![Nadie quiere investigar a Rafa Blasco](https://s3.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2025/01/05/BLASCO-RhBkSH3SQd6bI368BaP4uqO-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
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El último capítulo –se ignora si el definitivo– de la saga Blasco fue un hallazgo casual en el marco de la macrocausa de Azud, esa investigación que tiene la particularidad de aglutinar indicios de criminalidad para antiguos cargos del PP y también del PSPV.
Las ... pesquisas acerca del patrimonio oculto de Alfonso Grau, exvicealcalde de Valencia y mano derecha de Rita Barberá, pusieron el foco en los Estados Unidos donde reside una de las hijas del político. Allí, en una cuenta, los especialistas observaron que había una transferencia de la empresa Edinboro, controlada por el empresario Miguel Montoro, una de las familias señaladas por el caso Azud.
Esto despertó las sospechas. ¿Qué tenía que ver la hija de Grau con esta mercantil? Los agentes siguieron tirando del hilo y comprobaron que la sociedad disponía también de una cuenta en Suiza y ahí saltó la monumental sorpresa. Rafa Blasco apareció como uno de los titulares del depósito. Allí había 600.000 euros que rápidamente desaparecieron tras las primeras noticias del caso Cooperación donde el conseller fue condenado a seis años y medio de prisión.
La Fiscalía siempre sospechó que ese dinero supuestamente procedía de algún otro caso de corrupción hasta la fecha ignorado. Una comisión de un empresario por un presunto trato de favor. Pero en un primer análisis, desde el ministerio fiscal se entendió que los hechos estaban prescritos penalmente y, por tanto, sólo envió el expediente al Tribunal Superior de Justicia (TSJ) y a la Audiencia de Valencia donde se han dictado sentencias contra Blasco con el objetivo de que indagaran sobre esa cantidad para el pago de las responsabilidades civiles.
Sin embargo, días más tarde, rectificó y solicitó que se investigara el origen y los posteriores movimientos de ese dinero en el país helvético. El TSJ envió el expediente al decanato de los juzgados y el asunto fue a parar a Instrucción 10 de Valencia, que se inhibió y lo mandó de nuevo a Instrucción 13, el seno del caso Azud, un sumario con centenares de tomos.
La titular del órgano, no obstante, no aceptó las diligencias. La decisión se sitúa de nuevo en Instrucción 10 que podría quedarse con el caso o bien plantear una cuestión de competencia que sería resuelta por la Audiencia de Valencia.
De cualquier modo, independientemente del desenlace, esto ya ha generado un leve retraso en la investigación. Resulta habitual que algunos juzgados traten de evitar causas mediáticas o de gran complejidad, tal y como está sucediendo actualmente con la dana. Son investigaciones que se prolongan durante años y, además, prácticamente monopolizan la actividad del juzgado. No es de la misma magnitud, pero, de momento, nadie quiere quedarse con Rafa Blasco.
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