«Solo el pueblo salva al pueblo, Sánchez mentiroso, Mazón dimisión»

Cientos de personas, quizá medio millar en sus momentos álgidos, se han reunido en la plaza de San Agustín de Valencia a lo que, incialmente, se había convocado como una manifestación si bien en realidad era una concentración en la zona peatonal de la plaza. El acto estaba convocado a las 20 horas y media hora después sonaron el himno regional y de España después de que varias personas gritasen a través de un megáfono una serie de peticiones (transparencia en la información sobre los fallecidos y la creación de un mando único que organice a los voluntarios), así como aclaraciones de que no se trataba de un acto «ideológico» ni de «partido». En el lugar ondearon numerosas banderas de la Comunitat, así como de España, alguna de ellas preconstitucionales. Al finalizar la concentración (además del grito «puto rojo el que no vote, es» se coreó el nombre de «Jose Antonio Primo de Rivera»), a través del micrófono se aclamó a «Santi». Se puede deducir que se trata de Santiago Abascal, líder nacional de Vox, ya que tras los gritos de «Santi, Santi, Santi», se continuó aclamando: «Vox, Vox, Vox».

Los dirigentes voxistas valencianos no estaban presentes en la plaza, si bien el acto fue anunciado y difundido por Revuelta, la organización de jóvenes más en sintonía con el partido de Abascal. La consigna más repetida fue la de «solo el pueblo salva al pueblo», en reñida competición con los insultos dirigidos al presidente del Gobierno: «Pedro Sánchez, hijo de puta». Hacia el líder nacional del PSOE también se dirigieron exclamaciones como «Sánchez, mentiroso», mientras que en relación al presidente de la Generalitat, los comentarios a voz en grito se centraban en pedir su salida del Consell: «Mazón dimisión, Mazón dimisión».

En cualquier caso, durante reiteradas ocasiones se equiparó a los dos máximos responsables, uno del Gobierno central y otro del autonómico: «Sánchez y Mazón, la misma mierda son». Ese mismo talante de escasa comprensión hacia los grandes partidos se reflejaba en las pancartas de algunos asistentes. Los concentrados también gritaron en numerosas ocasiones «asesinos, asesinos» y durante la lectura de las demandas de los allí reunidos se repitió sin cesar la idea de que «los políticos nos han fallado», además de considerar que «deben irse todos» por entender que se ha «abandonado al pueblo» afectado por la DANA.