ayudas directas similares a las vinculadas con los contribuyentes que declaran rentas más bajas. «Hay muchas familias que no hacen la declaración del IRPF porque no tienen ingresos para ello y también deberían poder beneficiarse del apoyo que el Consell ofrece», ha señalado el síndic de Compromís, que en los pasillos ha admitido su intención de negociar y dialogar. «Esperemos que recoja nuestras peticiones y así sabremos si es cierta esa voluntad de pactar que dice tener», señala Baldoví, que recuerda que él es muy fan de Santo Tomás y solo se cree lo que toca.

Antes de ese guante lanzado por Mazón, recogido por Compromís y que parece que se retomará en algún momento, durante la sesión de control se ha registrado un duro enfrentamiento, otra vez, entre el presidente de la Generalitat y la síndica del PSPV.

En el enfrentamiento entre populares y socialistas hay un elefante enorme que no está pero sí está. El clásico elefante en la habitación. O sea, Ximo Puig, el «expresidente ausente» de su escaño, al lado del de Torró, que ejerce como líder de la oposición por delegación. Entre ese desacople y el modo en que Mazón le respondió en la anterior sesión de control en Les Corts, la síndica del PSPV se ha lanzado a reprocharle al presidente su «micromachismo» por haberle guiñado un ojo. No se limitó a un breve zasca. Se extendió en ello e incluso mencionó que el jefe del Consell ha llamado a alguna periodista «bonica», tras lo cual ha dudado de su «catadura moral». Las críticas a la gestión de 100 días del Consell se centró, por tanto en un ataque personal a Mazón, que mostró un gesto muy serio. La oposición se lo tomó como una victoria por haberle «incomodado». En los pasillos se recordó los besos que el exconseller socialista Vicent Soler enviaba a la popular Eva Ortiz en debates similares a este. La piel es fina según quién y cuándo.

La bajada de impuestos que propone el Consell ha protagonizado las idas y venidas en un debate crispado y muy deficiente porque Les Corts sufre un colapso informático impropio del siglo XXI, incluso del siglo XX. El sistema de recuento de votos no funciona, las pantallas no funcionan y el sistema de audio no funciona. La sesión de control finalizó con las votaciones de los puntos debatidos el miércoles. A mano alzada, muy decimonónico, ante la mirada estupefacta de la tribuna de invitados, repleta de estudiantes de una era digital completamente ajena a este tipo de contratiempos.

El PSPV se abstuvo frente a la iniciativa del PP que insta al Gobierno central a que licite de una vez la ampliación del Puerto. Ese fue el punto más polémico. Los populares, por boca de su secretario general y diputado en Les Corts, Juanfran Pérez Llorca, se echaron las manos a la cabeza. Para el PP, que se pida el inicio de las obras portuarias y que los socialistas se abstengan es una pista del modo en que el partido de Sánchez se pliega a las peticiones de ERC. Los independentistas catalanes están manifiestan una relación inversamente proporcional entre su interés por ampliar el puerto de Barcelona y que ocurra lo mismo con el de Valencia, que es su principal competidor en España y el mediterráneo.

La diputada del PSPV, María José Salvador, ha negado la mayor al asegurar que «nuestra abstención deja atente nuestro apoyo a una ampliación que el PP utiliza políticamente. Mazón pedía consenso en su discurso del 9 d'Octubre pero no busca acuerdos y eso es cinismo». Para Baldoví, la posición del PSPV, ni a favor ni en contra de la iniciativa del PP, era la «esperable». En Compromís la rechazan. De hecho, los nacionalistas y los socialistas se han pasado cuatro años discrepando abiertamente sobre la obra, pero la obra no se licita, y esa congelación de la obra es la que los populares señalan mientras el PSPV «se pone de perfil», según Pérez Llorca.