![«Que Puig acabe gobernando en solitario es un escenario no deseable pero posible»](https://s2.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/202102/08/media/cortadas/manolo-mata-kiUC-RL6wqQz7Zxk1IysgsPZzNdK-1248x770@Las%20Provincias-LasProvincias.jpg)
![«Que Puig acabe gobernando en solitario es un escenario no deseable pero posible»](https://s2.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/202102/08/media/cortadas/manolo-mata-kiUC-RL6wqQz7Zxk1IysgsPZzNdK-1248x770@Las%20Provincias-LasProvincias.jpg)
Secciones
Servicios
Destacamos
BURGUERA
Lunes, 8 de febrero 2021, 00:18
El síndic socialista en Les Corts y vicesecretario del PSPV tiene en su despacho un transistor con la radio encendida y una pila de periódicos. Es ese mismo Manolo Mata que se abre un canal de Twitch, una cuenta en Clubhouse, cose acuerdos a tres y cuatro bandas en Les Corts o se faja con Oltra a cara de perro a pesar de ser amigos desde hace años. Le da para todo a Mata, para esquivar o para chocar de frente, hilar ideas o divagar, hacer reflexiones profundas, soltar una fresca o despacharse con una 'boutade', según le dicta el instinto.
–Cuando empezó esta legislatura usted esperaba que el Botánico estuviera apaciguado al incorporar a Podemos al Consell.
–Era fan de esa idea y es uno de mis mayores errores de análisis, pero no por Podemos, sino por Unides Podemos, o sea, también Esquerra Unida. Esa fue la batalla, los dos partidos, y creía que los conflictos serían menores.
–¿Por qué no ha sido así?
–Por las dinámicas internas, como eso que se llama visibilidad, algo muy de toda la vida. La gente cree que la visibilidad es fundamental, y eso pasa por la diferenciación, lo que complica la buena marcha de un proyecto colectivo. Genera distorsiones.
–¿Y quién quiere ser visible?
–Todos, pero especialmente nuestros socios porque nosotros ya tenemos la presidencia de la Generalitat, y la visibilidad es inherente a ese cargo. Quienes no la tienen a lo mejor quieren ganar visibilidad a costa de la presidencia... y eso no sé si es bueno.
–¿No lo sabe?
–Sí, lo sé. No es bueno.
–Incluso se comenta si Puig acabará gobernando en solitario.
–Cuando uno entra en un gobierno de coalición se puede producir cualquier escenario. El Botánico fue un proyecto ilusionante en la primera legislatura y lo es en esta y aspiramos a que lo sea en la siguiente. Otra cosa es lo que marque el electorado. Estamos comodísimos, pero si los socios no están a gusto o quieren abandonar o creen que por razones tácticas les conviene no estar en el Gobierno, que Puig acabe gobernando en solitario es un escenario no deseable pero posible.
–Usted también pone su grano de arena en esas fricciones.
–La visibilidad no puede ser a costa de las decisiones asumidas colectivamente. Hace falta unidad. Si hay un partido que pide restricciones muy duras, pero luego sus representantes a veces son laxos, pues hay una contradicción y quiero que se conozca.
–¿Las críticas de Compromís obedecen a un deseo de lograr más visibilidad?
–Creo que sí. Honestamente a lo mejor creen que son buenas, pero la única discordancia seria son los cierres de los centros comerciales.
–Pero usted le reprocha a Ribó que no cierre las playas.
–La situación era preocupante. La vicepresidenta pidió que la gente no fuera a la playa pero el Ayuntamiento, que tenía la potestad de cerrarlas, no lo hizo.
–¿Cuando usted critica está bien y cuando lo hace Compromís busca visibilidad?
–Porque yo veo lo que está pasando.
–¿Compromís no lo ve?
–¿Cuál? ¿Qué Compromís? Hasta hace unos pocos días no tenían claro si celebrar las Fallas, si la vicepresidenta pedía no ir a las playas pero ellos no lo cerraban las suyas... Esa es mi pregunta.
–¿A qué obedeció su dura acusación a Bonig de regodearse con los fallecidos por el Covid?
–Ahí me pasé de frenada. Tengo una relación personal muy buena con ella. La he visto sufrir por todo tipo de cosas, pero me voy haciendo mayor, un poco abuelo cebolleta, y venía de un pleno con insultos en una situación pandémica crítica, y me rayé.
–Oltra, Bonig... mujeres.
–Porque son dirigentes políticas. Yo no miro el sexo de las personas con quien discuto.
–Ya puestos, ¿qué pasa en el Gobierno central con la ley Trans que propone Podemos?
–Pues que tiene algunos puntos disparatados.
–Y ya que hablamos de los podemistas, ¿qué relación prevé con Pilar Lima, la nueva síndica en Les Corts?
–A lo mejor he tenido algún prejuicio, pero últimamente he hablado mucho con ella y creo que ya se ha investido del cargo. Entrará en otro esquema que le aportará otra óptica de las cosas. Es muy difícil estar en el Consell y en la oposición, y le va a tocar elegir en algún momento.
-¿Qué prejuicios?
–Pues que empleaba latiguillos de diseños políticos que a veces chocan con la realidad. Sus comentarios sobre la gestión de residencias públicas a lo mejor es viable dentro de 30 o 40 años, pero, hoy no. Los problemas se resuelven con soluciones; no sólo con analizarlos. En Podemos diagnostican muy bien los fallos pero sus propuestas tropiezan con la realidad y a veces son peores que el problema.
–¿Lima se moquetizará?
–Eso es inevitable cuando se llega a Les Corts.
–¿Le ha pasado también a Vox?
–También. Es como cunado Ciudadanos llegó queriendo abolir la Sindicatura de Comptes, la de Greuges... y ahora aluden mucho a esos informes. Y cuando oigo a Vox apelando a la agricultura valenciana y sus instituciones es un reconocimiento implícito de esas singularidades.
–Precisamente la Sindicatura de Comptes vuelve a afear la opacidad de los grupos parlamentarios con sus cuentas.
–Lo de la transparencia está muy bien, pero el funcionamiento de los grupos tienen una complejidad vinculada a la estrategia política. Si un grupo contrata abogados para llevar pleitos, lo mismo no quiere que se sepa qué abogados son, o los abogados no quieren que se haga público a quién asesora, o no quiere que se sepa a quién encarga las campañas de publicidad...
–Eso también podría alegarlo el Consell, pero el dinero es igual de público.
–Sí, pero el dinero de los grupos políticos, por una vía u otra es fiscalizado. En nuestro caso por el Tribunal de Cuentas del Estado. Las facturas del PSOE están analizadas. Y el Consell hace política, pero sobre todo gestiona dinero de los ciudadanos para su bienestar y no para hacer política, pero aquí en Les Corts se utiliza para hacer política, y eso tiene componentes complejos. Es bueno que haya transparencia en los números globales, pero soy más escéptico si se entra en los detalles, aunque si hay que hacerlo se hará.
–Llevan cinco años viendo informes de la Sindicatura y seguimos igual.
–Porque no es tan fácil. Fue un error decirle a la Sindicatura que nos validara las cuentas. Aquí hay un interventor que valida las cuentas y los gastos.
–Como en las consellerias.
–Pero no somos ni un partido ni una conselleria, somos otra cosa.
PSPV «En 2017 nadie pensaba que Puig adquiriría la relevancia que ha adquirido»
TRANSPARENCIA EN LES CORTS «Fue un error decirle a la Sindicatura que validara las cuentas de los grupos parlamentarios»
PODEMOS «Diagnostican muy bien los problemas pero sus soluciones tropiezan con la realidad»
–¿Otra cosa que debe quedar al margen del control?
–Es que ya existe, o vía la Sindicatura o vía la contabilidad interna de Les Corts.
–¿Es bueno limitar los mandatos de un presidente, ya sea del Gobierno o de la Generalitat?
–Depende. En México no funciona igual de bien que en EEUU. Personalmente pienso que es un actividad exigente y que desgasta y es ingrata, así que nunca he estado en un sitio más de seis años. Ahora llevo cinco y medio de síndic y no creo que esté mucho más, pero creo que la experiencia aporta, como es el caso de los alcaldes.
–¿Entonces?
–Tiene aspectos positivos y negativos. Los que entran nuevos traen ideas frescas y el resto se repite o va perdiendo la ilusión.
–¿Eso pasa en la Generalitat?
–No, llevamos poco tiempo. Hay alcaldes que llevan desde casi el inicio de la democracia y cada día mejoran. Les Corts, por ejemplo, son complicadas de entender y es una pena que se vaya gente como Fabiola Meco, Montiel... o gente del PP que ya no está.
–Le estoy preguntando por el presidente de la Generalitat.
–Es una persona dedicada las 24 horas a su trabajo, que mantiene la ilusión del primer día e innova en sus apuestas y agobia a sus equipos. No veo en él síntomas de cansancio o de agotamiento intelectual ni de nada, puede perfectamente continuar.
–¿Que credibilidad tiene la palabra del líder de un partido que en 2017 dice que no optará a la secretaría general y luego sí se presenta?
–Es que cambian las circunstancias. Hace cuatro años el presidente aspiraba a otro mandato como secretario general del PSPV pero en ese momento nadie pensaba que su figura adquiriría la relevancia que ha adquirido y que hoy le convierte en un activo que aglutina al partido, que está más unido que nunca y entre otras cosas por él.
–¿Qué pasaría si Puig no siguiera como secretario general del PSPV?
–Sería una mala noticia para el PSOE. A nivel personal, también. Que cuente conmigo de una manera importante me parece muy bien y creo que es generoso, no tiene prejuicios. Para mí Puig ha sido un descubrimiento estos años del que disfruto cada día.
–¿Está cómodo sin formar parte de su núcleo duro?
–Hablo con él todos los días varias veces por teléfono y presencialmente. Escucha y toma nota y no me siento nada incómodo con sus decisiones. No sé qué es eso del núcleo duro, pero yo antes de la pandemia comía y cenaba mucho con él, y nunca me ha dado una orden ni he tomado decisiones que no compartiese.
–¿Qué le parece la figura política de Sandra Gómez?
–Ha crecido mucho desde que entró en el Ayuntamiento de Valencia en 2015 y lo hace muy bien.
–¿Se ve usted como candidato a la alcaldía del Ayuntamiento de Valencia?
–No.
–¿Por qué?
–Porque me vi hace 10 años pero mi partido no me vio, y no lo seré.
–Las circunstancias cambian, según ha dicho hace un momento.
–Pero no en este caso. Hay que tener la vocación, voluntad, fortaleza y el deseo de aportar, y yo no lo tengo. No sería bueno para mí ni para mi partido. Es una página que he pasado.
–Dice además que no cree que siga mucho más tiempo como síndic del PSPV.
–Los síndics tienen una labor gratificante pero también ingrata y esto tiene ciclos. Llevo cinco años y medio y no creo que esté mucho más. No me veo mucho más tiempo aquí.
–¿Ese «mucho más tiempo» es este año?
–Bueno, la legislatura está muy complicada y seguramente la acabaré, si el partido no decide otra cosa.
–Pues eso es hasta 2023.
–Dos años, y ya será sorprendente porque nunca habré estado tanto tiempo en un cargo político, si llego hasta entonces.
–Es el síndic de un presidente de la Generalitat que más años lleva en el cargo.
–Pues sí pero no sé por qué. Con el PP hubo muchos, a Blasco, Serafín Castellano, Costa... es complicado, pero cambiar de aires está bien.
–Pues si no se ve de candidato en Valencia, ni mucho más tiempo como síndic... ¿Su labor en el mundo de la política está en la recta final?
–Claro que sí. Uno va teniendo una edad. En eso soy como canta Andrés Calamaro, no sé lo que quiero pero sé lo que no quiero.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.