En parada cardíaca sin Toni Cantó

La formación naranja afronta un etapa convulsa, con el partido dividido, la fuga de cargos hacia el PP y un incierto futuro electoral

A. Rallo

Valencia

Domingo, 18 de julio 2021

Ciudadanos parece consumir su última botella de oxígeno a bocanadas. Se respira en la formación un ambiente como de última etapa, trufado más de ... resignación que de resistencia. Un partido deshecho, con un liderazgo débil, una vigilancia desde Madrid y una ristra de tránsfugas son los ingredientes ideales para triturar cualquier formación. Y esta vertiginosa descomposición se ha materializado en poco menos de dos años.

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Retrocedamos. El intento de Cs de convertirse en el referente del centro derecha y doblegar al PP fue como asomarse al precipicio. La confirmación de las urnas de que aquel objetivo no era asumible fue el empujón definitivo. Era noviembre de 2019 cuando perdieron 47 escaños. No ha pasado tanto tiempo pese a este último año loco de pandemia. Desde entonces, nada ha mejorado. Todo lo contrario. La fallida moción de censura en Murcia negociada en la trastienda con el PSOE y la posterior debacle electoral de Madrid son dos golpes con la suficiente consistencia para no levantarse de la lona.

La situación en la Comunitat, con sus particularidades como la presencia de Toni Cantó como líder, el barón con más proyección de todo el partido, inyectaba algo de optimismo a la paulatina degradación de la plataforma, un signo diferencial respecto al pesimismo que trasladaba la dirigencia naranja. El actor, reconvertido a político, saltó desde UPyD, el partido de Rosa Díez, al grupo de Rivera. Tiene, por tanto, experiencia en abandonar los barcos al borde del naufragio. Su recorrido político en la Comunitat da material para un buen relato, con sus giros, intrigas y misterios. Fue azote del tripartito, incluso por momentos más escorado a la derecha que el propio PP de Bonig. En definitiva, se apoderó de la bandera del centro derecha.

Al mismo tiempo, negoció con el PP de Alicante en un pacto por el que cedió la Diputación y el Ayuntamiento. Más adelante, en otro ejercicio digno del Circo del Sol, acordó con el Botánico los Presupuestos y se aproximó al PSPV. Fueron los tiempos de esas reuniones con Puig que molestaban a Compromís. Pero no se detuvo ahí en sus enredos. Justo cuando se hablaba -también en privado- de concurrir a las elecciones con el PP bajo un mismo paraguas, se marchó. Llegó a Madrid, con Ayuso, y allí sigue, ahora al frente de la Oficina del Español creada por la propia presidenta.

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Su abandono dejó a Ruth Merino, su sucesora, al frente del partido. Un grupo que contaba todavía con 18 diputados, tercera fuerza en Les Corts. Pero todos sabían y saben que esa representación es un espejismo. Y lógicamente esa sensación de inestabilidad –quizá de angustia ante el futuro– ha hecho mella en la formación, ahora fracturada y con el exsenador Emilio Argüeso, último fichaje del PP, como agitador.

Esa incertidumbre alrededor de las siglas no ha tardado en manifestarse de forma explícita. A las primeras salidas hacia el grupo mixto de Jesús Salmerón, José Antonio Martínez, Cristina Gabarda y Sunsi Sanchis se sumó la más reciente de Vicente Fernández. Alrededor del senador pivotan, además, otros altos cargos de Cs pese a que está fuera de la formación. Se trata de Juan Córdoba, Mari Carmen Sánchez, Mamen Peris y Patricia García. La sangría amenaza con continuar y quizá con alguna salida de pedigrí. Quedan dos años para elecciones, tiempo más que suficiente para explorar salidas, mientras que Merino no ha logrado aglutinar la voluntad de todos sus compañeros. En su entorno, con mayor o menor convencimiento, figuran Jesús Gimeno, Teresa Ortiz, Fernando Giner, Narciso Estellés, César Martínez, Rocío Gil, Vicente Ten, María Quilez, Julia Parra, Ángel Herrero, María Muñoz y Cristina Fernández.

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Los resultados de la Comunidad de Madrid amenazan con repetirse con idéntica intensidad en la Comunitat. Merino trató de marcar distancias tras conocer la desaparición de sus compañeros en la Asamblea: «Las situaciones son diferentes, los partidos son diferentes. Aquí vamos a seguir trabajando como desde el primer día. Política útil», insistió. «En tres meses las cosas han dado muchas vueltas. Quedan dos años para las elecciones. No me quiero poner en esos escenarios», manifestó. La realidad, en cambio, lleva a situarse en esa tesitura. La encuesta que recientemente publicó LAS PROVINCIAS le da un 6% de voto. Un punto menos y se quedarían sin representación en Les Corts. Y eso teniendo en cuenta que en la Comunitat no cuentan con un candidato de cierto tirón como lo era Cantó. Casi se podría decir que el tiempo que resta es más un handicap que una ventaja.

Un hecho resulta suficientemente ilustrativo sobre la falta de rumbo del partido. María Muñoz, aquella mujer que abanderó Rivera desde la Comunitat, ha sido nombrada coordinadora del partido. Fue designada dos meses y medio después de que Toni Cantó dejara esa responsabilidad. El hecho de que una formación pueda subsistir sin un cargo de estas características demuestra que el puesto no es necesario. Pese a todo, la dirección decidió dar esa responsabilidad a Muñoz, más centrada en Madrid que en Valencia, donde solo acude los fines de semana. Todo esto genera, además, nuevos frentes. En unas hipotéticas elecciones, ¿tiene asegurado Ruth Merino ser la candidata a la Generalitat? O, por el contrario, ¿la dirección piensa en Muñoz como aspirante a sentarse en el Palau? Mismo interrogante se puede plantear respecto a otras plazas con solera. Por ejemplo, el Ayuntamiento de Valencia. ¿Será el último intento de Fernando Giner? Cierto fue que en sus inicios, con el PP ya desorientado por la imputación de sus ediles y sin el surgimiento de Vox, se habló de la hora del aspirante para convertirse en alcalde. Igual que lo de Rivera era el triunfo o la decepción en Giner también fue decepción. No volvió a tener ni la ascendencia ni el reconocimiento de meses anteriores. La idea de Cantó era que Rocío Gil, exfallera mayor de Valencia y portavoz en la Diputación, diera el salto al Cap i Casal en un intento por modernizar la formación. Esto fue en otro momento. Lo cierto es que Cantó ya no está y quizá Gil, en un futuro, deje de estarlo.

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Son factores que sólo contribuyen al desmembramiento interno. Fuentes de la formación hablan de la desaparición total de varias agrupaciones locales. Se citan los casos, por ejemplo de Villena y Torrevieja. El partido asiste, impasible, ante un doble fenómeno. Por un lado, el abandono de las bases ante la falta de futuro del proyecto. Pero la fuga también se da en los cuadros dirigentes que tratan de obtener una salida hacia el tradicional bipartidismo. En algunos casos, lo de menos es el destino.

Este proceso de descomposición no es nuevo para la formación que ya ensayó este modelo en la anterior crisis, la bautizada como Agermanats 2.0, grupo alrededor de Alexis Marí, la pareja de la entonces eurodiputada Carolina Punset, hoy alto cargo del Consell de Ximo Puig. Los coqueteos con el Botánico se sucedieron en aquella etapa con críticas incluso públicas a las directrices que llegaban desde Madrid. Esto dividió la formación. Lo último que dictan los manuales de las organizaciones.

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El partido quedó en Les Corts en las manos de Mari Carmen Sánchez, una diputada sin el peso necesario para llevar la formación a buen puerto. La situación ahora es parecida, aunque con un matiz importante: Cs ha dejado de ser interesante. Hasta hace unos días, la formación disponía de los escaños necesarios para aprobar una rebaja del listón electoral al 3%. De hecho, el Botánico pactó compensar económicamente a la formación en Les Corts -tras la marcha de los primero cuatro tránsfugas- para que el partido no sufriera una drástica reducción de fondos. Pero la salida precipitada de Vicente Fernández abortó la estrategia. Los votos de los naranjas resultan ahora insuficientes.

Ciudadanos ha tenido desde su nacimiento siete líderes en la región: Carolina Punset, Alexis Mari, Mari Carmen Sánchez, Toni Cantó, Ruth Merino, Fernando Giner y María Muñoz. Más de uno al año. ¿Habrá un octavo? Existe el riesgo de que no.

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