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Puig alarga hasta dos meses y medio su absentismo del control de Les Corts

Puig alarga hasta dos meses y medio su absentismo del control de Les Corts

El Botánico aprueba un calendario parlamentario que aplaza hasta el 11 de febrero la fiscalización al presidente, desactivada desde finales del pasado mes de noviembre

burguera

Miércoles, 27 de enero 2021, 00:23

El Botánico se ha sumergido en el mar del infortunio para todo lo que se refiere a la pandemia. Ha trasladado también sus decisiones en el marco político a una especie de destino inexorable. Todo ocurre porque sí. Nada más se puede hacer contra el virus y nadie asume responsabilidades políticas frente a las terribles cifras de la pandemia. De este modo, no se ofrecen explicaciones razonables de por qué en materia de fiscalización al presidente de la Generalitat, Ximo Puig, los grupos de la izquierda han aprobado un calendario de actividades parlamentarias que permiten en absentismo del jefe del Consell de las sesiones de control hasta el 11 de febrero. Así son las cosas porque así tienen que ser y no pueden ser de otro modo. La oposición pedía tres plenos más a partir de que, el próximo día 1, se inicie el periodo de sesiones. Antes, durante este mes, reclamó la presencia de Puig en la diputación permanente para que explicase del descontrol del coronavirus en la Comunitat. Tanto el calendario, ahora, como esas comparecencias, entonces, se rechazaron y se rechazan. Desde el 26 de noviembre, Puig no acude a una sesión de control parlamentario al presidente, una de las atribuciones de la Cámara. Ya es casualidad, pero esa última presencia del jefe del Consell aconteció cuando la transmisión del virus aún no se había desbocado en la Comunitat. Pasarán 77 días cuando lo vuelva a hacer. Será el 11 de febrero. Dos meses y medio largos más tarde.

Hubo un tiempo en que el propio Puig, desde la oposición, proponía incrementar el protagonismo político del parlamento valenciano. Al poco de llegar el Botánico al poder, se confeccionó un código de buen gobierno donde se instaba a los consellers a priorizar su agenda parlamentaria a la del Consell. Sin embargo, el año pasado fue el primero desde 2014 que en enero no se celebraron plenos ordinarios (es ahí donde se producen las sesiones de control al presidente). Este año tampoco se fiscalizará al presidente en enero. El Botánico esperará hasta la segunda semana del mes que viene, una cuarentena a partir de hoy.

Y no es que Puig no vaya a comparecer nunca, porque una vez empiece lo hará de manera profusa. Sin embargo, no comenzará a acudir a la Cámara hasta dentro de medio mes mientras se vive el mayor estado de alerta sanitaria, económica y social en la Comunitat desde hace décadas, en el punto álgido de una pandemia ya de por sí devastadora.

El tripartito aprobó ayer con su mayoría el calendario parlamentario con 12 plenos repartidos entre febrero y julio. Podrían ser 15, según la oposición, pero en todo caso será una de las cifras más altas de sesiones plenarias. Eso sí, respetando huecos allá donde siempre se han dejado, en las fechas patronales y fiestas de guardar, que desgraciadamente da la sensación de que no se podrán disfrutar, pero que todavía servirán para crear paréntesis dentro de los ciclos de plenos en la Cámara.

La portavoz del PP, Isabel Bonig, lamentó que este nuevo calendario se aprueba tras «un año atípico donde la fiscalización al Gobierno no ha existido o ha estado muy controlada por las circunstancias». Toni Cantó (síndic de Ciudadanos) ha coincidido en que esta agenda se queda corta y hay «poquito control al gobierno cuando ya venimos de un año en el que se ha controlado poquito». Desde el tripartito se alegó ayer que las comisiones parlamentarias también se utilizarán para controlar la actividad de los consellers, un método de fiscalización que para José María Llanos (Vox) es insuficiente.

«Los periodos son los que son», recalcó Mata, el síndic del PSPV, cómodo con esa especie de (falso) azar que ha propiciado que se haya aprobado la propuesta que él y sus compañeros del Botánico imponen. El portavoz socialista subrayó que «ningún presidente en la historia de la democracia valenciana» ha acudido tanto a Les Corts, además de incidir en que las intervenciones públicas de Ximo Puig a causa de la pandemia «se multiplican por mil», un incremento un poco excesivo en realidad, aunque Mata ya había aclarado previamente que él «es de Letras», así que quizá haya multiplicado de más.

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