La estructura autonómica de Vox en la Comunitat Valenciana no existe. El partido es un firme defensor de un sistema centralista y propone la eliminación de las autonomías y, por ello, tan solo cuenta con organizaciones provinciales. Esta es una apuesta coherente con su ... mensaje pero también arriesgada ya que la falta de una cabeza visible ha llevado a un liderazgo difuso y a un choque entre los principales exponentes en la que es principal institución política, Les Corts.
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El grupo parlamentario verde esta dividido entre los afines a José María Llanos, el que fuera candidato a la presidencia de la Generalitat y actual líder de la formación en la provincia de Valencia, y Ana Vega, máxima dirigente en Alicante y actual portavoz parlamentaria. Aunque son las principales caras visibles ambos son casi desconocidos para la sociedad valenciana.
Llanos tiene entre sus afines los diputados Ángeles Criado y José Luis Aguirre y a referentes locales como Pepe Gosálvez (Valencia) o Ricardo Belda Valiente (Alzira). Por su parte, Vega está respaldada por parlamentarios como David García, el concejal de Valencia Vicente Montáñez, el concejal de Alicante Mario Ortolá, que es su marido.
Que el cremiento de Vox haya sido a ritmos forzados no ayuda a mejorar la situación. Tras una inesperada irrupción en el parlamento andaluz a finales de 2018, decidió presentar candidaturas en todas las autonomías que iban a realizar elecciones el siguiente año y se estrenó en Les Corts con una decena de diputados el mismo día que también consiguió irrumpir en el parlamento nacional, ya que coincidieron las dos citas. Desde entonces, la formación liderada por Santiago Abascal ha tratado de armarse pero aunque ha avanzado no ha conseguido contar con un referente claro como sí cuenta en Madrid con Rocío Monasterio o en Cataluña con Ignacio Garriga.
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La falta de una cabeza clara ha contribuido al enfrentamiento entre los dos líderes orgánicos, que a día de hoy tan solo mantienen «una relación de trabajo», según confirma un dirigente del partido voxista. Este choque se ha extendido al resto de diputados, que se posicionan de uno u otro bando dependiendo, por norma general, si son de la provincia de Valencia o la de Alicante. Mientras, los de Castellón tratan de permanecer al margen del conflicto.
Pero si en Les Corts ya es palpable cierta división en el Ayuntamiento de Valencia se vive un contexto incluso peor ya que los dos concejales con los que cuenta la formación en el consistorio, Gosálvez y Montáñez, trabajan de forma independiente. Se han llegado a dar situaciones tan surrealistas como que ambos presenten mociones sobre el mismo tema. De hecho, como publicó este diario, Montáñez se llegó a empadronar en un municipio de Alicante con el objetivo de buscar una salida por su mala relación con los dirigentes de Valencia.
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El crecimiento apresurado que ha llevado a Vox a presenciar una infinidad de conflictos internos ha obligado a la todopoderosa dirección estatal a intervenir, tanto en la región de Llanos como en la de Vega. En Valencia, Llanos decidió dimitir como presidente del partido para que Abascal impusiera una gestora que él mismo terminó presidiendo. ¿Por qué? Pues porque en la dirección las voces críticas se multiplicaron y amenazaban con que el máximo dirigente perdiese las riendas de la cúpula verde. Así que se decidió cortar por lo sano y crear una cúpula afín a Llanos liderada por el mismo. Eso sí, sin oposición. Este conflicto vivió un nuevo episodio con el proceso de primarias del partido ya que, además del líder provincial, se postularon el concejal del Ayuntamiento de Valencia afín a Vega, Vicente Montañez; el exdirigente de Coalición Valenciana, Juan García Sentandreu, y Juan Ponce, uno de los fundadores del partido en Valencia. Pero la división del sector crítico fue un grave error ya que como era necesario contar con avales de un gran número de militantes el único que pudo congregarlos fue Llanos, que sigue al frente de la formación.
En Alicante, Vox también se vio obligado a instaurar una gestora cuando, a pocas semanas de las elecciones autonómicas y generales de 2019, Ana María Cerdán dimitió como líder alegando motivos personales. Esa situación propició establecer una dirección provisional que lideró Vega de forma interina hasta hace unos meses, cuando se convocaron unas primarias que, a diferencia de Valencia, sí que contaron con dos candidatos. Además de Vega, se presentó Rafael Ramos, afín al diputado nacional voxista por Alicante, Manuel Mestre, que pese a que logró reunir los avales necesarios para postularse en el proceso salió derrotado. Pero una vez más se volvió a evidenciar la mala relación entre compañeros de partido.
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El partido de Abascal también ha tenido que enfrentarse a la salida de dos de sus diez diputados en Les Corts. Hace pocos meses dijo adiós Vicente Roglà, médico de profesión, que se había enfrentado de forma directa con Llanos tras haber formado parte de la ejecutiva, de la cual también dimitió, y que contaba con un expediente abierto por parte de la conselleria de Sanidad por una denuncia de acoso por parte de una paciente. Además, el parlamentario castellonense David Muñoz también renunció a la acta para acceder a un puesto universitario. La inestabilidad no ayuda nada a asentar el proyecto
Pero aunque las luchas internas y la falta de un liderazgo claro es una realidad apenas han erosionado a Vox que, para lo bueno y para lo malo, depende mucho más de su imagen a nivel nacional y de sus líderes en Madrid que de lo que pase en las provincias valencianas. En las segundas elecciones nacionales que tuvieron lugar en 2019, la formación verde multiplicó sus resultados y obtuvo siete representantes en la Comunitat. El más destacado es Ignacio Gil Lázaro, exdiputado del PP, actual vicepresidente cuarto de la mesa del Congreso y hombre de la confianza de Abascal. El veterano político cuenta con una excelente relación con Llanos pero tiene cuidado en no pisar charcos. El resto mantienen un perfil relativamente bajo aunque el diputado alicantino Manuel Mestre sí que ha evidenciado sus diferencias con Ana Vega.
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En cuanto a su papel municipal, en la Comunitat, a diferencia de otras ciudades como Madrid, Vox apenas ha podido condicionar gobiernos locales y en la mayor ciudad donde sus votos son necesarios para conformar una mayoría de derechas, Alicante, tiene un papel muy limitado. El apoyo a Vox es más grande siempre en las elecciones nacionales por el tirón de Abascal pero en en las regionales no lo es tanto. Además, en lo comicios municipales presentó muy pocas candidaturas y se centró en las grandes poblaciones. Ahora, se trabaja en un proceso de implantación territorial con el objetivo de crear una estructura más solida que evite también esos conflictos internos que han sido constantes en esta primera etapa verde.
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