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Durante cinco minutos no hubo manera de oír que pasaba en el pleno de Les Corts celebrado ayer. Y no por un fallo de sonido que impidiese escuchar las intervenciones sino porque decenas de diputados se implicaron en una bronca descomunal que tuvo como protagonistas a los tránsfugas de Ciudadanos y a la síndica del PP en Les Corts, Isabel Bonig. La relación entre los cuatro diputados no adscritos tras abandonar Cs y la líder de los populares en la Comunitat nunca ha sido de lo más fluida, si bien ayer deparó uno de los rifirrafes más aparatosos del año. El zafarrancho desatado provocó que durante cinco minutos no hubiese orden ni concierto en la Cámara, con su presidente, Enric Morera, apelando a la calma sin que nadie le escuchase.
Ocurrió que Alexis Marí (quizá desmesuradamente satisfecho por las loas recibidas desde las filas del tripartito), tras su intervención en el punto sobre la Ley de la Huerta, realizó un comentario antes de finalizar su turno de palabra. El exsíndic de Ciudadanos vinculó al grupo popular con la corrupción de una manera poco matizada, y tan generalizado fue el comentario que hizo sobre el PP que Isabel Bonig saltó como un resorte para exigir que se excusase.
Morera consideró que Marí no había hecho la alusión durante su intervención sino posteriormente y rechazó la petición de la portavoz del PP. Sin embargo, el micro del exCiudadanos no estaba apagado y el presidente aún no había llamado a votar. Bonig se encaró con Marí por considerar que había dañado el decoro de su grupo parlamentario, se enfrentó a los diputados del tripartito que la acusaban de corrupta y le instaban a que se callase y reprochó a Morera su escasa pericia a la hora de controlar un hemiciclo completamente desatado en una lluvia de improperios y gritos ensordecedores. Afortunadamente, la tribuna de invitados estaba llena de hombres y mujeres del campo, que no se asustan por cualquier cosa, si bien alguna cara de sorpresa sí hubo.
«Nos ha acusado de ladrones», señaló la portavoz popular para llegar a reclamar a la Mesa de Les Corts que pidiese explicaciones a Marí, lo cual no ocurrió.
No era el día para criticar a los tránsfugas, y especialmente al que fuera síndic de Ciudadanos, que recibió durante el pleno alabanzas en repetidas ocasiones por parte del tripartito. Tanto él como la anterior portavoz, pues desde Podemos se rogó que «iluminase» a sus antiguos compañeros de Ciudadanos, que asistieron impasibles a los piropos, repetidos posteriormente en varias ocasiones desde la bancada del PSPV, que manifestó repetidamente que antes, con Marí, se vivían mejor.
Se escenificó de esta manera el nuevo escenario parlamentario que se ha abierto para los tránsfugas de Ciudadanos. El pasado martes, los exCs pudieron comprobar cómo, dos semanas después de sus votos salvadores a la Ley de Acompañamiento del Consell, reciben ahora un trato más amable por parte de la bancada Botánica y hasta de la Cámara como institución, que ha rectificado sus propios dictámenes anteriores y ha cedido a varias demandas de los cuatro exCs.
Bonig tuvo posteriormente otro choque con el PSPV, pues al recordar que su familia es socialista de carné recibió un abucheo que ella justificó en que «eso les duele, por eso gritan», ante lo que se escuchó un «a tu abuelo sí que le duele», frente a lo que Bonig volvió a exigir explicaciones a la alusión personal. Y todo eso en una sola mañana.
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