La sospecha de pucherazo se apodera del PSPV con denuncias de amaño de votaciones

La repetición del proceso electoral, que podría tener lugar este domingo, deja en el aire el triunfo de Fernández Bielsa del pasado día 2, a pesar de que la comisión de garantías del PSPV proclamó los resultados como definitivos. El acuerdo provisional de la comisión de ética señala también que se abre un expediente informativo sobre el proceso en la agrupación de Sedaví. «La Comisión Nacional de Ética decidirá si es necesario repetir esta votación», aclara.

El mismo órgano recuerda que esta resolución es susceptible de recurso por las partes. De hecho, el entorno de Fernández Bielsa ha anunciado un recurso para este mismo miércoles. «Repetir votación en determinadas agrupaciones es un bochorno y una decisión inaudita que intenta voltear un resultado legítimo. Consideramos que no hay argumento jurídico para la repetición y por tanto la candidatura de Bielsa prepara la documentación, junto al servicio jurídico, para presentar recurso ante la comisión federal de ética y garantías», se ha señalado.

La decisión de la comisión de ética puede tumbar a Bielsa. El líder provincial se apresuró el domingo, a eso de las 21 horas, a proclamarse ganador de las primarias para elegir líder provincial del PSPV de Valencia. El plazo de 24 horas para presentar recursos contra el resultado transcurrió sin novedad. Y sin embargo, a día de hoy, lo más probable es que acabe siendo la calle Ferraz la que termine pronunciándose sobre las impugnaciones presentadas.

Y lo más significativo de todo es que la impugnación más llamativa, quizá la más polémica, la presentó la candidatura de… Bielsa. En Lliria, los miembros de la mesa electoral decidieron cerrarla y salir a comer, una decisión evidentemente anómala e irregular. Lliria es una agrupación mayoritariamente afín a Robert Raga -de hecho, el alcalde de Ribarroja se impuso por 34 votos a 14-. La candidatura de Bielsa, consciente de ese hecho, presentó por la noche un escrito de impugnación, al considerar que haber cerrado la urna constituía un hecho no previsto en la norma.

Y así es. No encaja en la norma. Otra cosa es qué solución se puede dar a esa situación. Lo que la comisión de ética y garantías que preside Toni Such debía decidir es si mantenía el resultado de Llíria, aceptando que fueron a votar todos los militantes que quisieron. O bien que se tratara una anomalía menor, y solventarla anulando el resultado de esa localidad, o grave, y por tanto obliga a repetir la votación.

Y esa última solución es la que sí que podría alterar el resultado. La revisión de las actas de las votaciones sitúa en 21, y no en 33 como se anunció el domingo por la noche, la diferencia de votos entre Bielsa y Raga. En Llíria se quedaron sin votar casi medio centenar de personas. Si se repite la votación, quién sabe si también puede cambiar el resultado definitivo.

Lo que parece probable, en cualquier caso, es que el asunto acabe en manos de la comisión de garantías del PSOE -Bielsa ya ha anunciado recursos-. La calle Ferraz ya ha sido informada del asunto y ha recomendado rebajar la tensión. De hecho, y a pesar de que ninguno de los dos candidatos ha alcanzado el 50% de los votos (al sumar los votos en blanco ninguno de ellos llega a ese porcentaje), y aunque el reglamento de primarias advierte de que en ese caso habría que ir a una segunda vuelta, Ferraz ya ha dejado ver que no es partidaria de esa decisión.

Quizá por ese motivo, la comisión de ética y garantías del PSPV ha decidió darse hasta este jueves antes de volver a reunirse para abordar esta situación, aunque ya ha hecho público su acuerdo provisional. Las fuentes socialistas consultadas por este diario admiten que este órgano «pudo precipitarse» al dar oficialidad a los resultados del domingo pese a no disponer de la totalidad de las actas de las votaciones como para poder chequear de forma correcta los resultados. «Darle la vuelta ahora al resultado sería un escándalo», se advierte.