Puig aprovecha el 23-J para reactivar la oposición al Gobierno de Mazón

«Estamos en el camino correcto, hemos frenado en España el fanatismo y ahora buscaremos aquí la oportunidad». Con estas palabras el secretario general del PSPV y expresidente de la Generalitat, Ximo Puig, adelantaba lo que iba a ser la hoja de ruta del partido durante la próxima legislatura. ¿Pero qué quiere decir Puig con «oportunidad»? Va mucho más allá de la simple ocasión que se le presenta a los socialistas tras el 23-J de hacer frente a un bloque PP-Vox que salió más vivo y fuerte de la elecciones autonómicas de lo que cualquier encuesta pudiera pronosticar. Se trata de la «oportunidad» de reavivar su condición de oposición al Consell de Mazón a la que fueron relegados hace dos meses. Es un chute de vida para una formación que fue destituida de su puesto tras ochos años de Gobierno por un partido que en la Comunitat Valenciana había sido castigado duramente en las urnas en un pasado.

Con «oportunidad» también se refiere Puig al intento de revitalizar de alguna forma una posición que alomejor no le tocaba y que puede deberse a errores del Gobierno central. No es fácil encajar una situación así y menos cuando te das cuenta de que has pagado por un 'pato que es de otro' y que quienes debían rendir cuentas permanecerán provisionalmente en el poder (y puede que también en los próximos cuatro años).

Ahora, tras ver los resultados de las generales, Puig apuesta por «llevar la iniciativa y marcar la agenda», tal y como han confirmado fuentes que han participado en la reunión de diputados de este miércoles. En este sentido, el dirigente socialista explicó que harán «un oposición vigilante y propositiva» en la que estarán «atentos a los retrocesos y se harán propuestas para el futuro de la Comunitat Valenciana». Tampoco dejó pasar en rueda de prensa su opinión respecto a los resultados del pasado domingo.

El expresidente cree que el escrutinio final muestra que «la ciudadanía ha mandado un aviso con sus votos al nuevo Consell PP-Vox y les ha dicho claramente que no pueden gobernar para la mitad de la población». Y, lo que está claro, es que para el nefasto resultado de la derecha (comparándolo con los sondeos que avecinaban una mayoría absoluta) hay responsables. En lo que atañe a la Comunitat, adelantar un pacto con Vox aumentó el miedo de gran parte de los valencianos. Además, que suscribir un acuerdo como el que se firmó, hecho con prisas, era innecesario. Tras esto, la ventaja para el Partido Socialista, aunque no se veía venir, tampoco era impredecible, y aunque ya nadie pueda devolver a Puig la presidencia supone una «oportunidad» de reescribir el papel del PSPV en la nueva legislatura y coger la oposición con más fuerza.