El TSJ confirma la absolución de Jorge Rodríguez y el resto de acusados del caso Alquería

La Audiencia de Valencia ya absolvió en su momento, el pasado mes de mayo, a los 13 acusados por los contratos de alta dirección de la empresa Divalterra, heredera en su día de la polémica Imelsa, foco de la corrupción del PP. La Fiscalía, no obstante, decidió recurrir el fallo, mientras el resto de acusaciones, el propio PP y la asociación Acción Cívica, descartaban esta posibilidad.

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El ministerio fiscal consideraba que los contratos de alta dirección en la empresa pública fueron una forma de colocar a personas afines a los partidos políticos, en este caso el PSPV y Compromís, en una especie de clientelismo político. Con el fallo del TSJ, el caso se cierra definitivamente para los 14 acusados de este procedimiento.

«Se podrá compartir o no por este tribunal de apelación lo dicho por el tribunal de primera instancia, pero no es posible afirmar que sus apreciaciones sean contrarias al sentido común, a la lógica o a la experiencia», recoge el fallo del TSJ.

La Fiscalía, en su escrito, señalaba que permitir esas contrataciones, tal y como hace la sentencia, infringe lo recogido en el Estatuto Básico del Empleado Público, que sostiene que la designación del personal directivo de las administraciones públicas «atenderá a principios de mérito y capacidad y a criterios de idoneidad, y se llevará a cabo mediante procedimientos que garanticen la publicidad y concurrencia».

Con el fallo del TSJ, el caso prácticamente se cierra para los 14 acusados de este procedimiento. Rodríguez abandonó el PSPV tras su imputación, obligado por la dirigencia socialista, y montó su propio partido, Ens Uneix, que recientemente pactó con el PP para impedir una presidencia de los socialistas en la Diputación de Valencia. Se da la circunstancia de que el PP había pedido cárcel a los procesados.

Meses más tarde, todo esto quedó en el olvido en un pacto de gobierno que enterró ocho años de gobierno del binomio PSPV-Compromís. La formación de Rodríguez se ha convertido en fuerza clave en la Corporación. Esto también ha generado tensiones internas en el propio PSPV con acusaciones de traición entre los bloques de Puig y Rodríguez.