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El Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat (TSJ) ha rechazado la celebración de una vista previa antes de resolver sobre la condena al exvicealcalde de Valencia, Alfonso Grau, por aceptar relojes de lujo de un contratista del Ayuntamiento de Valencia. Las defensas solicitaron esta vista para explicar directamente a los magistrados la fundamentación de sus recursos. Sin embargo, los magistrados del TSJ no lo consideran necesario.
Este tipo de vistas, a las que acuden los acusados, suelen ser excepcionales. Además, la defensa del empresario había pedido la incorporación de determinada documentación -no estaba en el expediente inicial- que, en teoría, favorece a los acusados. Pero la Sala de lo Civil y Penal del TSJ ha rechazado igualmente la unión al procedimiento.
Los criterios para admitir pruebas en segunda instancia son muy limitados. Recientemente, el exmarido de Mónica Oltra, condenado por abusos sexuales a una menor, también ha reclamado la incorporación de nuevos informes en esta fase del procedimiento. Sin embargo, en este caso, se trata de dosieres que se descubrieron con posterioridad a la celebración de la vista. Se desconoce el contenido de la documentación que quería aportar los dos acusados.
El exvicealcalde Alfonso Grau se enfrenta a uno de los momentos más complicados. La confirmación de la condena le obligaría a entrar en prisión y, además, le dejaría en una situación muy comprometida de cara a negociar una posible conformidad en otros asuntos en los que se ha visto implicado como un posible delito electoral en las campañas del PP de Valencia de 2007 y 2011.
La Audiencia de Valencia le impuso nueve meses de cárcel por aceptar relojes de lujo de un empresario y otros tres años y tres meses de prisión por blanqueo al acudir a la tienda a cambiar esas piezas por otras de mayor valor y ocultar de esta forma el origen ilícito. Las defensas concentran buena parte de sus esfuerzos en conseguir que desaparezca el segundo de los ilícitos.
El empresario Urbano Catalán, dueño de la empresa Transvia, habitual contratista del Ayuntamiento de Valencia, también fue condenado a nueve meses por ser el comprador de los obsequios. En este procedimiento, en ningún momento se investigó la relación de los presentes con un amaño de contratos. "No llevan aparejada ninguna resolución tratándose solamente de tener contento al funcionario", precisa el fallo. Así, las dádivas se entregaron por el cargo que ocupaba Grau, vicealcalde de Valencia y mano derecha de la todopoderosas Rita Barberá. Es un supuesto idéntico al que llevó a Camps al banquillo, aunque por un importe mucho más elevado que el de la ropa de la trama Gürtel.
Los relojes eran dos piezas exclusivas. Los hechos que la Sala dio por probados se remontan a las Navidades de 2010, cuando el exvicealcalde adquirió un reloj de oro (A. Lange & Söhne), cuyo importe era 25.000 euros. Para esta operación, Grau entregó más de 12.000 euros y un reloj Breguet Classique, valorado en más de 13.000. La investigación -y la sentencia- determinaron que este último artículo fue comprado por la agencia de viajes. Idéntico procedimiento se repitió en 2012. En este caso la pieza que compró Grau fue un Vachever Patrimony de 16.825 euros. Adelantó otro reloj de los regalados a cuenta (11.575 euros) y puso 5.000 euros de su bolsillo. El valor de los obsequios excede notablemente de aquellos que se podrían encuadrar como costumbres navideñas.
El político popular siempre negó que el empresario le hubiera hecho esos obsequios. Alegó que fueron regalos familiares, pero no quiso desvelar la identidad del comprador para no someterle a mayor presión mediática. Su mujer, María José Alcón, falleció mientras estaba investigada en el blanqueo del PP.
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