Puig elige susto: otra vez de la mano de Ángel Franco en Alicante

Y siendo eso cierto, no lo es menos que a Puig le favoreció otra circunstancia, casi tan determinante como su actual fortaleza orgánica. El exsenador socialista Ángel Franco, verdadera referencia de poder del socialismo en la ciudad de Alicante, también apoyaba a la actual portavoz socialista en Les Corts. Nada podía fallar y nada falló. Adversarios demasiado poderosos para Adsuar, la candidata apoyada por el líder provincial, Alejandro Soler.

Por tanto, la victoria de Barceló lo es de Puig -que habría cosechado un sonoro fracaso en primera persona si la exconsellera no hubiera logrado la victoria-. Y lo es de Franco, que una vez más ha ido de la mano del actual secretario general del PSPV. ¿Qué habría pasado si el todopoderoso dirigente alicantino hubiera presentado una alternativa? Probablemente también habría ganado Barceló, pero en todo caso eso no ha sucedido ni parece que vaya a suceder.

Porque si algo tiene Franco es olfato político. Más de veinte años controlando la agrupación socialista de Alicante, incluso a pesar de espectáculos como el provocado por Paco Sanguino, candidato a la alcaldía en los comicios de 2019 y actualmente concejal no adscrito del consistorio, tras un enfrentamiento público, descarnado, con Franco, por la elección de asesores del grupo municipal.

Franco controla el grupo socialista -se le atribuyen la mayor parte de decisiones orgánicas, desde la designación de asesores hasta la propuesta del actual secretario general, Miguel Millana-, decide candidatos y ordena la composición de las listas. Los cambios de liderazgo en el partido, a nivel federal o nacional, no le afectan. Se ha hecho fuerte en esa agrupación y es la pieza a tener a favor para conseguir cualquier objetivo. Lo sabe Puig y lo debe de saber también Ana Barceló, a la que le tocará negociar con él la candidatura municipal.

Volver a apoyarse en Franco conlleva riesgos. Y Puig es consciente. El socialismo alicantino convive con un líder que ha hecho del clientelismo la llave para mantener el control de la organización, sin exponerse al desgaste de las convocatorias electorales ni de los procesos orgánicos.

La designación como candidata a la alcaldía de Alicante de la exconsellera estaba cantada desde que Puig la situó como portavoz parlamentaria en sustitución de Manolo Mata. «No hay nadie mejor que ella, y si alguien en el partido piensa otra cosa es porque no quiere que ganemos», se señalaba desde el entorno del Palau de la Generalitat. Las fuentes del PSPV consultadas por LAS PROVINCIAS señalan que «nadie en su sano juicio en el partido puede pensar que hay una candidatura mejor que la de Barceló para la alcaldía de Alicante».

La opción de la consellera de Innovación y Universidades, Josefina Bueno, quedó pronto descartada. Bueno podría encabezar la lista de los socialistas a Les Corts por esa misma circunscripción.

En todo caso, la selección del candidato por Alicante ha sido bastante menos accidentada que la de hace cuatro años. Entonces, el PSPV barajó más de media docena de nombres como posibles alternativas para, en último término, decantarse por Sanguino. Como es sabido, la apuesta resultó fallida, primero en términos electorales. Y después, en el plano de la imagen del partido.

De hecho, la respuesta a aquella polémica -con Sanguino relevando a asesores y concejales afines a Franco mientras seguía sin presentar una dimisión que él mismo había anunciado días antes- fue encargar un sondeo para buscar el mejor cartel electoral posible para las próximas municipales. Barceló era uno de los nombres sobre los que se preguntaba. Que finalmente se hayan tenido que celebrar primarias -Alicante es la única ciudad valenciana importante en la que los socialistas han votado el cartel electoral- ya demuestra lo delicado de la situación interna en esa capital.

Para Puig, Alicante resulta electoralmente un territorio clave. Si la ciudad de Valencia ya resulta un lastre para el socialismo valenciano, que no logra ni acercarse a los porcentajes de apoyo que Puig obtiene a nivel autonómico, sumar Alicante a esa situación de freno electoral podría debilitar las opciones de Puig de revalidar la presidencia de la Generalitat.

El triunfo de Barceló, aunque haya tenido que someterse a una votación en primarias, es la mejor noticia posible para Puig. Especialmente porque al elevado nivel de conocimiento de la exconsellera se suma la indiscutible vinculación de su imagen a la del Gobierno valenciano. Un dato no menor, que evitará posibles fugas de voto socialista en función de la cita electoral municipal o autonómica.