Burguera
Miércoles, 5 de junio 2024
La consellera de Hacienda, Ruth Merino, no tiene culpa de nada. Las facturas en los cajones de la Administración valenciana se han disparado, se ha doblado el plazo para el pago a los proveedores de Gobierno autonómico, el porcentaje de ejecución presupuestaria ... del Consell es pírrico, la deuda se desboca, y la liquidez de la Generalitat desciende a niveles subterráneos. El responsable de este tremendo panorama que bordea la apocalipsis económica, tal y como admite Merino, es el Gobierno central o la «inercia» que todavía registra el actual Consell del modo en que gestionaba el anterior Gobierno autonómico, el del Botánico, desactivado definitivamente en julio tras la victoria electoral de Mazón en mayo del año pasado. Merino ha asegurado tras el pleno del Consell, celebrado este miércoles en la Albufera con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente, que ni siquiera sabe cuándo podrá revertir una situación «que hemos heredado y que no se puede cambiar ni en dos meses ni en diez». ¿Y en cuántos? No lo sabe. Ni siquiera ha sido capaz de ofrecer un calendario aproximado. Fuentes del Consell consideran que quizá después del verano, con el empujón financiero propiciado por el turismo, el cuadro clínico económico se estabilizará, pero la consellera de Hacienda no está entre los que manejan esos plazos porque, sencillamente, no maneja ninguno.
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«Es cierto, son cifras que están ahí y que no gustan al Consell y que tienen que ver con la inercia adquirida a la hora de actuar y contratar durante ocho años. Es algo que no se soluciona ni de la noche a la mañana ni en diez meses», ha señalado Merino, tranquilamente y sin aparente inquietud a pesar de que sobre la cabeza de los valencianos se ha instalado la tormenta económica perfecta: «Estamos trabajando para revertir esta inercia de contratar ineficazmente durante ocho años». La consellera, en ocasiones, da la sensación de que es como la orquesta del Titánic, sigue tocando sin mostrar desazón alguna.
Según Merino, a principios de año «se suelen acumular más facturas» en la cuenta 413, que es la que recoge a los «acreedores por operaciones pendientes de aplicar a presupuesto». Lo que se conoce como las «facturas en los cajones». Hacienda argumenta que al arrancar un ejercicio se produce un cíclico incremento de este tipo de deudas. Sin embargo, no es algo que ocurriese, por ejemplo, el año pasado, cuando la diferencia en la cuenta 413 entre los datos de febrero y de julio fue de un 0,1%, prácticamente inapreciable, un millón de los algo más de 1.400 millones que acumuló el Botánico al final de su legislatura. Merino se ha estrenado ampliando el cajón, que ya parece un baúl, y que hasta el pasado mes de febrero, según la Intervención de la Generalitat, roza los 2.400 millones. La consellera se mostró convencida de que »con el tiempo« se solucionará este problema. Aunque no ha podido marcar un plazo, y ha insistido en que están »haciendo todo lo posible«. Y es que, dicen, siempre que llueve escampa.
La consellera ha apelado a las medidas de simplificación administrativa y al nuevo sistema Nefis de gestión económica-financiera, del que a su juicio «dentro de un tiempo no se hablará de él» porque habrá superado su proceso de adaptación sin incidencias. Merino se maneja en un «tiempo» no demasiado concreto.
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Merino ha instado al Gobierno a hacer «la parte que le toca» respecto a la situación financiera de la Generalitat, de la que en su opinión «la ministra María Jesús Montero ni siquiera es consciente. Lo veo difícil, pero no vamos a dejar de insistir». Al mal tiempo, buena cara.
Preguntada por los anticipos del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) enviados este año por el Ministerio, Merino ha explicado que se cargaron facturas con este dinero en mayo por más de 700 millones de euros destinados a pagos de todas las consellerias y se pagarán más en junio y julio.
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Ahora bien, ha puntualizado que «es dinero de todos los valencianos que no se adelanta, porque corresponde a la liquidación de 2022», con lo que ha insistido en que es «responsabilidad» del Gobierno la situación de la tesorería de la Generalitat que «sigue tensionando los pagos. Sin duda». Para Merino, el Ejecutivo de Sánchez continúa asfixiando al Consell.
Respecto a la deuda autonómica, la portavoz ha advertido que será «un problema enquistado» si «el Gobierno no hace nada», ni reformar el sistema de financiación ni establecer un fondo de nivelación, al hilo de la estimación de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) de que aumentaría más de un 10% en la próxima década si no se acometen ajustes.
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