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Mariano López era el suegro de Marcos Benavent. La hija del empresario de La Costera estuvo casada durante cuatro años con el exgerente de Imelsa. Está investigado porque la UCO lo considera un elemento capital en el supuesto amaño del call center de la Diputación. Pero esta semana, además, su nombre ha vuelto al primer plano tras revelar Benavent al juez el supuesto pacto que alcanzó con la entonces diputada provincial y hoy consellera de Transparencia, Rosa Pérez Garijo. A cambio de los audios se le recompensó con un contrato relacionado con un camping de Enguera. La comparecencia del famoso suegro ante el juez que instruye el caso Imelsa fue tensa. Durante su declaración, admitió las reuniones con Rosa Pérez Garijo, aunque fue esquivo con el motivo primigenio que impulsó aquellos encuentros. «Le hablé de que no pagaban a mi hijo», llega a reconocer. El descendiente de López encontró trabajo en la empresa Servimun, adjudicataria del call center. Su experiencia previa era en una empresa - «no recuerdo el nombre» y una pizzeria–. De ahí pasó a ser jefe de equipo en Servimun, la beneficiaria del jugoso contrato.
El juez apretó a López sobre estas citas. «Quedé por la serie de irregularidades que se estaban cometiendo en Imelsa». Al pedirle el instructor que sea más concreto, desliza «lo de las grabaciones y esas cosas». Hasta en dos ocasiones, el magistrado, al comprobar la dejadez de López en estos asuntos, le solicita que, por favor, concrete y dé más detalles. «Sabía que la más crítica con Imelsa era Rosa y el motivo de la reunión ya no me acuerdo, pero sí que traté esos temas», señaló sobre las irregularidades.
«Me reuní bastantes veces con Rosa y aquí en Fiscalía, muchas. Incluso antes de entrar, que nos tomábamos un café». Finalmente resume que mantuvo cuatro o cinco encuentros con la entonces diputada y a la postre denunciante del caso Imelsa. En una de esas conversaciones, reconoce que le traslada el problema que tenía su hijo para cobrar. «Lo puse en su conocimiento porque ella se brindó a averiguar por qué no cobraba». No era para que se desbloqueara la partida para el pago del servicio. «En absoluto», respondió vehemente al juez.
Admitió que le dio las grabaciones que durante años efectuó Marcos Benavent porque no sabía los procedimientos que sabe ahora, como acudir a la Fiscalía. En esta comparecencia negó tener relaciones con Servimun. El avance de las pesquisas ha permitido averiguar que cobró cerca de 200.000 euros. Fue entonces cuando de manera sorpresiva se convirtió en comercial de la firma. La UCO apunta a que esa cantidad son comisiones.
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