El PSPV se inclina por que el imputado Rodríguez sea candidato en Ontinyent

No hay una decisión formal, porque el PSPV elige mediante primarias a sus candidatos a alcalde. Pero la dirección nacional de los socialistas valencianos, la que encabeza Ximo Puig, está dispuesta a que el expresidente de la Diputación de Valencia y alcalde de Ontinyent, Jorge Rodríguez, encabece la lista del PSPV al Ayuntamiento de la capital de la Vall d'Albaida.

La decisión empezará a ser una realidad esta próxima semana. Mientras el titular del juzgado número 9 de Valencia instruye la causa y mantiene el secreto de sumario de las investigaciones -Rodríguez y la cúpula de la Diputación fueron detenidos y están imputados por los supuestos delitos de prevaricación y malversación-, los socialistas valencianos acaban de aprobar su calendario de primarias para elegir a los carteles electorales para los comicios de 2019. Para casos como el de Ontinyent, los plazos aprobados señalan que las precandidaturas deben formalizarse entre el 26 y el 28 de este mes -miércoles y viernes de la próxima semana-. Los socialistas no celebran primarias en los casos en los que ocupan la alcaldía, salvo petición expresa en sentido contrario. De manera que si ningún militante del PSPV de Ontinyent expresa su voluntad de recoger los avales para presentarse a primarias, Rodríguez -que está suspendido cautelarmente de militancia del partido -no tendría rival y su cartel electoral con los socialistas estaría más cerca de ser una realidad.

La dirección nacional que encabeza Ximo Puig no se ha pronunciado abiertamente sobre este asunto, con la esperanza hasta la fecha de que el juez que investiga el caso levantara el secreto de sumario y poder comprobar así la gravedad real de las acusaciones sobre Jorge Rodríguez. El calendario avanza, el secreto de sumario se mantiene, y a los socialistas les empieza a correr prisa designar a sus carteles electorales -siempre cabría la posibilidad de hacer una excepción con las primarias para la alcaldía de Ontinyent como la que Blanquerías ha acabado haciendo con Alicante-.

La explicación formal que se desliza desde la sede nacional del PSPV alude a que la línea roja para un cargo público, según el código ético del PSOE, es la apertura de juicio oral. En realidad, esa línea roja implica la expulsión inmediata del cargo y Rodríguez sólo está suspendido de militancia. Pero lo cierto es que si no hubiera novedades en el terreno judicial sobre este caso, lo que los socialistas valencianos estarían presentando es a un imputado como candidato a la alcaldía de una localidad de más de 35.000 habitantes, con el eco que tiene además el hecho de que se trate del expresidente de la Diputación y exportavoz de la ejecutiva del PSPV.

La decisión dejaría en evidencia el discurso de los socialistas que, en el momento en el que el PP valenciano se vio más sacudido por casos de corrupción, no dejó de reclamar responsabilidades a la dirección de ese partido.

Blanquerías espera consensuar con la dirección del PSOE la decisión sobre Rodríguez. Entre otras razones porque fue la posición contundente del secretario de Organización federal, José Luis Ábalos, la que derivó en la suspensión de militancia del entonces presidente de la Diputación -no presentó su renuncia a ese cargo hasta varios días después-.

Pero Ferraz guarda silencio. La dirección federal tampoco se ha pronunciado sobre el asunto y espera que sea Blanquerías quien mueva ficha. La posición mantenida por la líder provincial del PSPV de Valencia, Mercedes Caballero -persona de la máxima confianza de Ábalos- ha sido la de considerar que, en su caso, ella habría abandonado el puesto. Y algunos cargos de Ferraz consideran que un dirigente imputado y suspendido de militancia no puede encabezar una candidatura del PSPV.

En la decisión sobre Rodríguez pesará también la eventual respuesta del expresidente de la Diputación. La lentitud con la que abandonó la presidencia de la Diputación, la decisión de retener la alcaldía de Ontinyent y el hecho de haber mantenido contactos con normalidad con cargos institucionales de la Generalitat y de la propia institución provincial revelan que las intenciones de Rodríguez pasan por mantenerse en el cargo.

El alcalde de Ontinyent -que en su día llegó a postularse como alternativa de futuro a Ximo Puig- dispone además de un grupo de colaboradores y alcaldes afines que, en el caso de plantearse una posición de fuerza, podrían jugar un papel determinante. En la Fiesta de la Rosa celebrada el pasado domingo la comarca del PSPV de la Vall d'Albaida decidió no acudir a la convocatoria para expresar su disconformidad con la situación de Rodríguez.

Jorge Rodríguez convocó el pasado 10 de septiembre a una veintena de colaboradores y alcaldes de su comarca y de los que le acompañaron en su etapa como presidente de la Diputación. Durante la comida, celebrada en Xàtiva, Rodríguez departió con unos y otros sobre el escenario político general y sobre su situación orgánica en el PSPV -está suspendido de militancia desde su detención el 27 de junio pasado-. En aquella intervención, según las fuentes consultadas por este diario, Rodríguez no se refirió explícitamente a la posibilidad de que el PSOE le cierre el paso a repetir como cartel electoral en las próximas elecciones municipales. Pero en otros contactos, el alcalde de Ontinyent sí que ha trasladado a sus colaboradores que, si los socialistas no le dejan encabezar su candidatura en 2019, moverá ficha para hacerlo con otra candidatura -por ejemplo, con una agrupación de electores-.

La amenaza es más seria de lo que pueda parecer. El PSPV tiene 14 de los 21 concejales en el Ayuntamiento de la capital de la Vall d'Albaida. Una decisión que cerrara la puerta a que Rodríguez encabezara la lista socialista podría derivar en el paso al grupo de los no adscritos de los 14 concejales -todos de máxima lealtad a Rodríguez-. Incluso la diputada provincial Rebeca Torró podría seguir el mismo camino. Las fuentes consultadas ven muy probable que Rodríguez pudiera repetir el arrollador triunfo logrado en 2015 -o en su defecto una mayoría absoluta menos holgada-, incluso aunque se presentara a la cabeza de una agrupación de electores. Y en ese caso, la alcaldía e incluso la presidencia de la Diputación estarían en juego.