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Pedro Sánchez, de espaldas, este domingo en Valencia.

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Pedro Sánchez, de espaldas, este domingo en Valencia. Efe

Sánchez entierra el hacha de guerra: «Somos un partido fuerte porque está unido»

congreso del psoe en valencia ·

El líder del PSOE cierra en Valencia el 40 Congreso Federal de su partido envuelto en la bandera socialdemócrata, como heredero de González y Zapatero

paula de las heras

Domingo, 17 de octubre 2021, 14:52

«Seguro que he cometido errores pero siento que hemos conseguido entre todos lo esencial, que es que está aquí vivo este proyecto de justicia e igualdad», ha dicho este domingo Pedro Sánchez ante más de 9.000 militantes socialistas reunidos en Valencia en el cierre del 40 Congreso Federal del PSOE. El presidente del Gobierno, que hace cuatro años se hizo por segunda vez con la secretaría general de su partido tras haber sido forzado por los suyos a dejar el cargo y al frente de una rebelión contra los principales referentes de la formación, ha pasado página y aquellos que se le enfrentaron también. Se vio en la crisis de Gobierno que acometió el pasado julio, con la incorporación de dirigentes antaño distantes y se escenificó hoy.

El discurso de Sánchez ha puesto el colofón a un Congreso Federal tan pacífico y festivo que apenas guarda parecido con cualquier otro cónclave socialista de la misma naturaleza. «Algo así lo vamos a vivir una vez cada 20 años; dejadnos disfrutar», ironizaba este sábado un dirigente con muchas batallas orgánicas a sus espaldas. La reconciliación con el pasado y la decisión de enterrar el hacha de guerra ha sido evidente durante los tres días que ha durado la convención, tanto en detalles como la participación de José Luis Rodríguez Zapatero y, sobre todo, Felipe González, en la primera jornada oficial del encuentro, como en cuestiones orgánicas como la composición de la ejecutiva, en la que los barones derrotados y ninguneados en 2017 lograron situar, esta vez, a personas afines.

El líder que cabalgó sobre la mayor fractura que ha vivido nunca el partido, que casi llegó a romper amarras con quienes representaban su pasado más reciente y que acusaba a sus mayores de haberse alejado de la izquierda, ha reivindicado en su intervención de este domingo la tarea de sus predecesores, de la que de modo implícito se ha declarado orgulloso continuador y propugnado la unidad. «Somos un partido fuerte, un partido unido; más fuerte –ha remarcado- porque está unido, y más útil a la sociedad». Restañadas las heridas, no obstante, también ha justificado su periplo.

«Nunca fue fácil»

«Cada uno de nosotros tuvo que hacerse cargo de la dirección del PSOE. Nunca fue fácil. Cuando yo asumí la secretaría general a derecha e izquierda se proclamaba el final de la socialdemocracia, se hablaba de la 'pasokización', del sorpaso, de irrrelevancia», ha recordado. Eran los tiempos en los que los socialistas vivían con temor al auge de Podemos. Ahora, tras tres años en el Gobierno y la recuperación de buena parte del poder territorial perdido, esos tiempos parecen lejanos. «Os quiero hacer una confesión: cada día de este mandato solo he tenido un objetivo, preservar el papel de la socialdemocracia».

La paz en el PSOE se explica, en buena medida, por esa recuperación del poder. Y por el deseo de mantenerlo en el ciclo electoral que, salvo adelantos electorales, se abrirá con las elecciones autonómicas y municipales de 2023. «No estamos para batallas», resumía estos días un barón. Pero también, según el planteamiento de fondo implícito en el discurso del jefe del Ejecutivo, porque los vientos han cambiado y porque, a diferencia de lo que ocurrió en la crisis de 2008, en la que José Luis Rodríguez Zapatero, presionado por la UE, se vio obligado a tomar medidas dolorosas para los socialistas como la rebaja del sueldo de los funcionarios o la congelación de las pensiones, en 2020 Europa ha abrazado la socialdemocracia y las políticas expansivas como respuesta a la crisis del covid-19.

«En la anterior crisis la democracia fue incapaz de proteger a los ciudadanos y eso fue aprovechado por los enemigos de la democracia», ha dicho en alusión a todas las fuerzas que crecieron cargando contra el sistema del que partidos como el PSOE formaban parte de manera irremediable. Él mismo sucumbió en su campaña por la reconquista del liderazgo socialista a esa ola. Pero este domingo ha optado por convertir ese episodio en anectódico. «Os quiero hacer una confesión, cada día de este mandato solo he tenido un objetivo, preservar -ha asegurado- el papel de la socialdemocracia».

Así lo ha solemnizado durante su discurso de clausura de la cita socialista que ha tenido lugar entre el viernes y el domingo en Valencia, bajo el lema 'Avanzamos'.

«Avanzaremos poniendo punto y final a la 'ley mordaza' y a la reforma laboral del PP, impuestas sin acuerdo, que precarizaron contratos y devaluaron salarios», ha enfatizado entre aplausos del auditorio.

También se ha comprometido a «fortalecer Europa» y a llevar a término la abolición de la prostitución «que esclaviza a las mujeres en nuestro país».

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