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A mes y medio para las elecciones municipales y autonómicas, la inmensa mayoría de las encuestas –las que se dan a conocer y las que ... no- mantienen una situación de igualdad máxima entre izquierda y derecha. El Botánico se juega su reedición en que Podemos mantenga el 5% de los votos y mantenga su representación en Les Corts. Y el PP aspira a recoger el mayor número posible de votos de Cs, partido condenado a la desaparición, y a sumar con Vox para alcanzar los 50 escaños que marcan la mayoría absoluta.
¿Y cómo está Vox? La respuesta a esa pregunta es una de las grandes incógnitas a resolver el 28-M. El partido de Abascal se ha acostumbrado a vivir en la discreción, casi en el secretismo. Tras el discutible recorrido obtenido con la moción de censura de Ramon Tamames, la formación de derecha populista ha vuelto a ese estado de semicongelación, del que solo trascienden decisiones vinculadas a crisis municipales desde el cambio de liderazgo en la provincia de Valencia, que pueden derivar en menos candidaturas municipales.
La fortaleza de Vox es determinante para que el PP valenciano alcance el Ayuntamiento de Valencia o la presidencia de la Generalitat, por poner dos ejemplos, aunque para el cap i casal Maria José Catalá tendría bastante con ser la fuerza política más votada. Para la Generalitat, en cambio, esa opción no cabe.
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Desde la moción de censura a Pedro Sánchez, que según algunos sondeos ha servido para reforzar al PSOE, Vox ha vuelto a esa especie de calculada invisibilidad, que en casos como el de Castilla y León le sirvió para alcanzar la vicepresidencia de la Junta. Quizá tratando de alejarse del error que supuso situar a Macarena Olona en las elecciones andaluzas.
¿Y en la Comunitat? Carlos Flores, candidato a la presidencia de la Generalitat, se esfuerza por hacer una campaña propositiva y de constante presencia pública. Una actividad que, sin embargo, no viene arropada por el resto del partido. Con el cartel electoral para el Ayuntamiento de Valencia, Juanma Badenas, ocurre algo similar: escaso impacto público de su voluntariosa campaña.
¿Y eso en qué se traduce? El PP de la ciudad de Valencia ya desliza con toda tranquilidad que está dispuesto a gobernar en solitario –circunstancia que se producirá si es la formación política más votada y no hay acuerdos con otros partidos-. Un escenario que parece admitir esa teoría de que Vox en la ciudad podría crecer, pero de una forma contenida.
¿Y para Les Corts? Los sondeos vaticinan un significativo crecimiento del PP de Carlos Mazón, que se perfila como el más votado en las elecciones autonómicas, aunque seguiría necesitando a Vox para alcanzar la mayoría absoluta. Esos sondeos, sin embargo, no se ponen de acuerdo respecto a la situación del partido de Abascal. Alguno de los últimos estudios sociológicos que se manejan en el entorno del PSPV plantean incluso un leve descenso de ese partido que, en la práctica, impediría a la derecha alcanzar la mayoría absoluta.
La pasividad y la apatía que deja entrever el partido de Abascal en la Comunitat alcanza incluso para que se construyan teorías respecto a la estrategia de la formación verde. Las fuentes consultadas con este diario remarcan que Vox se juega mucho más su futuro en las elecciones generales de final de año que en los comicios municipales y autonómicos del 28 de mayo.
De hecho, incluso se sugiere que de cara a una eventual negociación con Feijóo tras las generales, a Vox le conviene más un PP contenido que uno que pueda negociar desde una posición de fortaleza tras obtener grandes éxitos electorales el 28-M. «Es el PP contra todos», se señala.
Desde esta óptica, a la formación de derecha populista le preocuparía sólo parcialmente alguna pérdida de apoyos el 28-M. «Saben que si el PP saca buen resultado en locales y autonómicas les deshincha a ellos las expectativas en generales y les da menos poder de negociación», se explica.
El PP valenciano observa con preocupación la situación de Vox, consciente de que el éxito del 28 a nivel autonómico obliga a que la suma de ambas formaciones alcance los 50 escaños. Por lo pronto, el líder del PPCV Carlos Mazón centra sus últimos mensajes de campaña en los beneficios fiscales para las clases medias y bajas, en las que Vox cuenta con predicamento. El PPCV trata de compensar a la carrera esa eventual pérdida de fuelle de Vox. La duda es si le dará para tanto.
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