Puig posterga hasta después del verano los relevos en el Consell

El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, ha cumplido con los vaticinios de algunos de los veteranos socialistas que le conocen bien y ha optado por la procrastinación: ha postergado una idea que le ronda hace tiempo, acometer una renovación de una parte del Consell. Desde hace un par de meses, el presidente contempla la posibilidad de introducir cambios en su Gobierno, tal y como ya adelantó LAS PROVINCIAS. La renovación se utilizaría como un modo de demostrar iniciativa política con el arranque del nuevo curso, con nuevas apuestas que concretar en el debate de política general del mes de septiembre.

Sin embargo, es posible que ese debate en Les Corts llegue sin que Puig se haya decidido a una de las cosas que menos le gustan, según algunos dirigentes del PSPV: cesar a miembros de su equipo. De momento, lo ha postergado a después de las vacaciones de agosto, en contraste con lo ejecutado por Compromís y Podemos. La vicepresidenta Mónica Oltra, reacia a los cambios cuando considera que algo funciona, ha renovado la mitad el segundo escalón de su conselleria, la secretaria autonómica de Igualdad y Diversidad, y la de Atención Primaria. Los podemistas han depurado políticamente su conselleria, la de Vivienda y Vicepresidencia, de la cual el vicepresidente Rubén Martínez Dalmau ha cortado la cabeza a los dos directores generales, Ángela Ballester y Jaume Monfort, que se posicionaron junto a Fernando Navarro en la pugna interna del partido.

¿Y Puig? A la espera. Si acaso, en la conselleria de Gabriela Bravo ha dicho adiós la directora general de Justicia y su subdirectora, un relevo voluntario aduciendo razones personales. Hasta ahí.

El presidente valenciano trabajaba con su núcleo de colaboradores más cercano en una hoja de ruta que incluía cambios notables. El propio Puig admitió durante la pandemia que el coronavirus obligaba al Consell a modificar su perspectiva y que eso también incluiría a su propio organigrama. Sin embargo, las dudas han aparecido y la rumoreada renovación puede acabar limitada a un puñado de retoques destinados a completar las direcciones generales vacantes y remodelar algunas áreas. Este diario ya avanzó que el presidente ya ha sondeado a algunos candidatos a incorporarse a la administración autonómica. Los relevos, de producirse finalmente en septiembre, llegarían como mucho al segundo escalón de la Generalitat, aunque en círculos socialistas se especula con que afecte a alguno o a varios consellers socialistas.

Las fricciones entre departamentos del Gobierno valenciano (por ejemplo, a cuenta de la presencialidad de los funcionarios en las oficinas o la opción de impulsar el teletrabajo) propiciaron que incluso entre los más afines al presidente surgieran hace semanas voces instándole a realizar cambios en las consellerias tuteladas por Compromís, algo que se descartó una vez la tensión interdepantamental se rebajó, pero que provocó sorpresa entre los dirigentes nacionalistas al conocer el modo en que el entorno de Puig le ha propuesto zanjar contundentemente las habituales discusiones y emboscadas entre socialistas y nacionalistas valencianos.

El primer cuarto de legislatura ha concluido sin que se resuelva la tensión política entre los socios del Consell. Compromís aprovecha todas las ocasiones que puede para mostrar un perfil propio, como en el caso del superávit de los municipios. La pandemia ha dejado un escaso margen al Gobierno valenciano para generar ilusión y no hay más meta que la de lograr que el debate de la infrafinanciación se active de una vez a nivel nacional.

Igualmente, los cambios en las consellerias socialistas podrían servir para ceder espacio o responsabilidad a miembros del PSPV que no pertenecieran a su entorno más cercano. En el Congreso socialista de Elche, Puig logró el apoyo del 56% de las papeletas, y con un nuevo cónclave a la vista (probablemente en 2021, el secretario general puede intentar ganarse el apoyo de aquellos de los que se olvidó sin disimulo tras la victoria ilicitana, y que aún están pidiendo espacio en el Consell.