Las tensiones en la política municipal enturbian el verano del PP en la Comunitat

Así pues, Mazón se ubicó en Alicante y su provincia desde finales de julio con tranquilidad en su nuevo Consell, ya todo del PP, y mirando con cierta gratitud el modo en que los socialistas en el Gobierno central (incluida la ministra Diana Morant, la que será posiblemente su rival en las autonómicas de 2027) se enredaban en la política catalana.

Los únicos lunares, focos de disputa y cierta turbulencia, que han surgido este verano para los populares de Mazón se sitúan en la política municipal. Quizá se trate de un anticipo de los equilibrios que los populares deban realizar en el futuro dentro de los ayuntamientos, más de una veintena, donde gobiernan con un apoyo directo o indirecto de Vox. Sin embargo, no han sido los voxistas los que han enturbiado la paz política de Mazón y su partido en este cálido y plácido verano, sino los problemas y patinazos protagonizados por sus alcaldes y concejales.

Coincidiendo con el bullicio propio del verano que se instala en los municipios más pequeños, ya sea por las verbenas, el turismo o las fiestas patronales, desde los ayuntamientos se irradian turbulencias que, si bien no erosionan el día a día de Mazón, sí lo enturbian. La maquinaria orgánica del PP, que en agosto debería de haberse dado un descanso, no ha podido desenchufarse y ha tenido que emplearse a fondo en situaciones muy variadas. La casuística es desbordante.

Un alcalde que la emprende a galletazos con un joven que ronda la minoría de edad en Beniflá, y un vídeo que se vuelve viral donde se puede ver al primer edil en plena trifulca, que menos mal que no tenía a mano la vara de mando. El PP no prevé tomar medidas. La dirección provincial alega que no hay ninguna denuncia contra Borja Gironés, el alcalde, y que el concejal involucrado en la pelea de la discomóvil tampoco le ha señalado. Compromís reclama a Mazón que exija la dimisión del alcalde por ese modo de resolver conflictos que se ha viralizado en las redes sociales.

La trifulca tuvo su inicio cuando el concejal Mira le pidió a un joven que estaba cerca de su mujer que se apartara. El joven lo hizo pero, al parecer, sus amigos se encararon con el concejal. A partir de ahí, la pelea, y después las denuncias cruzadas. Gironés asegura que «lo único» que él hizo fue defenderse, ya que previamente había recibido un puñetazo por la espalda en la zona de las costillas. De hecho, el primer edil denunció la agresión y cuenta con un parte de lesiones. «En el momento que estoy separando es cuando me giro porque me han dado por la espalda y me intento defender», asegura el alcalde del municipio, que considera que con la difusión del vídeo se está hiriendo su reputación: «Se está intentando manchar mi honor y mi nombre». Afirma que su actuación «fue la que debía», ya que «defenderse no es agredir».

De reojo se observa la situación de la alcaldesa de Requena, a la sazón presidenta de la Federación Valenciana de Municipios y Provincias. El gobierno municipal requenense se ha fracturado. El pasado día 7 de agosto se anunció la ruptura.

El Partido de Requena y Aldeas reprocha a la alcaldesa Rocío Cortés haberles expulsado unilateralmente del equipo de gobierno. Cortés se queda sola porque considera que sus discrepancias con los municipalistas hacían inviable la continuidad del pacto. Si PRyA suma sus tres concejales a los del PSPV, la alcaldesa dejará de serlo, porque el apoyo de Vox sólo le garantiza el apoyo de 10 ediles frente a los 11 que suman la formación local y los socialistas de Requena.

El PSPV ganó las elecciones municipales pero un pacto del PP y el partido local sirvió para configurar un gobierno municipal que ahora se ha quedado en minoría. La proyección política de Cortés quedaría cortada de cuajo si hay moción de censura, a pesar de la apuesta del PP al convertirla en presidenta de la FVMP.

Un pacto elevó a Amparo Fort a la Alcaldía de Chiva. Un año después ni hay pacto (a tres bandas) en el Ayuntamiento ni concordia en el PP, que se ha tropezado este verano con un problema de primer nivel. Las fiestas del Torico de la Cuerda han estado a punto de saltar por los aires.

Desde el martes 6 de agosto, cuando recibió la primera noticia de que las fiestas estaban suspendidas, Fort ha chocado con la Peña Taurina, ha señalado a la funcionaria que tramitó el expediente para las fiestas y ha acabado refugiada bajo el ala de la Generalitat, que ha reconducido un entuerto mayúsculo que ha puesto al PP contra las cuerdas.

Sueca tiene un nuevo alcalde. El independiente Julián Sáez, gracias al apoyo de Compromís y de un PP fracturado. La dirección regional y la autonómica han tenido que salir al paso para apoyar a Carolina Torres. Dimas Vázquez, el exalcalde de Sueca, contaba con el apoyo de dos concejales del PP, Isabel Benet y Pío Lledó. Sin embargo, Benet y Lledó serán expulsados de su partido. Torres ha obedecido las órdenes y ha pactado con Compromís para desalojar a Vázquez.

El acuerdo implica situar al frente de la Alcaldía a Sáez, de Sueca per Davant (SxD), formación integrada en la plataforma de partidos locales Unión Municipalista que impulsa Ens Uneix, el partido liderado por Jorge Rodríguez, alcalde de Ontinyent. Los populares han tenido que forzar un poco la maquinaria orgánica y la voluntad de una parte de sus militantes suecanos.

Populares y voxistas alcanzaron acuerdos para ocupar las alcaldías de casi 140 municipios en toda España tras las elecciones de mayo del año pasado. Más de una veintena de esos ayuntamientos son de la Comunitat. Aunque la ruptura de Vox con el PP en términos autonómicos no incluía los pactos locales, la puerta abierta el mes pasado puede servir para que a medio plazo se produzcan nuevos problemas.

El roce hace el cariño, pero no siempre. Las grandes ciudades de la Comunitat dependen de esa buena sintonía. Sin embargo, en gobiernos como el de la propia capital, Valencia, se ve que el frágil equilibrio puede romperse en cualquier momento. En la provincia valenciana, son 13 los ayuntamientos que están sustentados por la alianza entre populares y voxistas, media docena de localidades alicantinas están similar posición, así como cuatro de Castellón.