Sin señales de vida política en Les Corts

La dana ha agudizado una situación de bloqueo fáctico que se vive en Les Corts desde hace meses. La ruptura entre PP y Vox dentro del Consell ya supuso que la actividad legislativa impulsada por el bloque mayoritario, el de populares y voxistas, comenzase a ralentizarse a partir de julio del año pasado. Si la relación entre izquierda y derecha no dejaba muchas rendijas para el diálogo, el enfrentamiento por la gestión de la riada del pasado 29 de octubre ha terminado por levantar un muro sin poros entre los dos bloques. Y para colmo, el pulso nacional entre PP y Vox se ha crispado de tal modo que ha contaminado ya definitivamente la tramitación de unos presupuestos para este año que, ya de por sí, debían adaptarse a la dana, un proceso muy complicado que se ha ido enredando de tal modo que, ahora mismo, el encalograma parlamentario valenciano es completamente plano. De hecho, el calendario, que se puede consultar en la web de Les Corts, es inexistente. Esta semana se anuló toda la actividad en función del temporal, sin dejar siquiera abierta la posibilidad de organizar, o de intentar recomponer la actividad de la Cámara, a través de una Junta de Síndics celebrada por vídeoconferencia. Nada de nada. Así pues, no hay ni rastro de agenda para este mes o el que viene en el parlamento, cuya Mesa de Les Corts perdió un miembro cuando dimitió la socialista Gabriela Bravo y el nulo diálogo entre los dos grandes partidos ha bloqueado su sustitución, igual de estancada que la negociación para la renovación de órganos estatuarios con los mandatos caducados desde hace años y con sus máximos responsables (todos ellos al frente de las entidades a propuesta del Botánico, durante la anterior legislatura) en una situación de absoluta e insólita eventualidad. El bloqueo institucional en los organismos estatutarios es total, tan completo como el estancamiento en asuntos que se anunciaron como urgentes y ya no lo son.

«Los valencianos tienen el derecho de conocer todo lo que ocurrió, la información que se manejó y las decisiones que se tomaron durante el transcurso de una emergencia para la que hoy y ahora debemos buscar una explicación. Necesitamos saber por qué nuestra experiencia previa en este tipo de situaciones y los protocolos afinados que hasta entonces habían funcionado no fueron suficientes para evitar o paliar los terribles daños que hemos sufrido», aseguró el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, en sede parlamentaria el pasado 15 de noviembre para justificar una comisión de investigación que, finalmente, no tiene intención de reunirse para aprobar un plan de trabajo (ni siquiera para comenzar a ejecutarlo) hasta el 24 de marzo.

Ese mismo Mazón tildó de «prioritaria» otra comisión de investigación impulsada por el PP y Vox, la del sector público, en la que han caducado todos los plazos para su activación. Se anunció hace más de un año y se está pendiente de dar acuse de recibo de la documentación reclamada, sin calendarización de los comparecientes.

Tampoco parece que la oposición haya logrado convertir Les Corts en un espacio de fiscalización del Consell, que con el objetivo de dar prioridad a la aprobación de las cuentas de la Generalitat para 2025 que nunca llega (porque se está negociando entre Vox y PP, pero sin que el pacto se cierre), una esperada tramitación, la de la ley presupuestaria, por la cual se ha despejado el calendario de tal manera que en este periodo de sesiones se ha limitado el número de plenos ordinarios (y de sesiones de control a Mazón) a algo más de media docena, en función de esos presupuestos que, ahora, se han dejando sin fecha de presentación. Como tampoco ha demostrado prisa el PSPV en presentar esa moción de censura contra Mazón por la que clama Compromís (pero no tiene suficientes diputados para activarla), y que también ha quedado congelada por parte de Diana Morant, que anunció que movería ficha pero no la mueve.

El problema de no saber cuándo se presentarán los presupuestos, o incluso si se tramitarán, implica que también se desconoce cuándo se celebrarán comisiones ordinarias, así como las pertinentes comparecencias de los consellers si esas cuentas se tramitasen. Ahora mismo, es un misterio toda la actividad política y parlamentaria en Les Corts hasta, prácticamente, las vísperas del verano, a las puertas de las vacaciones de sus señorías.

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