La 'Araña infernal' y los silbatos protagonizan un disparo de lo más original
El pleno del Consell presidido por Puig, ayer. JUANJO MONZÓ

Puig rompe con Oltra y adelanta las autonómicas para elevar la participación

Disuelve Les Corts y convoca elecciones el 28 de abril junto a las generales mientras Compromís ve dudas jurídicas en la decisión

JC. F. M.

VALENCIA.

Martes, 5 de marzo 2019, 01:08

Al final sí que se atrevió. El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, accionó ayer el botón de final de la legislatura. Pese a las dudas sobre si mantendría las intenciones que en privado llevaba días reconociendo y tras planteárselo en repetidas ocasiones desde el ecuador de la legislatura, justo cuando ya parecía que no tenía sentido -porque el calendario ordinario llevaba los comicios apenas un mes después-, el líder de los socialistas valencianos decidió dar el paso y firmar el decreto de disolución anticipada del Parlamento y de convocatoria de las elecciones autonómicas el 28 de abril, el mismo día de las generales.

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Puig se decidió a adelantar los comicios y, con ello, certificó el final del pacto de Gobierno que ha mantenido toda la legislatura con Compromís. La vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra , hizo visible desde finales de la semana pasada su discrepancia con la medida. No había, dijo, «razones políticas» para justificar un adelanto de las elecciones. En realidad las razones de Puig han sido precisamente eso, políticas. Compromís ha tratado hasta el último momento de intentar que el presidente valenciano diera marcha atrás. «No se atreverá, en el último momento cederá», señaló en privado hace pocos días un cargo nacionalista. En realidad, desde que Oltra expresó su negativa a la decisión, al líder del PSPV ya no le quedaba otra salida. «Era convocar o ceder ante Oltra. La segunda opción era un suicidio político», se admite desde el PSPV.

La decisión de adelantar los comicios, la convicción absoluta del presidente de la Generalitat, arrancó de un almuerzo la semana pasada en el Palau con el ministro de Fomento y secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos. En esa cita, el presidente valenciano obtuvo las certezas que necesitaba para llamar a las urnas. Primero, que la dirección federal del PSOE no pondría ningún impedimento a una decisión de ese calado -el propio dirigente federal lo ratificó ayer mismo-. Y segundo y más importante: que los datos de que disponía la dirección federal eran lo suficientemente positivos como para arriesgarse a avanzar elecciones autonómicas. Puig ha venido remarcando los últimos días, lo volvió a hacer ayer mismo, que la decisión debía de contar con el mayor número posible de participantes. Se refería, en realidad, a poner en valor el hecho de que en las generales hay más participación que en las autonómicas -aunque habrá que ver cómo afecta el puente de San Vicente-. Con un PSOE de subida, según las encuestas y un Compromís desdibujado en unas generales, la ocasión para adelantar elecciones era perfecta. Las razones son, obviamente, políticas. Y Pedro Sánchez, adversario orgánico hace menos de tres años, se presenta ahora como el aliado necesario.

El Palau disponía de informes jurídicos que sostenían la legalidad de la convocatoria anticipada de comicios

Y por ese motivo, a Compromís no le interesan. Oltra insistió ayer en tratar de frenarlas. Una conversación de menos de treinta minutos en el despacho del presidente, entre el jefe del Consell y la vicepresidenta, retrató las discrepancias. La dirigente de Compromís, con un tono en ocasiones áspero según las fuentes consultadas, le radiografió todas y cada una de las dificultades jurídicas que, a su juicio, ponían en cuestión la prerrogativa del presidente. La disposición adicional quinta de la Loreg que dice que las elecciones deben celebrarse junto a las europeas si no hay un margen superior a los cuatro meses entre ambos comicios. Le afeó que se planteara una decisión que podría hacerle pasar «del mejor presidente de la Generalitat a ser el peor» -según algunas fuentes- y que la responsabilidad del éxito o del fracaso de la decisión sería exclusivamente suya.

Informes jurídicos

La maniobra de presión no surtió efecto. Para las dudas jurídicas, Presidencia de la Generalitat ya se había pertrechado de los pertinentes informes jurídicos. El jefe del Consell tiene voto de calidad, de forma análoga a lo que la legislación en materia de procedimiento administrativo atribuye a cualquier órgano colegiado. Y el acuerdo del Consell al que se alude en el Estatuto de Autonomía no supone una referencia a una votación en sí, sino al hecho de que el presidente traslada la decisión a su gabinete. Durante el pleno no hubo una votación como tal, aunque Oltra evidenció la oposición de los consellers de Compromís a la medida. Por la mañana había planeado incluso la posibilidad de que Puig llegara a recurrir a la destitución de algún conseller, e incluso la de nombrar un conseller sin cartera, que decantara la votación a su favor.

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Oltra traslada en el pleno que los consellers propuestos por Compromís rechazan la decisión del presidente

De la reunión de las 12.00 Oltra ya salió con el convencimiento de que habría adelanto electoral. «El presidente me ha dicho que seré la primera en enterarme de su decisión», explicó a los medios. En realidad, lo que Puig evitó es que la líder de Compromís, rodeada por una nube de micrófonos a la salida del Palau, pudiera anunciar el anticipo electoral y aprovechar la coyuntura para cuestionarlo.

De lo que se trataba a partir de ese momento era de decidir si Compromís y sus representantes en el Consell se oponían formalmente a la medida o terminaban por asumir lo inevitable. La comparecencia de Oltra por la tarde, afeando a Puig que se sumara a las generales y la forma en que le había comunicado su decisión, certificó el final del matrimonio de conveniencia. El término mestizaje ya quedó enterrado hace meses del lenguaje del Botánico. Lo que toca desde ahora es la competición pura y dura. Ya no vendrán codazos y zancadillas. El juego sucio es ahora una amenaza real -habrá que ver si sólo hasta que acaben las primarias de Compromís-.

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La carrera electoral puede tener consecuencias. La pugna entre PSPV y Compromís por el voto progresista -con un Podemos en caída libre y condenado casi antes de empezar a jugar- se antoja dura. Oltra no quiso romper todos los puentes. Pese a las dudas jurídicas, dijo no a la posibilidad de plantear algún tipo de recurso ante los tribunales. Tampoco descartó volver a pactar con el PSPV. Ruptura calculada.

Los alcaldes socialistas también han mostrado ya, al menos en privado, su discrepancia con una decisión que pone en peligro sus resultados para el 26 de mayo. «Después de una gran movilización para frenar a la extrema derecha -en alusión a las generales y las autonómicas- ¿quién vuelve a activar el voto un mes después con el mismo argumento?», se pregunta alguno de los alcaldes socialistas con mayor nivel de respaldo. En el PSPV se considera, no obstante, que la sangre no llegará al río. «A ninguno de los dos nos interesa romper», señaló uno de los responsables del PSPV. Si la justificación del adelanto electoral tiene que ver con la movilización del voto progresista -advertido desde el 2 de diciembre del empuje de Vox-, los socialistas creen que es a la derecha a la que hay que poner en el punto de mira.

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La explicación no vale para Compromís, que percibe la voluntad del PSPV de invisibilizarle. «Son autonómicas y la campaña tiene que ser en clave valenciana», reclaman los nacionalistas. Un criterio similar al expuesto hace pocas fechas por Puig, cuando se mostraba reacio a sumar autonómicas y generales.

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