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PSPV: el tablero político de las provincias

Los nuevos equilibrios de poder en el PSPV

Tablero de análisis de los principales referentes del partido y su peso dentro de la organización

M. Hortelano

Valencia

Viernes, 7 de mayo 2021

Los socialistas valencianos acaban de cerrar el diseño del nuevo árbol genealógico que regirá las familias del partido para los próximos cuatro años. Con el congreso autonómico que ungió al secretario general, Ximo Puig, sin oposición, y los tres procesos de primarias provinciales resueltos, la vida interna de la organización ha incluido a nuevos miembros, ha conformado nuevas familias y ha despedido a otras que ya se han dispersado por ese nuevo organigrama en el que los equilibrios se han vuelto a retocar.

El PSPV vive un período de paz. Primero, porque desde hace seis años el partido está al frente del gobierno de coalición que dirige la Generalitat y la mayoría de ayuntamientos de la Comunitat y las encuestas no vaticinan un cambio a corto plazo. Y sobre todo, porque no existe una alternativa clara al liderazgo del actual secretario general de los socialistas valencianos y presidente de la Generalitat, Ximo Puig, una vez cerrado el calendario orgánico más importante (congreso federal, nacional y primarias provinciales).

Si echamos la vista atrás, el PSPV está dirigido por Ximo Puig desde abril de 2012. Nueve años en los que la formación se ha resituado en el panorama político de la Comunitat, pero también en el de España. El secretario general vuelca sus energías y la mayoría de su tiempo en la gestión de la Generalitat, donde ocupa la presidencia desde hace seis años, gracias a un acuerdo a tres con Compromís y Podemos. Y ahí es donde radica su fuerza orgánica, en haber devuelto al partido a las instituciones después de dos décadas de gobiernos populares y de haber sido la fuerza política más votada en las pasadas elecciones de 2019.

Pero, ¿quiénes conforman ahora las familias de la federación socialista valenciana?

El secretario general del PSPV, Ximo Puig, nace del lermismo, la familia política conformada en torno al exlíder del partido y del Consell, Joan Lerma. Sin embargo, superada esa familia, Puig ha creado la suya propia integrando a miembros de otros entornos que en su día apoyaron a uno u otro candidato. El pasado mes de noviembre logró ser el único candidato en concurrir al congreso nacional en el que revalidó su cargo, tras haber tenido un gran protagonismo en el cónclave del PSOE y haber sellado la paz con el líder del partido, Pedro Sánchez.

En su día, Puig consiguió romper el entonces bloque sanchista (su rival) en la Comunitat en sus primarias, incorporando a referentes de esta familia que, entonces, apoyaron a Pedro Sánchez en el proceso orgánico, pero en la Comunitat apostaban por la continuidad del presidente valenciano. Una tendencia que terminó de confirmarse con la salida del Gobierno del exministro José Luis Ábalos, máximo exponente del sanchismo en la Comunitat. Con Ábalos fuera y una mejora de las relaciones con el presidente del Gobierno, Puig tuvo vía libre en sus primarias, a las que esta vez no se presentó nadie, y tuvo manos libres en su congreso para conformar su equipo, en el que incluso incluyó a referentes del abalismo. Ahora, ha salido reforzado con las primarias de las tres provincias, donde contará con un aliado en Castellón, Samuel Falomir, impulsado desde su entorno y en su propia provincia. Por contra, en Valencia está fuera de juego la líder más crítica (la representante del abalismo, Mercedes Caballero), aunque ha cedido terreno en Alicante, en beneficio de Alejandro Soler, que también cuenta en su equipo con afines a Puig.

Su principal reto es pilotar una buena sucesión, porque como sucediera en su día con Lerma, no parece haber más PSPV más allá de Puig. Y si lo hay, nadie quiere conocerlo, porque significará que el presidente ha perdido su puesto principal en el retrato de familia del Palau de la Generalitat

Los principales referentes del entorno de Puig, casi todos masculinos, pasan por nombres como el del secretario de Organización del partido, José Muñoz, su antecesor y ahora acomodado en el Palau de la Generalitat como secretario autonómico de Promoción Institucional, Alfred Boix; el histórico del socialismo en Alicante, Ángel Franco, o nuevos referentes territoriales como alcaldes del sur de la Comunitat como José Chulvi, Toni Francés o Manolo Pineda o diputadas y cargos del Botánico como Sandra Martín o Toñi Serna. También históricos como Adolf Sanmartin en Castellón y referentes emergentes como los alcaldes de la Vall d'Uixó, Tania Baños , L'Alcora, SAmuel Falomir, o Morella, Rhamsés Ripollés. El portavoz del PSPV en Les Corts, Manolo Mata, o la alcaldesa de Quart, Carmen Martínez, se han convertido en referentes transversales dentro del partido, pero partidarios de la estabilidad que da Puig. Los principales feudos de este grupo político son las grandes ciudades de la provincia de Alicante, la comarca de La Safor, con la exalcaldesa de Gandia, Diana Morant, (ahora flamante nueva ministra de Ciencia) como referente institucional, y una parte importante de la ciudad de Valencia, con la secretaria general y vicealdaldesa, Sandra Gómez, en cabeza. Aunque cuentan con importantes apoyos en comarcas como la Ribera Alta, la Vall d'Albaida o La Costera y grandes ciudades de Castellón.

Puig consiguió romper el bloque sanchista en la Comunitat en 2017, en sus primarias, incorporando a referentes de esta familia que, en su día, apoyaron a Pedro Sánchez en el proceso orgánico, pero en la Comunitat apostaban por la continuidad del presidente valenciano y que, hoy en día, siguen manteniendo esa postura. Sin embargo, el mercado de fichajes se ha mantenido muy activo en los últimos meses, con la Generalitat como mercado laboral. Antiguos referentes orgánicos como el exsecretario general del PSPV Jorge Alarte y varios de sus afines (sin peso orgánico como Clara Tirado o Eva Martínez) se han incorporado al Consell, otros, cercanos en su día a Jorge Rodríguez, como Rebeca Torró o Jaime Peris, también han sido recompensados con cargos dentro del Gobierno, o el exdiputado provincial Pablo Seguí, que se incorporó a Presidencia para preparar el congreso, pero que ya ha dejado su cargo, puesto que ha sido ocupado por el líder de Socialistas 3.0, Bartolomé Nofuentes. En 2021, Puig incorporó también a la mano derecha del alcalde de Mislata, Carlos Fernández Bielsa, como gesto para apuntalar el apoyo del ahora secretario general de la provincia de Valencia.

Familia histórica creada en su día en torno al ya exministro José Luis Ábalos, que se convirtió en numerosa con la caída y posterior llegada de Pedro Sánchez al partido y a las instituciones. El éxito del abalismo había sido hasta ahora aglutinar a una mayoría anónima de la militancia frente al histórico lermismo. En su día con gran control sobre la provincia de Valencia y parte de la ciudad, acaban de perder su último feudo con la derrota de Mercedes Caballero en la provincia. Con la caída del patriarca (del Gobierno y de Organización en del PSOE en julio de 2021) nadie discute ya que el bloque se ha roto con la pérdida del poder en Valencia. De hecho, la familia ha quedado atomizada y buena parte de sus miembros están ya en otras casas. Unos han tocado la puerta de la casa Puig y otros se acaban de incorporar a la recién creada familia de Bielsa. Inician una travesía por el desierto como familia con la pérdida de influencia de cara a las próximas citas y darán un descanso a Puig como corriente crítica.

El también exsecretario de Organización del partido unió su destino al de Sánchez, cuando ambos eran sólo diputados nacionales. El valenciano fue el principal apoyo del líder del PSOE y lo acompañó en su campaña por todo el país para recuperar el trono orgánico en Ferraz. El abalismo, hasta entonces una familia poco extensa y limitada a Valencia ciudad, se expandió y se convirtió en Sanchismo. Defensores del concepto de entregar el poder a la militancia, brindaron a Pedro Sánchez una gran victoria en la Comunitat en las primarias que disputó contra Susana Díaz y Patxi López. La fama de este colectivo se disparó y comenzó a ganar adeptos más allá del capi i casal. Tanto es así, que plantaron batalla orgánica a Puig en las primarias del PSPV, con el alcalde de Burjassot, Rafa García. Entre los referentes indiscutibles, el ministro Ábalos, la cabeza visible de la ahora mermada familia; su lugarteniente en la provincia de Valencia, Mercedes Caballero, y referentes en Alicante y Castellón como Alejandro Soler o Susana Ros. En la ciudad de Valencia Elisa Valía y Aaron Cano tienen áreas importantes de gestión en el Ayuntamiento.

Con la cáida de la provincia de Valencia, la delegación del Gobierno, con Gloria Calero, al frente, es su principal institución, porque los numerosos cargos que obtuvieron en el Gobierno central ya han sido cesados en su mayorías. A nivel comarcal, el único referente que queda es Toni González, alcalde de Almussafes, que brindó a Caballero su mayor victoria en las pasadas primarias. Otros, como el secretario general de L'Horta Sud, Andrés Campos, perdieron en su comarca. Pero desde los cambios de julio la situación es absolutamente distinta. Con el patriarca fuera de juego, tras su salida del Ministerio y de Ferraz, la familia trató de recomponerse del golpe y definir una nueva estrategia para no perder el porcenatje que aglutiban en Valencia, Alicante y Castellón. Pero ya no pudieron presentar una alternativa en el congreso de Puig, fueron invisibles en el congreso del PSOE (a Ábalos ni siquiera lo mencionaron) y acaban de encajar una contundente derrota en la provincia de Valencia. A otras familias han dado ya el salto cargos como la diputada Pilar Sarrión, el secretario comarcal de L'Horta Nord, Juan Carlos Fulgencio, el alcalde de Alboraia, Miguel Chavarrías, o el propio alcalde de Burjassot, Rafa García, donde Bielsa labró una gran victoria en las primarias.

Nunca se han acabado de casar con nadie, pero el domingo 17 de enero dieron un golpe encima de la mesa con una victoria para su líder, Carlos Fernández Bielsa, en las primarias de la provincia de Valencia con un 80% de voto. Se trata de un grupo de jóvenes y ya no tan jóvenes alcaldes que acumulan mayorías absolutas en sus municipios, casi todos grandes ciudades, y en los que no sólo se han hecho con las instituciones, sino con la organización del partido con un buen puñado de militantes. Bielsa ha logrado romper la familia abalista y quedarse con la custodia de algunos de sus integrantes. En su bando se han integrado, por ejemplo, personas con pedigree como el alcalde de Burjassot, Rafa García (rival de Puig en primarias en representación del abalismo), la diputada Pilar Sarrión, el alcalde de Alboraia, Miguel Chavarrías, o el exdelegado del Gobierno, Juan Carlos Fulgencio. A nadie se le escapa que el futuro de esta familia no termina con la conquista de la provincia, pero en una entrevista con LAS PROVINCIAS esta semana, el nuevo secretario provincial reconoció que la sucesión de Puig significaría un escenario que nadie quiere que suceda, porque significaría que el PSPV ha perdido el poder en las instituciones.

El equipo de Bielsa concentra a numerosos secretarios comarcales y alcaldes, aunque para ganar las primarias ha tenido que beber de los afines a Puig (que le querían buscar un candidato alternativo ante el peligro que supone), de Valencia ciudad, con Sandra Gómez a la cabeza, y de la escisión del abalismo. Son una familia joven que acaba de independizarse, pero querrá estar en todas las decisiones que se tomen en la casa del PSPV. Su 80% de apoyos en Valencia avala a Bielsa como nuevo barón.

Los principales referentes, además del alcade de Mislata y vicepresidente de la Diputación de Valencia, Carlos Fernández Bielsa; son el alcalde de Faura y presidente de la Diputación de Valencia, Toni Gaspar; el alcalde de Paterna, Juan Antonio Sagredo; y el de Cullera, Jordi Mayor. Todos ellos son, además, amigos y pertenecen a la misma generación, rondando los 40.

La provincia de Alicante amenaza con convertirse en una molesta piedra en el zapato para Puig, tras la victoria de Alejandro Soler en las primarias, frente al candidato impulsado por su entorno, el alcalde de Alcoi, Toni Francés. La provincia, partida en dos mitades, aglutina, distintas sensibilidades. De hecho, hay partidarios y detractores del presidente en ambos bandos. Pero, el aterrizaje de Soler pondrá difíciles a Puig las cosas a la hora de tomar decisiones, que deberán pasar por el nuevo líder, hasta ahora, alineado con el sanchismo que representaba el abalismo en la Comunitat. De momento, Soler ya ha mandado un primer recado. «Alicante tiene que tener un peso trascendental en la acción del Gobierno de la Generalitat».

Puig recupera Castellón

A sus 34 años, Samuel Falomir ha añadido a su cargo de alcalde de L'Alcora el de secretario general de la provincia de Castellón. Con un 52% de votos, el candidato más cercano a Puig, se impuso al ya exlíder de la provincia y recupera Castellón para el entorno de Puig, con dividido en dos mitades.

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