La repesca del Palau

Presidencia es el nuevo lugar de trabajo para Elena Cebrián, la que fuera consellera vuelve a «casa», a la Generalitat. No es la primera vez que desde el Palau de la Generalitat se promueve el 'reciclaje' de figuras políticas bajo el paraguas del jefe del Consell, cuyo departamento es tan amplio que sirve para que retome su actividad una exconsellera de Compromís, un excandidato de Ciudadanos por Alicante o un aspirante a senador socialista que antes fue ni más ni menos que secretario general del PSPV y rival de Puig. De todo hay en la viña del señor y en la viña del presidente.

Desde Compromis consideran que es «un valor» que Cebrián vuelva a la Generalitat a aportar su conocimiento y la experiencia adquirida como consellera y en el Ministerio. Además, señalan que se trata de alguien que «entiende el espíritu de trabajo de un gobierno de coalición y es defensora de las políticas del Botànic».

«Ahora bien, llama la atención la rimbombancia que se ha dado desde Presidencia a algunos nombramientos de personal eventual, con rango de asesor y sin competencias delimitadas. Especialmente tiene gusto por la denominación de 'comisionados' y que según la RAE son los encargados de una comisión. Pueden ser los casos de comisionados para fondos europeos, atención primaria, para comprar material COVID, para la Vega Baja, o en el último caso, como el de Cebrián, que sirve para cubrir una plaza de naturaleza funcionarial vacante desde hacía tiempo», deslizan desde Compromís.

Fuentes de Presidencia explican que «no hay una motivación global, cada uno aporta por dinámicas completamente diferentes. Sí hay un hilo conductor, que es ampliar la mirada del Consell, y para eso hay que dar cabida a gente lo más diversa posible».

Presidencia es un departamento multicompetencial. Además de asistir la actividad del jefe del Consell, cuida del turismo valenciano. Pero si hace dos años parecía importante mimar la relación con Bruselas, a partir de la pandemia y la generación de multimillonarias ayudas, los fondos europeos se han convertido en un punto cardinal en las políticas del Consell de cara al futuro. El deseo de captarlos (a través de Presidencia y la puesta en marcha de una Oficina de Recuperación) y, a partir de ahí, distribuirlos (donde también se cuela la Cohesión Territorial, igualmente en manos del presidente), da pábulo a que el departamento que lidera Ximo Puig sea el área más hospitalaria para los perfiles más diversos. Ya dijo el jefe del Consell en diciembre de 2019, a cuenta de los flujos migratorios, que la Comunitat es «tierra de acogida», y así defendió la diversidad como «una riqueza». La opulencia acogedora de políticos dispares en Presidencia no tiene rival. Puig cuenta con más de una veintena de asesores.

Fuentes socialistas admiten que Puig no descuida la idea de ocupar «la centralidad política», lo que podría explicar que reúna tanto a ex de Ciudadanos como a Elena Cebrián, que fue consellera a propuesta de Compromís, si bien cultivó sus relaciones con los socialistas. Desde Presidencia se asegura que la coalición estaba «informada» de la 'repesca' de Cebrián sin que ello generase fricciones. «Aportan contactos y experiencia, aunque a veces no se sabe bien exactamente para qué», admiten fuentes de la Generalitat, que reconocen que, en algunos casos, los nombramientos en Presidencia generan «sorpresa, no malestar, pero sí un poco de asombro», como ocurrió con la llegada de Carolina Punset (exsíndica y exeuroparlamentaria de Ciudadanos) o de Antonio Alonso Miravete, ex militante del PP y candidato de Ciudadanos al Congreso en las elecciones de abril de 2019. Otras fuentes del Consell también señalan el caso de la exeuroparlamentaria como el de una asesoría difícil de definir si bien parece que está buscando su espacio en lo relacionado con los fondos europeos, un limbo el que transitó durante años casi en solitario Joan Calabuig, secretario autonómico para la UE. En clave orgánica, de partidos, se interpreta la llegada de asesores como Bartolomé Nofuentes hace tres meses, o a principios de 2020 Pablo Seguí (portavoz socialista en la Diputación durante la pasada legislatura, recaló en Presidencia para atender «asuntos generales», aunque duró menos de un año), algo similar a lo que ocurrió con Jorge Alarte, director general de Relaciones Institucionales, que se incorporó al Gobierno valenciano en septiembre, lo que causó sorpresa en Compromís, donde incluso se preguntaron si Alarte presentaba los conocimientos elementales («¿sabe idiomas»?) para ejercer como representante institucional. También en clave orgánica se entiende la presencia de Herick Campos en la Dirección General de Turismo, a la que llegó en 2019, tras quedar fuera del Congreso en las últimas elecciones nacionales. También como un 'rescatado' aparece José Luis Sanchis, que fue secretario general técnico del Ministerio de Sanidad, un hombre del equipo de Montón en la conselleria que se fue con ella a Madrid. Ahora es alto funcionario en Presidencia, en la unidad de Coordinación. En el Palau de la Generalitat no hay solo veteranos de la política en general, también allí han recalado históricos del Consell, como José Moreno, el que fuera director general de Presupuestos, que tuvo sus más y sus menos con la vicepresidenta Oltra a cuenta por el reparto de las partidas en las cuentas de la Generalitat. Todos ellos dan ahora la bienvenida a Cebrián. Y muchos más, porque Presidencia, como el universo, se expande sin que se sepa muy bien hacia dónde.

Desde Vox señalan que «no nos sorprende el uso negligente que hace el Consell de las instituciones. Seguiremos denunciando el exceso de cargos y agencias de colocación de la Generalitat, que solo sirven para colocar paniaguados», según la portavoz de Vox en Les Corts, Ana Vega.

La síndica adjunta de Cs, Ruth Merino, rechaza «esta 'Agencia de Re-colocación' de Puig en Presidencia, que no coincide en absoluto con la forma de hacer las cosas en Ciudadanos. No quiero decir con esto que concretamente Cebrián no pueda ser una experta en fondos europeos siendo ingeniera agrónoma, quién sabe, o que pueda ahora formarse en ello. Pero son ya tantos casos de «repescados» cuando se quedan sin cargo político que es inevitable pensar que esto va más de devolver favores que de cubrir una plaza con un perfil óptimo»

«Es bastante grave que con el dinero de los valencianos Puig se dedique a colocar a personal de confianza en Presidencia, para pagar favores de partido, acallar corrientes internas o desgastar a sus socios», señala la portavoz adjunta de los populares, Eva Ortiz.

Desde las propias filas del PSPV tampoco tienen clara la actitud de Puig a la hora de pescar y repescar en caladeros tan diversos. «El argumento para perfiles tan variados es que captar personas de otros ámbitos atrae votos. El presidente busca más el agrado externo que interno. Por contratar a Cebrián o a Punset no se captan votos, aunque no se duda de su capacidad, pero en el partido hay perfiles de capacitación similar o aún más notables. Al presidente el partido a veces le molesta», señalan fuentes del PSPV.

Candidato del PSPV a la alcaldía de Valencia en 2011. Perdió. Sus resultados en 2015 tampoco fueron buenos pero se convirtió en primer teniente de alcalde de la Valencia dirigida por Ribó. En 2016 dio paso a Sandra Gómez y se convirtió en delegado del Consell para la Unión Europea, lo que en 2019 mutó a una secretaría autonómica.

De los pocos miembros del primer Consell del Botánico (a propuesta de Compromís) que no continuó. En febrero de 2020, nombrada secretaria general para el Reto Demográfico del Gobierno, y cesada en octubre. En el Consell se reencuentra con Julià Alvaro, exsecretario autonómico y que ahora es subdirector de la EVha a propuesta de Podemos.

Candidata de Ciudadanos a presidir la Generalitat en 2015, síndica en Les Corts hasta que se fue Bruselas por sus desavenencias con Albert Rivera. Al inicio de la legislatura se incorporó al equipo de Puig como asesora comisionada para asuntos europeos e iniciativas estratégicas. Ahora parece ultimar un proyecto de formación de funcionarios para tramitar fondos de la UE.

Antecesor de Puig al frente del PSPV. Su rival. Se fue sin hacer ruido a ejercer la abogacía. En 2015 se le ofreció encabezar la lista al Senado, pero los socialistas no entraron en la Cámara Alta. El último año ejerciendo declaró a Hacienda 37.000 euros. Desde septiembre es director general, con un sueldo que ronda los 60.000 euros.

En la Dirección General de Turismo, a la que llegó en 2019, tras quedar fuera del Congreso de los Diputados en las últimas elecciones nacionales. Campos, que la semana que viene cumplirá 45 años, llevaba desde que tenía 29 años ejerciendo de diputado nacional. Una vez quedó fuera del Congreso, cuatro meses después, aterrizó en el área de Presidencia.

A finales de diciembre, un referente del PSPV en l'Horta Sud se convirtió en asesor de asuntos generales. Ayudó a Puig a afianzar su poder en el PSPV en el último congreso. Despacha en Presidencia con Alfred Boix, uno de los hombres más cercanos a Puig.

Candidato de Cs al Congreso por Alicante. No salió elegido. Durante un año, este exmilitante del PP fue comisionado de Presidencia para la reconstrucción de la Vega Baja, sin cobrar. Desde diciembre, asesor con el máximo sueldo: 51.675 euros.