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m. hortelano
Martes, 28 de abril 2020, 20:06
Las provincias serán la unidad territorial de referencia para llegar a la nueva normalidad predicada por el Gobierno. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha puesto esta tarde letra a la música que desde hacía días sonaba para acabar con el confinamiento. La desescalada de la crisis del coronavirus será por fases, en concreto en cuatro etapas, y para poder avanzar hacia la siguiente será necesario ir cumpliendo unas condiciones de manera provincial. Es decir, en la Comunitat Valenciana se podría avanzar hasta a tres velocidades distintas, en Castellón, Valencia y Alicante, según los parámetros sanitarios y sociales que presente cada una de las áreas. Y es que esa ha sido la unidad de medida elegida por el Gobierno de España, frente a la propuesta que había hecho el Consell, que había fijado en municipios y hasta departamentos de salud los límites para poder adoptar distintas medidas de desconfinamiento.
Según detalló hace semanas el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, la idea del Gobierno valenciano pasaba por los 'microdesconfinamientos' para atender a la realidad de la Comunitat. Y aunque esa no será la medida general que ha elegido el Gobierno central, el Consell sí podrá negociar uno a uno los 'microdesconfinamientos' siempre y cuando justifique con los distintos parámetros sanitarios que esas zonas no suponen un riesgo, según detallan fuentes del Ejecutivo. Para ello, deberán negociarlo directamente con el Ministerio de Sanidad, porque el Gobierno no la contempla en sus normas generales, que serán de aplicación generalizada aunque asimétrica. Y precisamente esa asimetría puede abrir la puerta al desconfinamiento por comarcas o departamentos de salud. Si una zona no tiene contagios y tiene capacidades de recursos sanitarios podría pasar directamente a una fase de desescalada superior.
Y es que según los datos que obran en manos de la Generalitat, el virus no tiene la misma incidencia en el departamento de salud de Requena que en el de Orihuela, por lo que ambas zonas debían ser tratadas de manera distinta. De hecho, el jefe del Consell llegó incluso a poner encima de la mesa zonas en las que no se había producido ni un solo contagio por Covid-19 y pidió seguir preservándolas pero sin poner en peligro la normalidad en esas zonas. Puig llegó a hablar de una apertura y cierre dinámicos, que se pudieran modificar sobre la marcha, con los datos del mapa real de contagios.
Sin embargo, el Gobierno de España ha optado por relegar a las comunidades en su sentido más amplio y optar por las provincias, manteniendo el mando único de la desescalada. Aunque si la Generalitat lo negocia, como ha avanzado Sánchez, puede conseguir zonas dentro de las provincias con confinamientos más relajados.
Otra de las peticiones que había llevado a cabo el Consell, la de la reapertura de las playas de cara al verano, ya tiene fecha. O al menos, etapa. Será en la fase tres, en la última de las diseñadas por el Gobierno. Como muy pronto, en caso de que las tres provincias de la Comunitat avanzaran a la máxima velocidad en su desescalada, no se produciría hasta dentro de seis semanas. Ocho, en el peor de los casos, a finales de junio.
En cuanto a las segundas residencias, será posible acudir a ellas si están en la misma provincia y desde la fase uno. Si la casa está en otra provincia, sólo será posible acudir a ellas si están en la misma fase avanzada.
El ejemplo más gráfico de la nueva normalidad lo ha puesto el propio Sánchez, hoy, en su rueda de prensa. «Antes, podríamos ir a comer una paella al restaurante de al lado de casa. Ahora, a lo mejor hay que ir a ese mismo restaurante, pedir una paella y llevárnosla a casa para protegernos nosotros y proteger al conjunto de la sociedad».
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