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Acuerdos sí, «pero sin vasallajes». Esa es la hoja de ruta que el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, se ha marcado en su relación con el Gobierno central para tratar de influir en las decisiones que deberán poner fin al estado de alarma y al confinamiento total de manera progresiva. Y para eso, el presidente valenciano tiene su propia receta, basada en utilizar todos los datos a su alcance para conocer el «mapa real» de contagios de coronavirus en la Comunitat y poder diseñar así una salida del aislamiento domiciliario de manera «descentralizada», no sólo respecto del conjunto de España, sino también en la propia Comunitat.
Puig se pronunció en estos términos ayer, tras participar en la quinta conferencia de presidentes que el líder del Ejecutivo central, Pedro Sánchez celebra cada domingo con los mandatarios autonómicos. El jefe del Consell aboga por llegar a un amplio nivel de detalle en los datos que permita una acción diferenciada incluso por departamentos de salud, ni siquiera por comunidades autónomas o ciudades. Puig pidió que el estado de alarma no se extienda más allá de la última prórroga solicitada, en los términos planteados por el Gobierno central porque, según explicó «es fundamental superar el período de confinamiento y repensar seriamente qué sucederá de aquí a tres semanas» para que el daño económico y psicológico «no se convierta en irreversible». Para ello, apostó por echar mano de la cirugía fina con las cifras y basar las decisiones en el mapa real de contagios. «La desescalada se debe producir atendiendo a criterios territoriales, demográficos e incluso por sectores económicos», explicó durante su comparecencia por videoconferencia.
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Puig pidió a Sánchez que el centralismo no se produzca entre Estado y comunidades autónomas, pero tampoco entre éstas y los municipios, para que «donde no había casos y sigue sin haber» se puedan tomar medidas distintas sin que eso suponga que se produzcan contagios. Para ello, el presidente valenciano señaló que tanto la apertura de ese aislamiento como un nuevo posible cierre de las medidas de confinamiento sea «dinámico». Es decir, que se puedan revertir decisiones si la situación, sobre los datos cambia. Su sensación es de que el Gobierno «escuchará a las comunidades» pero alertó de la «falta de mecanismos federales» que permiten que quienes tienen las competencias sobre determinadas políticas las puedan ejercer con agilidad. El jefe del Consell desveló también que otros presidentes autonómicos habían pedido a Sánchez que el Gobierno relaje aún más las medidas, más allá de permitir a los menores poder dar paseos, para que los adultos puedan salir a hacer deporte de manera individual, incluso para los mayores. «Esperamos el nuevo marco del estado de alarma», señaló, pero reconoció que dar una respuesta clara de cuándo volverá la normalidad a la actividad económica, social o turística es casi «imposible». «En todo caso, será una nueva normalidad». «Yo aspiro a volver a la normalidad de antes, pero no sé ni cuándo ni cómo».
Puig detalló que el Gobierno central ha abierto una vía de negociación con las comunidades a través del Ministerio de Sanidad y de la Vicepresidencia cuarta para recopilar y estudiar las medidas que se proponen para iniciar la desescalada, antes de que la prórroga del estado de alarma se debata en el Congreso para ser aprobada por los grupos. Eso sí, advirtió de que los distintos gobiernos deberán garantizar el derecho al trabajo y si no se puede desarrollar, continuar ayudando a quienes no lo pueden cumplir. Por eso, ha advertido de que las comunidades necesitan más recursos para poder seguir prestando sus servicios y ayudar a que ninguna empresa se quede atrás. Para ello, remarcó que la Generalitat «continuará defendiendo» en los acuerdos de país la «suficiencia financiera de las comunidades autónomas». A su juicio, «no es posible fortalecer el estado de bienestar» sin esta suficiencia, sin la liquidez «pero sobre todo sin el cambio estructural del modelo de financiación» «Así, aunque puede sonar que no es el momento, si hay acuerdos de Estado ha de configurarse la suficiencia financiera de las comunidades», desde «la igualdad entre personas y la singularidad de los territorios».
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En este sentido, Puig ahondó en su recurrente reclamación de que «se asuma cierta corresponsabilidad en el ámbito fiscal» y ha rechazado la «atomización» en este ámbito. Preguntado sobre este punto, señlaó que el Consell necesitará «muchos recursos» para la recuperación y debe aplicarse «un nuevo marco fiscal en que el propio déficit público va a cambiar» y «tendremos que endeudarnos más».
En este sentido, criticó que «no tiene lógica decir que hay que quitar los impuestos y por otra parte exigir recursos», por lo que pidió «tratar» esta cuestión «con mucho rigor» y «no menospreciar la capacidad analítica de los demás». Según el jefe del Consell, hay que «marcar unas reglas de juego en las que haya igualdad entre todos los españoles», porque no afecta igual esta «crisis brutal» a «los que tienen más capacidad económica» que a otros. «Aquí llueve sobre mojado», lamentó.
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Puig defendió que la «factura» de la crisis del coronavirus «no debe caer sobre la ciudadanía y los que tienen más problemas», que no puede haber una «fractura social» y se «deben hacer las cosas bien». Por ello, se mostró partidario de la «progresividad fiscal» y la alianza publico-privada para que los gastos de los próximos meses «no sean irreversibles en los próximos años». Además, reclamó que la financiación europea debe llegar «a todas las empresas» que necesitan liquidez para «no morir». Consideró que se ha dado un «movimiento positivo» en Europa y reclamó así que los recursos «lleguen a todas las comunidades autónomas».
El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, realizó una «valoración positiva» del anuncio del Gobierno central de una inyección «extra de liquidez» a las comunidades, al tiempo que reivindicó la «suficiencia financiera de las autonomías para fortalecer el Estado de bienestar», no solo con la inyección de liquidez sino también con un «cambio estructural del modelo de financiación».Puig anunció que hoy mantendrá una reunión con el conseller de Hacienda, Vicent Soler, para «concretar todas estas nuevas aportaciones» y trazar el «itinerario» para «conseguir la liquidez básica para dar a las empresas valencianas y trabajadores». Aunque señló que prefiere dar la información «con rigor» tras este encuentro con el conseller, avanzó que su «horizonte» está en recibir los 2.200 millones de euros que reclamaban desde el Consell.
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