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Burguera
Miércoles, 6 de septiembre 2023, 12:43
Siempre en la vida hay enlucido y cemento. Lo que se ve y lo que sostiene una familia, una empresa, una relación amorosa... El escaparate y la trastienda. NEFIS pretende ser la trastienda de la Generalitat. El aceite del motor de la Administración autonómica. Eso es lo que se quiere, otra cosa es lo que se puede o se ha sabido hacer. La Sindicatura de Comptes ha elaborado un análisis del proyecto Nefis, considerado «el proyecto de transformación digital de la gestión económica más importante de la Generalitat». Se trata de una plataforma financiera que se adjudicó en 2019 por importe de 16,5 millones de euros y que sufre ya un sobrecoste de ocho millones, el 48%, además de haber doblado los plazos para su ejecución (con una pandemia por medio) y de registrar, según la Sindicatura, una serie de debilidades que ponen en serio riesgo la implementación del proyecto en tiempo y forma. Lo que era el proyecto estrella del Botánico en materia de gestión financiera de cara al futuro puede acabar en una chapuza épica en el presente.
La Sindicatura de Comptes advierte de que «la gestión e implantación de un proyecto de estas características no está exenta de riesgos muy importantes que, en el peor de los casos, pueden desembocar en el fracaso y abandono del proyecto, con importantes pérdidas económicas, de tiempo y especialmente de oportunidad para el conjunto de la Generalitat». Y en este sentido, desde la institución auditora se advierte: «El proyecto Nefis es demasiado importante para fracasar».
El organismo que dirige Vicent Cucarella reconoce y pone en valor el proyecto en numerosas ocasiones. Sin embargo, también advierte, en su catálogo de conclusiones de fallos importantes. En primer lugar, un optimismo desmesurado, irreal y, por tanto, temerario, sobre cuándo y cómo se podía implantar la plataforma de gestión financiera: «Sus objetivos han sido muy ambiciosos, acordes con las necesidades reales y urgentes de la Generalitat, pero poco realistas».
Nefis es una criatura nacida en el tripartito, y los problemas registrados también provienen del Botánico. El nuevo Consell los hereda. El informe de la Sindicatura deja claro que su trabajo de análisis «incluye la revisión de la gestión del proyecto desde el inicio de su ejecución, en diciembre de 2019, hasta el 30 de junio de 2023, fecha de elaboración de este informe». El nuevo Ejecutivo de Mazón tomó posesión de las carteras 20 días después de la finalización de este informe.
Las nóminas de los miles de empleados públicos, la tramitación de facturas, la contratación, el proceso vinculado con las subvenciones, el seguimiento del pago de los impuestos de los ciudadanos... hasta la elaboración del presupuesto, dependen de Nefis. Y dependen ya porque se quiere poner en marcha de manera inmediata. Sin embargo, no será fácil. Nada fácil.
Vicent Soler, el conseller de Hacienda que impulsó el proyecto, tenía un bonito sueño. Su sucesor, Arcadi España, lo ha vivido como una pesadilla que hereda Ruth Merino y que ya veremos cómo acaba. La sindicatura advierte de que la fantasía del tripartito, conjugada con «el impacto de factores exógenos como el confinamiento por el COVID-19 y con la elevada complejidad del proyecto, ha derivado en un aumento del coste y de los plazos de ejecución previstos (de 36 meses a 60 meses)».
En el plano de las debilidades, la Sindicatura advierte de que «la gobernanza a nivel estratégico y la gestión de riesgos, aspectos críticos del proyecto, han supuesto una debilidad muy significativa». Es decir, que la dirección del proyecto y la organización para ejecutarlo y hacerle seguimiento ha registrado fallos. Ni se ha dirigido de manera óptima ni se han tomado decisiones ante los problemas que han ido surgiendo.
La coordinación, a través de la Comisión Interdepartamental para la Modernización Tecnológica y las Comunicaciones en la Comunitat Valenciana (CITEC) que puso en marcha el tripartito, «ha sido casi inexistente», según la Sindicatura, que señala también que el liderazgo de la Conselleria de Hacienda «se ha ido diluyendo».
Los recursos puestos a disposición del proyecto son insuficientes, según el análisis de la Sindicatura, «al no contemplar las necesidades actuales y futuras de recursos personales para el desarrollo del proyecto y su mantenimiento posterior».
«Nefis no ha contado con un proceso de gestión de riesgos basado en buenas prácticas (...) se sigue trabajando bajo un enfoque reactivo, no sistemático y basado en iniciativas puntuales más orientadas a la resolución de problemas que a su anticipación», indica el informe, que lamenta que la Generalitat va por detrás de las dificultades que genera ella misma al implantar el sistema creado para la propia Administración valenciana.
Y para rematar, los problemas y fallos encontrados no se están trasladando a la dirección política del Consell. «Los resultados del seguimiento realizado no se trasladan hasta el más alto nivel de gobernanza estratégica del proyecto, estamento en el que se deben tomar las decisiones necesarias», indica la Sindicatura, que advierte de que «este aspecto constituye una debilidad muy significativa», y tiene que ver con la falta de coordinación, según el análisis realizado. Hay más de 3.000 afectados directamente por la implementación del sistema, diez aplicaciones sustituidas, 35 integraciones realizadas... una herencia complicada del tripartito para Ruth Merino, consellera de Hacienda.
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