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En la vida hay dos tipos de personas: las que saben descifrar lo que cada mañana trae el Boletín Oficial del Estado (BOE) y los ... que prefieren leer a Eva Belmonte para enterarse de cada paso que da el Gobierno a golpe de decreto ley, decreto u orden ministerial . Y es que esta periodista ilicitana se ha convertido desde hace nueve años en la traductora oficial del BOE al lenguaje que hablamos el resto de los mortales, primero desde su blog personal 'El BOE nuestro de cada día', ahora alojado en la Fundación Civio, y desde este pasado jueves gracias al 'Diccionario ilustrado BOE-Español' que ha firmado junto al ilustrador y humorista gráfico Mauro Entrialgo.
A lo largo de las 208 páginas del diccionario, Eva ha explicado algunos de los conceptos más habituales del boletín y ha cuantificado el número de veces que han aparecido en los últimos diez años, y Mauro ha dibujado una viñeta para ejemplificar con grandes dosis de ironía términos tan conocidos hoy en día como los indultos, o los contratos de emergencia, u otros más técnicos como las disposiciones o las bajas temerarias. Un combo que convierte el BOE en un documento para todos los públicos. Y es que aunque muchos no lo sepan, el boletín en el que el Gobierno cuelga cada mañana, de lunes a sábado, a primera hora, la constatación de sus planes de gestión, es la hoja de ruta para muchas de las cosas que nos rodean y la clave para entender casi todo lo que nos afecta o nos acabará afectando. Y el libro y el trabajo diario de Eva Belmonte son herramientas perfectas para descifrar el código BOE. «Explico el BOE a diario desde hace nueve años y soy muy aséptica en mis textos, utilizo un tono neutro. Pero cuando estaba de cañas con mis amigos y les intentaba contar algunas de las cosas que aparecían, entre risas, me decían que con humor lo entendían mejor». Y así nació el diccionario ilustrado. Lo hizo en 2019, pero aunque la pandemia supuso los días de oro del Boletín Oficial del Estado, la vorágine de la actualidad lo metió en un cajón hasta que el virus devolvió las publicaciones de decretos y de resoluciones a su cadencia habitual. «En pandemia hubiéramos vendido más, pero me colapsó el trabajo», nos cuenta la periodista. Y es que durante los días del estado de alarma, los decretos de desescalada y las numerosas órdenes de sanidad, el diccionario era ella. Eva contó al detalle cada punto de los textos legislativos del Gobierno, porque era un trabajo que ya llevaba haciendo muchos años antes. Así que la pandemia la consagró como traductora oficial del idioma BOE. La reclamaron de numerosas tertulias y publicaciones e incluso se acabó abriendo un consultorio en Civio para que los ciudadanos le mandaran sus dudas personales sobre cómo una determinada norma podía afectarles a su situación concreta. «Me sentí muy útil», reconoce. Y también muy enfadada por las barbaridades que llegó a leer respecto a resoluciones o leyes que no decían lo que otros decían que ponía.
Pero, entonces no existía aún el 'Diccionario ilustrado', que ha llegado a las librerías esta semana. Una publicación en la que la valenciana ha tratado de «democratizar el conocimiento» para que las expresiones utilizadas en el lenguaje administrativo no sean sólo «las que conoce una élite». Así que tras nueve años levantándose a las 7:20 para leer el BOE mientras se toma el primer café de la mañana, ahora nos descifra a todos sus principales misterios. «No sólo es entender los procesos y qué significan las palabras, sino qué es ordinario y qué no. Entender cómo funciona para que no te cuelen mentiras y porque en algún momento de tu vida te va a afectar en algo», alerta. «Como mínimo, lo básico, lo tendríamos que aprender en el colegio», sugiere.
Pero, hasta que llegó el coronavirus, los mayores lectores del BOE eran los funcionarios y un puñado de periodistas. Eva ha puesto en valor una publicación que «siempre da temas». A lo largo de estos años, ha forjado incluso una relación profesional con el servicio del boletín, a quienes visita de vez en cuando y cuyo trabajo pone por las nubes. «Es de esas partes de la Administración que funcionan muy bien», cuenta. «El BOE no dice ni hace nada. Coge lo que le llega de los ministerios (a veces de cualquier manera), lo apaña y lo publica», cuenta. Pero por si acaso, no pierdan de vista a Eva Belmonte.
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