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Burguera
Lunes, 28 de agosto 2023, 00:26
La caja fija, una especie de monedero extra de la Administración que se utiliza para gastos al margen del presupuesto (y, obviamente, de la fiscalización ... de los órganos de control), sufrió un importante manoseo en el tramo final de la pasada legislatura. El incremento global en toda la Generalitat fue importante respecto al mismo periodo del año anterior. También en el caso de Presidencia. Desde enero hasta la llegada de las elecciones, en el área de Puig tiraron con pólvora de rey especialmente en el apartado de 'Gastos diversos: reuniones, celebraciones y conferencias'. Gastó, literalmente, como nunca antes. Mucho más que durante el mismo periodo de los cuatro años anteriores… juntos.
Durante la última legislatura del PP en el poder, PSPV y Compromís apretaron con insistencia al Gobierno de Alberto Fabra al conocerse una serie de gastos de caja fija de anteriores Ejecutivos populares que la propia María José Catalá, entonces portavoz del Consell, calificó de «poco decorosos». La izquierda lamentaba que los gastos en caja fija superasen anualmente los 100 millones por parte de la Generalitat. La cifra se ha rebajado notablemente. El tripartito de la izquierda redujo ese gasto sin control, partidas fuera de presupuesto. Sin embargo, ya a finales del año pasado, el Sindic de Comptes insistió en el abuso de la caja fija por la Generalitat.
Habrá que ver qué opinan los auditores ante el modo en que el tripartito afrontó el tramo final de la legislatura. Con las encuestas advirtiendo reiteradamente de un empate técnico entre la izquierda y el de la derecha, los últimos meses del Botánico al frente de la Generalitat registró un incremento de hasta un 37% en gasto de caja fija respecto al mismo periodo del año anterior. De enero a mayo. Si en 2022 se gastó casi 7,3 millones, este año se pagaron facturas por un valor de 10 millones de euros.
El área en manos de Puig gastó bastante más que otros años, en general. De enero a julio de este ejercicio se acumularon facturas imprevistas y fuera de presupuesto por valor de 169.407 euros. Es un incremento interanual de 32.000 euros, un 23% más. En 2019, también año electoral, la caja fija de Presidencia se situó en los 121.000 euros. Luego llegó la pandemia, lo que se refleja perfectamente en el desplome de este tipo de gastos.
Entre los gastos diversos en reuniones, conferencias y celebraciones de Presidencia entre enero y julio de este año (el expresidente Puig cedió el testigo al actual jefe del Consell, Carlos Mazón, el 17 de julio) se giraron hasta diez facturas por servicios de una misma empresa de cátering. Unos 10.500 euros. No es la única empresa afortunada. Un conocido restaurante también giró numerosos servicios. Se comió y se vivió con moderación (esperemos) pero sin pausa.
El ambiente en Presidencia los meses previos a las elecciones era de plena confianza. Pensaban que ganarían el 28-M. La campaña del líder del PSPV se diseñó en torno a su figura, con un perfil discreto e institucional. Se huyó de los debates con Mazón. A lo que no se renunció fue a organizar actividades fuera de presupuesto, con reuniones, celebraciones y conferencias en abundancia. Este apartado registró un gasto en caja fija (fuera de presupuesto) de 49.518 euros. ¿Mucho? Comparado con una fiesta en una discoteca de Ibiza, quizá no. Sin embargo, un año antes, en ese mismo periodo y en ese mismo apartado, Presidencia registró facturas por un valor de 19.319 euros. El aumento de un año a otro es espectacular, un 156%. En 2021, el posterior a la pandemia, se giraron facturas por valor de 6.614 euros; en 2020 fueron 4.402 euros y una cantidad muy similar en 2019. De enero a julio, entre 2022 y 2019, se invirtió en ese tipo de gastos menos que en el mismo periodo de este año.
La Sindicatura recuerda reiteradamente en sus informes anuales sobre las cuentas de la Generalitat que los pagos mediante caja fija «deberían tener un carácter extraordinario y limitarse a los requerimientos establecidos en la normativa reguladora».
A pesar de ello, departamentos como el de Sanidad se suele acoger «a este sistema especial de forma ordinaria debido a la insuficiencia presupuestaria«. Sin embargo, la institución estatutaria encargada de fiscalizar el gasto público de la Administración advierte que recurrir una y otra vez a la caja fija »debe evitarse para no eludir los controles del gasto, la fiscalización de la intervención y la segregación de funciones« establecidos en la normativa de general aplicación.
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