Sánchez y Feijóo compiten por un 8-M bajo las denuncias por machismo en la izquierda

El juicio a Íñigo Errejón, exportavoz parlamentario de Sumar, por presunta agresión sexual a la actriz Elisa Mouliaá; las investigaciones contra el fundador de Podemos, Juan Carlos Monedero, por acoso sexual dentro del partido y a una alumna de la Universidad Complutense de Madrid; o los presuntos pagos a 'escorts' revelados en la trama que afecta al exministro socialista José Luis Ábalos, son algunas de las circunstancias que han empañado este 8-M. Y que en la oposición blanden para cuestionar la crediblidad feminista de socialistas, morados y magentas.

Sánchez obvió ese cuestionamiento, pero a lo que sí hizo referencia con especial insistencia fue al contexto internacional en el que se conmemora este año el Día de la Mujer. El líder socialista agitó la bandera de que «muchas de las conquistas del feminismo» están «bajo ataque» y urgió a «no dar un paso atrás» en la lucha por la igualdad. Gobiernos de países que «un día abrieron camino», como por ejemplo Estados Unidos-donde nació la celebración del 8 de marzo, que cumple 50 años desde su proclamación por la ONU-, «abrazan hoy la involución al calor de esa guerra cultural como coartada», denunció el jefe del Ejecutivo.

La ministra de Igualdad, Ana Redondo, llamó por su parte a la participación en las manifestaciones y subrayó que lo importante no es «en qué convocatoria se salga, sino que el feminismo se haga visible en las calles». Redondo, que quiere dejar atrás el fantasma del enfrentamiento dentro del movimiento feminista, tiene previsto asistir a las dos marchas convocadas en Madrid que volverán a proyectar las distintas visiones que coexisten en el colectivo.

Por un lado, la de Comisión 8-M partirá a las 12:00 horas desde Atocha con el lema 'Feministas antirracistas, ¡a las calles! Nos va la vida en ello' y terminará en Plaza de España, acogiendo las reivindicaciones de las personas LGTBI+. Mientras, el Movimiento Feminista de Madrid saldrá a las seis de la tarde desde Cibeles para desembocar también Plaza de España. Sus convocantes, identificadas con lo que se denomina el feminismo clásico, marcharán al grito de 'Mujeres en lucha contra el machismo global'.

El PSOE y sus representantes en el Gobierno, como hicieron en 2024, volverán a alinearse con la primera de las convocatorias, a la que el pasado año acudieron siete ministras y el titular de Interior, Fernando Grande-Marlaska, así como la esposa del presidente, Begoña Gómez. Sumar también asistirá a la misma marcha, pero, como ya es habitual, con su propia pancarta, al igual que hará Podemos, con la exministra de Igualdad Irene Montero al frente.

El PP, por su parte, participará en la manifestación del Movimiento Feminista de Madrid ante un 8-M que, enfatizó, «vuelve a estar marcado por la hipocresía del Gobierno de Sánchez». En concreto, los populares enviarán una delegación de diputados y senadores a una manifestación que representa a las feministas abolicionistas de la prostitución y contrarias a la polémica ley trans que promovió Montero.

Feijóo, que cerró un acto propio por el 8-M en Baleares, acusó al Ejecutivo de «utilizar la causa de las mujeres» con «hipocresía» al pretender dar «lecciones de todo» y no ser «ejemplo de nada». Y dejó claro que no piensa admitir «ni una sola lección de quienes decían 'Hermana, yo sí te creo' en público, pero tapaban episodios de acoso sexual en sus partidos en privado». «Además de aprobar la denominada 'ley del solo sí es sí', el PSOE y sus socios de Podemos y Sumar han prostituido sus principios y han tenido en sus filas a personas de máxima responsabilidad cuya relación con las mujeres es vergonzosa», criticaban ayer fuentes del principal partido de la oposición.