El PSPV se queda solo en la defensa del Gobierno central por el acuerdo de financiación para la Comunitat

Los socialistas valencianos, por boca de Manolo Mata, síndic del PSPV, calificaron ayer el resultado del Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) de «revolucionario» y sin precedentes desde que arrancó el Estado de las Autonomías. Tanta euforia contrasta con la tibieza con la que se manifestó Podemos en relación a un acuerdo que el conseller de Hacienda, Vicent Soler, también elogió anteayer por considerar que el mantenimiento de las entregas a cuenta, los nuevos criterios de déficit y los fondos europeos anunciados por la ministra «garantizarán la suficiencia financiera para hacer frente a la pandemia y acometer la reconstrucción con éxito». En Compromís, sin embargo, no descorcharon ayer el champán. No se tomaron ni un café para celebrarlo. Su síndic en Les Corts, Fran Ferri, consideró que se trata de un resultado «decepcionante» e insatisfactorio tras una reunión «poco fructífera» y cuyas conclusiones no entienden.

Así de variada es la percepción del Botánico sobre un mismo hecho. Y se trata de los partidos coaligados para pilotar la Generalitat, que ayer practicaron una exaltación de la diversidad a la hora de valorar cómo trata el Gobierno del socialista Pedro Sánchez al Consell liderado por su compañero de partido, Ximo Puig. No es de extrañar, entonces, que a la oposición le parezca que no hay motivos para esa «alegría» que, según PP y Ciudadanos, demostró Soler a la salida del CPFF.

La portavoz del Consell, ejerció como tal y no como líder de Compromís, cuando se le preguntó ayer por el balance del Ejecutivo ante el modo en que el Gobierno central ha decidido repartir fondos para las autonomías. Mónica Oltra aseguró que «nos conviene esta propuesta», si bien admitió que en la Generalitat «no tiran cohetes». Parece que los fuegos de artificio se los quedó todos el socialista Manolo Mata para celebrar el acuerdo «revolucionario», una «barra libre de dinero», según el síndic del PSPV, extasiado por el modo en que el Gobierno central se maneja con la Comunitat.

Podemos ve positivo que se flexibilice el déficit y se garanticen los ingresos, pero lamentó que no se haya logrado un fondo de nivelación para la Comunitat. No obstante, la portavoz podemista, Naiara Davó admitió un aspecto que «no es positivo», una tibieza originada porque el resultado del CPFF no resuelve lainfrafinanciación valenciana porque «el Ministerio debe cumplir con sus compromisos: afrontar lo más rápidamente esa modificación de la financiación«. El socialista Mata, en su papel de anunciar el maná, aseguró que el balance del CPFF era tan bueno que rebasaba las expectativas »de los que pedían cosas«, un modo indirecto de referirse a reclamantes del pelaje de Compromís, que sin embargo, no se da por aludido, pues continúa pidiendo.

Ferri, de Compromís, argumentó su decepción en lo desventajoso que es para la Comunitat que el Gobierno le permita endeudarse más pero no sea capaz de articular un fondo de nivelación de su infrafinanciación, una herramienta que permitiría no engrosar los números rojos de la región de España con la deuda más abultada respecto a su PIB. El portavoz nacionalista advirtió, además, que de la implementación de ese fondo de nivelación para la Comunitat dependerá el voto de su coalición a los presupuestos que Pedro Sánchez presente ante el Congreso. El socialista Manolo Mata compareció inmediatamente después que Ferri, sin embargo, en vez de cruzarse en los pasillos de Les Corts dio la sensación de que uno vive en Venus y el otro en Marte.

Desde el PP, la portavoz adjunta Eva Ortiz ha dicho no entender la alegría del conseller de Hacienda, pues las dos cosas que reclamaba, que eran un déficit asimétrico y un fondo de nivelación, no las ha conseguido. Si que «te dé un portazo el propio Gobierno socialista» es motivo para estar contento, «con qué poco se conforman estos señores», advirtió Ortiz, Una línea similar a la que manifestó tanto Ruth Merino (Ciudadanos) como Llanos Massó (Vox). La oposición ofreció ayer una unidad en su escepticismo respecto al resultado del CPFF que contrasta con la diversidad de criterios exhibida por el Botánico, donde cada uno miró hacia un punto cardinal.