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JC. F. M.
Jueves, 31 de enero 2019, 00:13
valencia. A escasos cuatro meses para el 26 de mayo, y con un escenario electoral marcado por la incertidumbre, cualquier detalle o gesto o la decisión aparentemente más intrascendente genera una brecha entre teóricos aliados. La última, la decisión de Ximo Puig de enviar al conseller de Hacienda, Vicent Soler, a la reunión preparatoria de la conferencia de presidentes anunciada por el Gobierno central -pero aún sin fecha-. «Ha sido una decisión unilateral» del Palau, remarcó ayer un colaborador de la vicepresidenta del Consell y líder de Compromís, Mónica Oltra. A la cita, celebrada ayer en Madrid, representantes de todas las CCAA. En todos los casos, vicepresidentes, portavoces o consejeros de Presidencia. En todos menos en el caso valenciano. En lugar de la vicepresidenta y portavoz, Mónica Oltra, acudió el conseller Soler, acompañado de la secretaria autonómica Clara Ferrando.
El asunto podría interpretarse como un pataleo. Pero no lo es en tanto que la cuestión a abordar en la reunión -y ese fue el principal cometido con el que Soler acudió a la cita- era el de que el representante valenciano volviera a poner el acento en la exigencia de un nuevo sistema de financiación autonómica. Un objetivo demasiado apetecible -se pensó quizá desde el Palau- como para cederle todo el protagonismo a la líder de Compromís. En las últimas semanas, especialmente tras la presentación del proyecto de Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2019 y la constatación de que la reforma del modelo financiero no se abordará esta legislatura, el nivel de beligerancia de la formación nacionalista con esta cuestión -y en general con la gestión del conseller de Hacienda- han ido en aumento. Una circunstancia que contrasta con el cambio de discurso del jefe del Consell, que hizo de esta exigencia su principal bandera política hasta que Pedro Sánchez llegó a la Moncloa. Y que, desde ese momento, ha optado por una posición mucho menos combativa. Así lo reflejó en el discurso de fin de año, cuando apenas dedicó una frase a la «inaplazable» reforma del sistema de financiación autonómica.
En la reunión de ayer, el conseller de Hacienda pareció querer recuperar el nivel de exigencia exhibido antaño con la reforma de la financiación. Soler emplazó ayer a la ministra de Política Territorial, Meritxell Batet, a «reconducir e incentivar» la reforma de la financiación autonómica, desbloqueada en la Conferencia de Presidentes de hace dos años y que aún sigue pendiente de abordar tras múltiples retrasos. El modelo actual se aprobó en 2009 y caducó el 31 de diciembre de 2013. Desde ese momento el Gobierno central, con Rajoy y ahora con Sánchez, ha venido prorrogando ese sistema que, según la administración autonómica, deja a la Comunitat sin los ingresos suficientes para atender sus servicios públicos básicos.
Soler admitió que el hecho de que «estemos en precampaña electoral» no favorece el acuerdo para la convocatoria de la Conferencia de Presidentes, que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se comprometió a celebrar con carácter anual a su llegada a la Moncloa, si bien, el consejero reconoció que es «evidente que habrá que hacerla». En su intervención en el comité preparatorio, Soler puso énfasis en la situación de la Comunitat, que, dijo, es la más infrafinanciada de España, y demandó un reparto adecuado de recursos para poder abordar el Estado del bienestar.
El titular valenciano de Hacienda también apostó por avanzar aunque Cataluña siga manteniéndose al margen: «No puede ser una excusa». Además, emplazó al grupo de decisión que debe abordar este asunto a reunirse cuanto antes.
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