La compra de mascarillas está en el centro de la investigación de casos de corrupción. I. ARLANDIS

Sociedades durmientes, el mejor disfraz para los empresarios

Luxury Goods Delivery ·

Detrás de esta mercantil hay importantes profesionales del mueble que prefieren pasar desapercibidos. La firma se utilizó para liquidar a la competencia y para cerrar con el Consell megacontratos de mascarillas

Héctor Esteban

Valencia

Viernes, 29 de marzo 2024, 00:06

Las sociedades durmientes son un parte más del vasto mundo empresarial. En los últimos años han tomado especial relevancia porque varias de ellas han aparecido vinculadas a investigaciones sobre corrupción política, la última de ellas el caso Koldo, que trata de desenmarañar un asunto ... de posibles comisiones en la compra de mascarillas durante la pandemia de Covid en el que está implicado el que fuera uno de los hombres de confianza del exministro socialista de Transportes José Luis Ábalos, una de las personas que encumbró al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

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Este tipo de mercantiles, tan legales como misteriosas, están en muchos casos asociadas a los viveros de empresas, que no es otra cosa que una producción en cadena de sociedades limitadas por parte de una persona que luego las vende a aquellos empresarios que se quieren ahorrar los trámites para crear una mercantil. El vivero más importante y sonado en España estaba bajo el rosario de firmas de Ramón Cerdá, un vecino de Ontinyent que alumbró más de 10.000 mercantiles –las vendía a través de la web sociedadesurgentes.com– y algunas de ellas han aparecido en sumarios judiciales tan golosos como Nóos, Gowex, Marsans, Nueva Rumasa y Gürtel. Cerdá fue condenado a 13 años de prisión por defraudar a Hacienda, entre otros delitos.

¿Por qué se llaman durmientes? Porque principalmente carecen de actividad. Están paradas, como varadas en el registro mercantil y sólo se activan, generalmente, para causas concretas. ¿Son legales? Totalmente, están debidamente constituidas y en plena disposición de operar. Están en condiciones de funcionar desde su adquisición y su valor de adquisición puede ser incluso menor. Todo son ventajas.

En los últimos tiempos, el nombre de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, también ha estado vinculado a este tipo de sociedades inactivas. En concreto, Sismédica y Ayuso Lahoz, la primera destinada a operaciones con bienes inmobiliarios y la segunda, a negocios con material médico.

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Junto con el de Ramón Cerdá, otro de los grandes nombres vinculados a los viveros de empresas es el de Vanessa Durán Mesas, que ostenta cargos en más de 3.000 firmas. Uno de los nombres clave en la investigación del caso Koldo es el de Víctor De Aldama, que acudió al catálogo de empresas de Durán Mesas y se hizo con dos sociedades: Deluxe Fortune y Future Factory. El investigado De Aldama está señalado en el sumario como uno de los principales comisionistas de las operaciones realizadas durante la pandemia para traer a España material de protección.

Del vivero de Durán también salió Luxury Goods Delivery, una de las grandes contratistas del Consell durante la etapa de la pandemia. En concreto, durante la primavera de 2020 recibió dos contratos por casi 11 millones de euros para la compra de material sanitario de protección como mascarillas –tanto quirúrgicas como FFP2– y gafas, entre otros productos. Este periódico desveló hace unas semanas el montante de una operación que ha obligado al Consell de Mazón a poner la lupa sobre las contrataciones realizadas durante aquella época, especialmente tras explotar el caso Koldo.

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Desde el entorno de la empresa Luxury se ha defendido la legalidad de la operación, tanto en la activación de esta sociedad durmiente para ejecutar el encargo como en el proceder de las compras. Fuentes muy cercanas al Consell del Botánico aseguraron que en su día ya se investigó las operaciones con esta firma radicada en La Safor sin que se observe ninguna ilegalidad y se echó mano de ella por sus contactos en China, ya que sus dos propietarios son empresarios punteros en la industria del mueble y tenían contactos para traer material sanitario desde Asia. El director de la Agencia Antifraude, Joan Llinares, ha confirmado esta semana que se ha iniciado una nueva investigación por si hubiera alguna responsabilidad administrativa en las operaciones llevadas a cabo al inicio de la pandemia.

¿Con qué intención se activa la sociedad durmiente Luxury Goods Delivery? Aunque el administrador único es Xavier Antoni Tormos Beltrán, en realidad los que compraron la sociedad fueron los empresarios Roberto Carlos Gómez Savall e Isaac Catalá Torres. La adquisición se hizo a la firma Companies Intra Legem, de la que es administradora Vanessa Durán desde septiembre de 2009. Los empresarios valencianos, líderes en la venta de mueble online, la adquirieron en marzo de 2019.

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El objetivo era liquidar las firmas catalanas Todofortinure y Furnidesi, que operaban bajo el rótulo SuperStudio. Gómez Savall y Catalá entraron en la empresa catalana de mueble 'low cost' y con Luxury como herramienta para liquidarla y así no tener competencia. Es frecuente que en el mundo empresarial se usen empresas durmientes y administradores únicos 'de paja' para fijar filtros en operaciones de compra y venta. Xavier Antoni Tormos Beltrán es además apoderado en varias de las sociedades de los empresarios Gómez Savall y Catalá.

Luxury Goods Delivery tiene su sede social en el domicilio de una asesoría en Gandia y cuenta con tan sólo un empleado en plantilla. En los últimos años no ha generado actividad y sus últimas cuentas presentadas corresponden al ejercicio de 2020. En sólo un año, desde 2019 a 2020, paso de tener 581 euros de beneficio a más de 2,4 millones de euros. La empresa facturó más de 19 millones de euros gracias a las operaciones con el Consell cuando el año anterior su cifra de negocio apenas superó el millón.

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Las sociedades durmientes, que a veces están en manos de grandes empresarios, sirven, como es el caso de Luxury, para ejecutar operaciones como liquidar a la competencia u operar fuera de su sector. El objetivo, en muchos casos, es permanecer en el anonimato y pasar desapercibidos.

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