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Los presidentes de la Generalitat acaban embadurnados de optimismo. Antes o después. Es una confianza en el futuro que impregna su percepción de ... la realidad y su mensaje. Esta mañana, el socialista Ximo Puig, jefe del Consell, ha hecho un vaticinio: «La Comunitat será la primera, o de las primeras, en salir de la crisis». El líder del PSPV y morador del Palau ha exhibido en Les Corts un discurso repleto de ilusión. Los valencianos, a la cabeza de la recuperación económica. No es el primero. Tras la crisis económica que se desencadenó por las hipotecas basuras a finales de la década de 2000, la situación también era brutalmente complicada. El discurso de Fin de Año del entonces presidente de la Generalitat, Francisco Camps, también auguró un final feliz para los valencianos. «La Comunitat será la primera en salir de la crisis», anunció Camps en el tránsito de 2009 a 2010. La realidad fue menos bondadosa para los valencianos.
Curiosamente, en el discurso de entonces, Camps se extendió en dos asuntos. El dirigente popular, que ahora pretende ser alcalde de Valencia liderando la candidatura del PP (sin descartar presentarse bajo otras siglas), se comprometió a «seguir reclamando con fuerza y convicción el dinero que les corresponde» para así lograr, según Camps, una «financiación justa y equitativa», además de subrayar que «el agua de España es de todos los españoles», en relación a la necesidad de que el Gobierno central articulase una política hídrica que facilitase los trasvases. Más de diez años después, la infrafinanciación y el regateo del agua para el consumo y para el riego siguen sobre la mesa. Nadie, ni gobiernos populares, ni socialistas ni coaligados, los ha resuelto todavía. Ni desde el Palau ni desde la Moncloa. Sin embargo, los mensajes presidenciales se mantienen inalterables.
Puig considera que la Comunitat será de las primeras en salir de la crisis a pesar de contar con una renta per cápita por debajo de la media española, de recibir la financiación más perjudicial de todas las regiones del país, de sustentar su PIB respecto a un sector, el turístico, que afronta el futuro con importantes incertidumbres, de carecer de infraestructuras claves para su desarrollo como el corredor mediterráneo, y de contar con una economía que precisa de una modernización del modelo productivo condicionado a los fondos europeos. A favor de la Comunitat, el dato sanitario vinculado a la pandemia, el mejor de España, una situación volátil. Hace cuatro meses era el peor.
«Hay un cambio de mentalidad respecto al modo de actuar frente a la crisis», ha argumentado Puig, quien relató que hace diez años «se produjo un recorte histórico, y la respuesta del Consell ahora ha sido diferente, porque entonces se generó un desencanto que provocó un brote de indignación que eclosionó en el 15M. Nosotros hemos reparado derechos y protegido servicios sanitarios, educativos y sociales». El presidente de la Generalitat también se remontó a los gobiernos del PP para echar cuentas y asegurar que el Consell ha recuperado siete millones tras sentencias sobre casos de corrupción protagonizados por cargos del PP: «Vamos a recuperar otros tres más tras la sentencia de las 'pantallas' de la visita del Papa. Con lo que el total ascenderá a 10 millones por ahora».
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