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Al presidente de la Generalitat, Ximo Puig, le gusta mucho decir aquello de que la lealtad debe ser un valor de ida y vuelta ... . O al menos, en su ideario. Sin embargo, siempre hay alguien dispuesto a ponerle los pies en la tierra, sobre todo en lo que al partido se refiere y decantarse más por aquello del perdono pero no olvido. Ayer, en Valencia, los socialistas salieron del letargo en el que la pandemia los tenía sumido y recuperaron su actividad presencial con un acto de la agenda nacional del partido, con un centenar de cargos en el Centre del Carmen.
Y como en todo lo que a la vida orgánica se refiere últimamente, y sobre todo en vísperas de un otoño de congresos, la cosa aquí también va de contarse. Y si de medirse los apoyos se trata, ayer la federación socialista valenciana acudió en comando a apoyar al ministro de Transportes y secretario de organización del PSOE, José Luis Ábalos, que por momentos hizo jugar al líder del PSPV, Ximo Puig, como visitante en su propia casa.
Ábalos no mencionó la gestión de la Generalitat ni para ponerla en valor ni para todo lo contrario. Simplemente, pasó de puntillas por el trabajo del Gobierno valenciano. El ministro lo justificó en que lo que ayer celebraba el partido eran los tres años del primer gabinete de Sánchez en Moncloa, tras la moción de censura a Mariano Rajoy, en 2018. Un acto que se podría haber celebrado en Valencia o en Albacete.
Ábalos hizo repaso a esos tres años y puso sobre la mesa los retos más inmediatos que el Ejecutivo central tiene sobre la mesa para, dijo, «recuperar la cohesión territorial». Así se refirió al posible indulto a los presos del procés que el Gobierno planea y que copa el debate político estos días. Un debate en el que el líder del PSPV, Ximo Puig, es uno de los pocos apoyos del Ejecutivo. «Entre elección y elección tuvimos que gestionar la sentencia del procés», explicó el ministro. Una sentencia que, recordó, «sancionó hechos producidos durante el gobierno de Rajoy». «Ahora todo parece culpa nuestra», pero, «como todas las cosas que no son fáciles, los socialistas lo vamos a arreglar», dijo. «Lo vamos a hacer como siempre, inspirados en los valores de la Constitución y también con respeto a la legalidad», avisó. «Nunca lo hemos hecho de otro modo». Además, el ministro lanzó un aviso a navegantes: «El tiempo del Gobierno dura cuatro años», sentenció. «Ahora estamos en condiciones de reactivarlo todo. Este tiempo de esperanza, optimismo e ilusión también lo vamos a protagonizar». Ni alusión a la complicidad con el Gobierno central de la que hace gala la parte socialista del Consell. Una cercanía que el líder del PSPV, Ximo Puig, sí quiso poner en valor durante su turno.
Y es que Puig se pasó toda su intervención reivindicando los nuevos modos que el Gobierno central aplica a la Comunitat y a su Ejecutivo. Recordó delante del ministro Ábalos los miles de millones que han llegado a la Comunitat para los ERTE, avales y créditos para empresas. Señaló el talante del Ejecutivo de Sánchez con males endémicos como la financiación, sin reformar, tras tres años con el PSOE en Moncloa, y disculpó al actual Gobierno porque «han hecho más en tres años que otros gobiernos en veinte». Y reclamó la reforma del sistema, mientras recordaba que el Botánico ha salido en defensa de Sánchez durante toda la pandemia. También ahora con los indultos. Pero la lealtad, en este caso de partido, se quedó a mitad de camino por la otra parte.
Por su parte, la secretaria provincial del PSPV de Valencia, Mercedes Caballero, señaló que todos los avances sociales siempre han llegado con el PSOE.
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