Puig recupera a Alarte en su Consell como director general

El pleno del Gobierno valenciano ha aprobado en su reunión de esta mañana una serie de nombramientos en el segundo escalón del Consell. Los movimientos, que se venían anunciando desde antes del verano, no afectan a la composición del Ejecutivo, pero sí a subsecretarios, secretarios autonómicos y directores generales. Los nombramientos derivan en la modificación del decreto de estructura del Ejecutivo que preside Ximo Puig.

Entre las incorporaciones -junto a la ya anunciada de Pere Rostoll como director general de Relaciones Informativas-, están las de tres exaltos cargos del Consell, que ya habían ocupado puestos destacados en el segundo escalón. Juan Ángel Poyatos, exsubsecretario de Sanidad y exdirector general de Sector Público entre otras responsabilidades, asume la dirección general de Coordinación que permanecía vacante. Poyatos dependerá del secretario autonómico de Presidencia, Andreu Ferrer, y su cargo asume responsabilidades vinculadas a la coordinación de proyectos, con la vista puesta en la captación de fondos europeos. Presidencia toma el mando así de la llegada de un área, la del dinero proveniente de la UE, en manos hasta ahora de la dirección general que dirige en Hacienda Andreu Iranzo, propuesto en su día por Compromís.

Junto a Poyatos, el otro exalto cargo que regresa al segundo escalón del Consell es Verónica López. La exdiputada y exdirectora general de Justicia, natural de Altea, asume la subsecretaría de la conselleria de Innovación que dirige Carolina Pascual. López ocupó dos años la dirección general Justicia durante dos años, y fue destituida tras la polémica por el fallo de un desfibrilador en la Ciudad de la Justicia que derivó en la muerte de un hombre. De hecho, fue la propia consellera, Gabriela Bravo, la que señaló a su exalto cargo como responsable de aquellos hechos. Otro de los cargos recuperados es Mónica Almiñana, como avanzó la Ser. La exsenadora y exgerente del hospital La Fe -dejó el cargo en junio del año pasado- asume la subsecretaría de Sanidad.

Otra de las novedades en el Gobierno de Ximo Puig -quizá la más sorprendente- es la designación de Jorge Alarte, el ex secretario general del PSPV, como director general. Se encargará de la relación con las comunidades autónomas y representación institucional. Alarte, tras perder en el congreso del partido contra el propio Puig, se alejó de la formación. En las elecciones de 2015, sin embargo, iba como número uno al Senado, pero no consiguió representación. De esta forma, quizá Puig salda ese compromiso pendiente con su compañero en las filas socialistas.

Recuperar a exaltos cargos del Ejecutivo, que por uno u otro motivo abandonaron en su día sus responsabilidades, deja entrever las dificultades de Presidencia para incorporar nuevos fichajes a la estructura de la administración autonómica. Los nombres sobre los que Presidencia trabajaba ayer no incluirían por tanto guiño alguno en clave orgánica al sanchismo, aunque se había especulado con esa posibilidad.

La reorganización del segundo escalón, en el que Puig y su equipo de colaboradores más cercanos ha venido trabajando estos días, incluye otros nombramientos. La dimisión del director general de Trabajo. Gustavo Gardey, diagnosticado de una enfermedad rara, ha provocado el nombramiento para este puesto de Elvira Ródenas, destacado miembro de la dirección de UGT en la Comunitat Valenciana.

Junto a estos puestos, el Palau trabajaba ayer en la búsqueda afanosa de una nueva secretaria autonómica de Comunicación, puesto que deja Blanca Marín, que se iría a una empresa pública. Aunque se había especulado con que el puesto quedara vacante -sus competencias se repartirían entre Rostoll y Hacienda-, las fuentes consultadas señalan que ayer mismo se habría optado por cubrirlo. La sustituye Beatriz Gallardo.

El Consell también nombra a un director general de relaciones con las CC AA, y representación institucional.