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Las dudas frenan el Ayuntamiento de Valencia
TABLERO POLÍTICO ·
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TABLERO POLÍTICO ·
La pandemia ha descubierto más la fragilidad del pacto entre Compromís y el PSPV y su mala relación en el segundo mandato de ambos al frente del ConsistorioGobierno débil. La pandemia ha descubierto más la fragilidad del pacto entre Compromís y el PSPV y su mala relación en el segundo mandato de ambos al frente del Ayuntamiento de Valencia. Cuando la unidad de acción es indispensable, buena parte de la gestión va en sentido contrario. La culpa se debe en gran medida a las dudas sobre la continuidad del alcalde Ribó y las que se ciernen sobre la vicealcaldesa Sandra Gómez. Esta incertidumbre afecta claramente a los resultados.
Concejal de Ecología Urbana
Cuando Sandra Gómez puso como condición indispensable en el pacto con Compromís que quería ser vicealcaldesa, la respuesta de estos fue elevar a Sergi Campillo a la misma categoría. El concejal al que siempre se ha considerado como el representante de Mónica Oltra en el gobierno municipal ha ganado puntos este mandato con situaciones como la vivida en la EMT, cuando el PSPV estuvo tentado de reventar la comisión de investigación del robo en contra de Grezzi por su mala relación con el concejal de Movilidad. Fue Campillo el que acudió a la sede de Correo Viejo para apagar el incendio, lo mismo que ha hecho en otras ocasiones. Tiene las delegaciones que mueven más presupuesto, Limpieza y Jardines, pero también las que reciben más críticas por parte de los vecinos al ser las que afectan más a la vida cotidiana en la calle. La pandemia ha ralentizado algunos de sus proyectos estrella como el improbable corredor verde en el que quiere convertir el nuevo cauce hasta el Turia.
Concejala de Patrimonio
Antiguo miembro de Salvem el Cabanyal, la delegada de Patrimonio y Recursos Culturales gestiona también la delegación de Bienestar Animal. Es difícil encontrar un triunfo claro y rotundo en algunas de sus áreas, bien por la mala suerte de que se le caiga un falso techo en el Palau de la Música o que pase un mes sin que suceda algún percance en los monumentos más representativos de la ciudad en forma de pintada o conato de incendio. En el ámbito de la protección animal, sus malas relaciones con la asociación Modepran han marcado buena parte de la gestión del refugio de animales en Benimàmet, sin que se hayan producido avances claros en el anunciado recinto metropolitano o el previsto en Orriols.
Concejal de Agenda Digital
Utilizando títulos de películas, se puede decir que el anterior concejal de Cultura Festiva está desaparecido en combate y nadie parece dispuesto a salvar al soldado Pere. La reciente declaración del alcalde Ribó, donde recordó el compromiso que tiene de devolverle la delegación si sale absuelto de sus pleitos judiciales, pareció más bien un tirón de orejas a Carlos Galiana por su fiasco con la cabalgata de Reyes. La puesta en marcha masiva del teletrabajo municipal ha redimido en parte al edil.
Concejala de Espacio Público
Todavía no ha conseguido desatascar el tapón de las licencias pendientes y con la gestión de las terrazas de los bares tiene un problema, tanto con los vecinos como con los hosteleros. Además, estas navidades complicó la decoración navideña de los comerciantes.
Concejala de Gestión de Recursos
La complicada tarea de gestionar la plantilla y los servicios internos del Ayuntamiento los realiza sin sobresaltos reseñables.
Concejala de Servicios Sociales
En su segundo mandato tiene más competencias y la difícil tarea de lidiar con una delegación que siempre necesita más recursos.
Concejal de Agricultura
Último de la lista que salió elegido en 2019, podría decirse que está en formación en el Ayuntamiento, donde el cargo anterior a delegado de Cementerios Agricultura y Emergencia Climática fue el de la alcaldía pedánea de La Torre. Con 33 años y apenas competencias, sólo el tiempo definirá su futuro.
Concejal de Cultura Festiva y Comercio
Cuando Pere Fuset dio un paso atrás en sus aspiraciones a ser cabeza de lista por Compromís en las próximas elecciones, debido, a su procesamiento por el accidente mortal de un operario ocurrido en el jardín de Viveros y las presuntas irregularidades que se destaparon en los contratos de los conciertos de la Feria de Julio, parecía que a Carlos Galiana se la abría una puerta junto a una escalera de subida en la coalición. En menos de un año ha visto cómo se esfumaban sus opciones con escándalos tan sonados como el famoso 'playback' ante un organismo europeo fingiendo que hablaba inglés o la nefasta gestión de la recepción a los Reyes Magos que permitió la aglomeración de público en plena pandemia del Covid-19.
Concejal de Movilidad
«Usted se encadena al señor Grezzi», le espetó la portavoz del grupo popular en el Ayuntamiento, María José Catalá, al alcalde Ribó, en el pleno extraordinario forzado por la oposición para debatir sobre el incendio de las cocheras de la EMT en San Isidro, el último desastre que debe afrontar el concejal de Movilidad. Es difícil encontrar un precedente de un edil que haya logrado el rechazo casi unánime de hosteleros, comerciantes y vecinos con decisiones tan polémicas como la remodelación de líneas de la EMT en el centro, la inacabada reforma del tráfico en buena parte del centro histórico, la modificación de la planta viaria en la calle Colón o el evidente peligro del carril bici de la Gran Vía Fernando el Católico. Su futuro está vinculado claramente al del alcalde Ribó debido a los pocos asideros que le quedan en Compromís. En los últimos meses se ha dedicado a ser la punta de lanza de la coalición en disputar al PSPV cuotas de gestión en el Ayuntamiento con casos como la futura reforma del paseo de la Alameda o el desarrollo de Benimaclet.
Concejal de Hacienda
Aterrizó en el hemiciclo el 24 de julio del pasado año tras el fallecimiento de Ramón Vilar y recibió el encargo de Gómez de gestionar un presupuesto de mil millones de euros. En este corto periodo suma logros como el apoyo de Ciudadanos a las cuentas de este año con su abstención, además de no frenar la gestión de su antecesor, aunque es demasiado pronto para evaluar su gestión. Pese a que apenas lleva unos meses en el puesto, luce alguna cicatriz por enfrentamientos con Compromís con casos como el uso de los remanentes del presupuesto del pasado año y alguna más lejana de cuando formó parte del equipo socialista negociador del llamado gobierno del Rialto. Al igual que le ocurría al edil desaparecido, uno de sus principales problemas le llega por la baja ejecución de inversiones de las concejalías, lo que transmite a la opinión pública que la gestión de los dos partidos está lejos de ser óptima. Convencido de que la bajada de impuestos no es la solución contra la crisis, es el punto por donde más le ataca la oposición desde que llegó.
Concejala del Ciclo Integral del Agua
Primer mandato en el Ayuntamiento y meses después de su estreno le tocó presidir la comisión de investigación abierta en la EMT por el robo de cuatro millones de euros. Pese a las acusaciones de la oposición de ser excesivamente blanda con la estrategia de Compromís de exculpar a Grezzi, lo cierto es que tuvo enfrentamientos con el edil al trazar una línea de acción diferente. En el Ciclo Integral del Agua, el reto es mantener inversiones en la red de agua y el alcanarillado en tiempos de crisis.
Concejala de Empleo
La pandemia la ha colocado en un nivel de protagonismo y gestión como nunca se había visto en la delegación de Empleo, considerada antes como una de las «marías» del gobierno municipal. En Deportes, las restricciones han anulado la mayor parte de las iniciativas que tenía en marcha.
Concejala de Educación
Le ocurre algo parecido a Pilar Bernabé, es decir, la delegación de Educación prácticamente marcha sola y la de Acción Cultural está tan afectada por la crisis sanitaria que su repercusión ha bajado mucho. Tiene dos años para demostrar que puede seguir en la lista.
Concejal de Turismo
Se esperaba más de un empresario de éxito como Emiliano García, un gestor en el sector de la hostelería fichado por Sandra Gómez para ofrecer una vertiente diferente en su candidatura de 2019. Bien es cierto que la pandemia ha destrozado cualquier posibilidad de destacar en el área de Turismo, donde el sector ha bajado la persiana a la espera de tiempos mejores tras las restricciones.
Concejal de Protección Ciudadana
Se incorporó al grupo socialista en el Ayuntamiento en 2019 y ha aguantado una plantilla mermada en la Policía Local, donde las jubilaciones anticipadas agudizan todavía más la falta de personal. Nada más empezar a propagarse el coronavirus fue partidario de «mano dura» en cuanto a las restricciones, incluso con seguimientos domiciliarios de los confinados, lo que no fue aceptado por la Conselleria de Sanidad. En su entorno dejan claro que pidó la anulación de cualquier acto en la calle en la ya famosa recepción de los Reyes Magos, lo mismo que había conseguido restricciones para el belén municipal. Todavía faltan meses para que se incorporen cerca de 240 agentes, con lo que las carencias seguirán. La gestión de estas deficiencias será clave para calificar su trabajo, aunque antes de la crisis seguían en eclosión los manteros en las zonas turísticos y botellón prácticamente en todos los barrios. La Policía Local está bien considerada en las encuestas, aunque también está en los primeros puestos en el balance de quejas.
Alcalde de Valencia
Dentro de poco cumplirá su sexto año en la alcaldía de Valencia y una de las principales críticas que se le ha hecho esta pandemia fue su desaparición los primeros meses de la crisis, en los que prácticamente no pisó la calle. Joan Ribó (73 años) ha dicho varias veces que hasta dentro de año y medio no tomará la decisión de presentarse de nuevo como cabeza de cartel de Compromís, aunque la creencia común es que será un alcalde de dos mandatos y eso marca su impronta. Le quedan por lo tanto algo más de dos años para definir el recuerdo que dejará en los valencianos. Igual que pasó en su primer mandato, los altibajos en sus relaciones con los socialistas marcan la gestión diaria, donde las zancadillas son frecuentes entre las iniciativas de mayor calado. Esto repercute de manera negativa en la ciudad, donde el aumento desmesurado de las inversiones tiene un efecto limitado debido a la que ejecución es lenta y se mueve en porcentajes bajos. Los grandes proyectos, estos brillan por su ausencia debido a la paralización de la plaza de la Reina y el fiasco de la peatonalización de la plaza del Ayuntamiento por las criticas recibidas. Pese a la crisis, se ha negado a una bajada significativa de impuestos.
Vicealcaldesa
Su segundo mandato comenzó con un buen resultado, dos concejales más y un claro distanciamiento de Compromís, tratando de hallar un camino propio. El problema es el desgaste por las pugnas, como sucedió con la peatonalización de la plaza del Ayuntamiento, el desarrollo de Benimaclet o, más recientemente, el retraso del siempre presente edil Grezzi en entregar la planta viaria para transformar la avenida del Puerto. Gómez ha tratado de ofrecer a los electores un fuerte perfil feminista y republicano, algo alejado del socialismo tradicional. Empieza a ser conocida por sus opiniones en redes sociales y una de sus últimas polémicas fue en relación a una imagen de la Virgen María pariendo. Tiene el reto de gestionar su próxima baja maternal por las manos en las que dejará sus responsabilidades actuales. Su continuidad no está sobre la mesa oficialmente, pero en privado hay voces que plantean un cambio de cartel.
OPOSICIÓN
A María José Catalá le faltaron seguramente unos meses en 2019 al frente del partido en Valencia y de la candidatura al Ayuntamiento para conseguir un mejor resultado electoral. Una vez quedó claro que sería la jefa de la oposición municipal, inició una labor de triturado metódico de todo el relato generado por Compromís y el PSPV, empezando por eliminar de los debates cualquier mención a la causa abierta contra concejales y asesores del PP por el llamado pitufeo. La referencia al caso Taula este jueves en el pleno por parte del concejal de Cultura Festiva, Carlos Galiana, apenas tuvo resonancia en el hemiciclo. Catalá y la viceportavoz María José Ferrer juegan siempre duro en los debates, al borde de la tarjeta amarilla en las faltas en un símil futbolístico. Tras cuatro años de relativa tranquilidad, los concejales de Compromís y el PSPV están ahora más bajo la lupa de la fiscalización diaria. De cara al futuro, nadie duda de que Catalá lo volverá a intentar en 2023 al consolidar un proyecto de partido muy tocado tras la salida y posterior fallecimiento de Rita Barberá.
«Vine hace cinco años a la política para ayudar a los autónomos y a las familias». Esa declaración de intenciones en toda regla la hizo Fernando Giner este jueves en el hemiciclo en un debate sobre las ayudas que debe promover el Ayuntamiento por la crisis sanitaria. El representante de Ciudadanos en el Consistorio repitió mandato con un estancamiento del número de concejales y un ligero aumento de votos, lo que dejó un sabor agridulce en la formación. Este año decidió levantar el pie del acelerador de las críticas y pactar su abstención en los presupuestos bajo una serie de condiciones pactadas más con el PSPV que con Compromís. Es público que Ribó no tenía ningún interés en conseguir este apoyo de facto de la formación naranja. El argumento de Giner en favor de su posición es la necesidad de beneficiar a familias y empresas en asuntos como una ligera rebaja fiscal o la mejora del cheque escolar. Sus detractores opinan que quiere dejar un buen recuerdo.
La irrupción de Vox las últimas elecciones municipales es ya un eco lejano que se nota poco en el devenir diario del Ayuntamiento. Los dos ediles logrados son la parte más débil de la oposición debido a la falta de recursos, experiencia y la necesidad de distanciarse siempre del PP y Ciudadanos por cuestiones ideológicas que aleja aún más a la formación de los asuntos municipales, plenamente callejeros. Además, las malas relaciones entre el portavoz de Vox en el Consistorio, Pepe Gosálbez, y su compañero de grupo, Vicente Montañez, forman parte de los comentarios habituales en los pasillos del Consistorio. Al partido de Abascal le quedan dos años para demostrar que siguen siendo una opción en las próximas elecciones municipales o entran en riesgo de salir del hemiciclo como ocurrió en el pasado con partidos minoritarios como Esquerra Unida o Unio Valenciana. De momento no han logrado hincarle el diente a ninguna mala gestión del gobierno municipal que los convierta en protagonistas.
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Patricia Cabezuelo | Valencia
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